El Consejo General de Dentistas ha denunciado a una clínica por corregir la llamada «sonrisa gingival» (que deja ver la encía) mediante el empleo de bótox. A su juicio, este tratamiento es ilegal porque dicha toxina no está indicada para tratar ese problema. Además, los odontólogos han trasladado su acusación a la Agencia Española del Medicamento y a la Dirección General de Farmacia para que «adopten las medidas que correspondan».
La clínica en cuestión indica en su publicidad que, mediante la inyección de pequeñas cantidades de bótox, se consigue una sonrisa «natural y equilibrada». «Utilizar la toxina botulínica en el labio superior, además de ser una cosa ilícita, es peligroso», señaló el presidente de la citada organización colegial, Alfonso Villa.
El bótox está reservado legalmente para ciertas indicaciones médicas, como el estrabismo o la tortícolis, y, con finalidad estética, «exclusivamente para el tratamiento de arrugas en el entrecejo», apuntó. «Cuando rastreas en las clínicas de estética, hay anuncios de su empleo en otras áreas a borbotones», advirtió el doctor.
Villa subrayó que corregir la sonrisa gingival requiere tratamiento quirúrgico oral o periodontal, en un caso para reducir el hueso maxilar superior, en el otro para disminuir el tamaño de la encía. El problema puede deberse a una contractura del labio superior que hace que se eleve por encima de los dientes, siendo ésta la causa menos frecuente y en la que el bótox podría tener efecto, pero no está autorizado, precisó el odontólogo.