El uso de aerosoles para la limpieza del hogar al menos una vez por semana es responsable del 15% de los casos de asma en adultos. Ambientadores, limpiamuebles y limpiacristales son los más perjudiciales. Sin embargo, los productos que no se liberan en forma de aerosol no parecen tener relación con la enfermedad.
Estas son las conclusiones de un estudio internacional -publicado en la revista «American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine»- en el que han tomado parte investigadores españoles del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental y del Instituto Mundial de Investigación Médica de Cataluña.
Los autores del estudio realizaron un seguimiento a 3.500 personas de diez países europeos que estaban colaborando en el Estudio sobre Salud Respiratoria de la Comunidad Europea. Los encuestados hacían habitualmente la limpieza en casa. Según explica J. P. Zock, principal responsable del estudio, estos hallazgos confirman otros trabajos previos que ya relacionaban el uso de sprays con la aparición de asma en profesionales de la limpieza.
Los resultados muestran que el riesgo de desarrollar asma aumenta con la frecuencia de limpieza y el número diferente de aerosoles utilizados, pero de media es alrededor de entre un 30% y un 50% superior en personas que suelen estar expuestas a estos productos de forma habitual.
Las dos terceras partes de la población del estudio que realizaba la mayoría de las actividades de limpieza eran mujeres, alrededor del 6% de ellas sufría asma en el momento de la entrevista de seguimiento.
Los investigadores plantean la hipótesis de que la enfermedad sea inducida por la irritación, ya que los aerosoles contienen sustancias aceleradoras específicas del asma y la respuesta inflamatoria participa en el desarrollo de la patología.