La llegada de las altas temperaturas y la humedad propician las condiciones idóneas para que los piojos se reproduzcan y se extiendan. Además, es muy fácil contagiarse de estos parásitos. Basta, por ejemplo, con ponerse la gorra de un compañero, una acción tan sencilla y común en los campamentos de verano de los niños. Este artículo describe cómo prevenir la infestación de piojos, cuál es la manera más adecuada de eliminarlos y qué dice la evidencia científica sobre los tratamientos naturales utilizados para acabar con ellos.
Prevenir los piojos: evitar el contacto
Cada año, igual que ocurre cuando empieza el periodo escolar, con la llegada del buen tiempo llegan los piojos que tanto traen de cabeza a los padres. Los campamentos y actividades de verano, la humedad y el calor son las condiciones adecuadas para que se reproduzcan y se extiendan. Los datos disponibles apuntan que son los niños de 3 a 11 años y sus familias quienes los adquieren con mayor frecuencia. Se contagian al tocarse o rozarse con el pelo o por el intercambio de cepillos, gorras o sombreros, coleteros, pinzas, ganchos, diademas e, incluso, auriculares o gafas de sol.
Si no hay infestación, no sirve para nada utilizar lociones, champús o cualquiera de los productos disponibles. La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria señala que no existe evidencia científica que sustente el empleo de estos productos, incluso el uso de vinagre, como repelentes o preventivos. Hasta utilizar estos productos insecticidas sin infestación, además de causar efectos secundarios, también podrían generar resistencias al tratamiento. Por ello, solo deben usarse en las personas en las que se haya detectado un insecto vivo.
Tratamiento de los piojos: novedades
Los tratamientos solo deben aplicarse a las personas en las que se haya detectado un piojo vivoHace poco, la Academia Americana de Pediatría, en un artículo publicado en Pediatrics, advertía de que los brotes de piojos en los pequeños pueden tratarse de manera eficaz sin restringir a los afectados su entrada a la escuela u a otras actividades: pueden ser tratados en casa y al día siguiente acudir a sus ocupaciones.
Pero el tratamiento, cuando hay infestación activa, debe realizarse con derivados de los piretroides, sobre todo la permetrina al 1% en crema o loción, un producto que es de venta libre. El tratamiento debe repetirse nueve días más tarde y, si es necesario, otra vez más pasados nueve días.
Desde la Asociación Española de Pediatría señalan que estos productos se pueden utilizar desde los tres meses de edad, aunque en menores de dos años, es más recomendable retirar los parásitos y sus liendres solo a mano. No obstante, en todos los casos que se aplique el producto, luego hay que quitar piojos y liendres a mano o mediante una lendrera (peine con una gran cantidad de púas muy juntas).
Una vez aparecen piojos en un miembro de la familia, habría que revisar de manera meticulosa la cabeza al resto. Desde la Academia Americana de Pediatría no aconsejan el uso de productos naturales, pero señalan que una medida que puede ayudar a poner freno a la infestación familiar es lavar fundas de almohadas y tratar los cepillos y peines.
Los especialistas recalcan en Pediatrics que hacer revisiones regulares de la cabeza de los escolares contribuye a detectarlos a tiempo y disminuye el tiempo de tratamiento. Sin embargo, ante su presencia, recomiendan a los progenitores no alarmarse en exceso: no es un problema de salud ni son los piojos propagadores de enfermedades.
Productos naturales contra piojos: pocas evidencias científicas
Son muchas las soluciones naturales que se emplean tanto en prevención como en el tratamiento contra piojos. De coco, de lavanda, de árbol de té, entre otros, en forma de aceites o esencias… Pero, ¿hay alguno que disponga de estudios suficientes que avalen su eficacia?
Un trabajo publicado en BCM Dermatology sugería en 2011 que una mezcla de aceite de oliva y aceites esenciales de árbol de té y de lavanda tenía un efecto pediculicida, esto es, que ayuda a eliminar los piojos y sus liendres. Pero, de momento, estas investigaciones son anecdóticas y todavía no hay suficiente evidencia que sustente su uso. El vinagre, que se recomienda por su efecto de eliminar la adherencia de la liendre al pelo, ya sea en frío o en caliente, tampoco ha demostrado su eficacia.
Además, en muchos de estos productos no se ha establecido su nivel de seguridad, sobre todo en menores de 12 años, en mujeres embarazadas o lactantes, por lo que Agencia Europea del Medicamento no aconseja su utilización. Por otro lado, hay que recordar de que, ni mucho menos, todo lo natural es inocuo y seguro y que también puede provocar efectos secundarios, como sensibilidad y alergias, con irritación del cuero cabelludo que empeoraría la situación.