Los bebés nacidos con defectos cardiacos congénitos corren el riesgo de desarrollar problemas de aprendizaje y neurológicos. Sin embargo, un estudio reciente concluye que estos niños presentan en la actualidad un nivel de funcionamiento jamás visto hasta ahora y que se debe a los avances en la medicina y en la cirugía.
Responsables del Hospital Infantil de Filadelfia (Estados Unidos), consideran que la tendencia a las mejoras en los procedimientos quirúrgicos y en la tecnología médica, ha permitido un diagnóstico y un tratamiento más precoces de la condición.
Así por ejemplo, el ecocardiograma fetal permite a los médicos diagnosticar problemas cardiacos en el feto, lo que conlleva un mejor tratamiento de la enfermedad después del parto. Estas mejoras han supuesto que los padres deben pensar ahora en la calidad de vida del bebé, y no en sus probabilidades de sobrevivir.
