Los profesionales sanitarios no predican con el ejemplo en lo que al tabaco se refiere, a juzgar por los resultados de un estudio de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). Según este informe, el 38,9% de los profesionales de la salud, que engloban al personal médico y al de enfermería, son consumidores habituales de tabaco, tres puntos por encima de la población general, donde la media actual de fumadores se sitúa en el 35,7%.
En concreto, el colectivo de enfermeras es el mayor consumidor de tabaco, colocándose quince puntos por encima de la media general entre las mujeres españolas, hasta el 42%; mientras que los facultativos varones fuman algo menos que el resto de la población.
Otro dato significativo del estudio, realizado a través de una encuesta entre 1.228 sanitarios del Insalud, es el elevado porcentaje de fumadores existente en el sector de Atención Primaria, donde fuman de modo habitual el 39,8% de sus miembros. Se da la paradoja de que éstos son los que tienen un trato más directo con el paciente y quienes se encargan de concienciar a la población de los riesgos del tabaco.
Para el doctor Carlos Jiménez Ruiz, jefe de la Unidad de Tabaquismo del Hospital de La Princesa de Madrid, existe una aversión entre los profesionales sanitarios para actuar con tenacidad en el problema del tabaquismo, debido a la falta de tiempo y a la percepción de una carencia de habilidad para ser efectivo en este cometido.
El dato positivo del estudio es que los especialistas de enfermedades respiratorias son los que menos fuman (11,4%). Además, la mayor parte de los entrevistados de este colectivo (95%) reconocen que uno de los consejos básicos que han de transmitir a sus pacientes es el abandono del tabaco.