Los suplementos de calcio y vitamina D aportan una protección «limitada» contra los riesgos asociados a la fractura de huesos y la pérdida de masa ósea en determinados grupos de riesgo, incluyendo mujeres mayores de 50 años. Además, no se ha podido asociar la toma de estos complementos con beneficio alguno en la prevención del cáncer colorrectal.
Esto lo dice un estudio dirigido por el Instituto de Salud Norteamericano, el más amplio realizado en EE.UU. -36.282 mujeres de entre 50 y 79 años-. La población femenina que tomó estos preparados de calcio mostró un modesto aumento de un 1% en la densidad de la masa ósea y una reducción testimonial de sus roturas de hueso del 12%, con respecto al resto de pacientes del ensayo clínico a los que se les administró comprimidos sin propiedad curativa alguna. Sí se registraron, por el contrario, algunas diferencias positivas relacionadas con estos fármacos en fracturas localizadas de cadera, que llegaron a descender casi un 30%.
Además, la esperanza depositada en las posibilidades de estos elementos para la prevención del cáncer colorrectal, el tercer carcinoma con mayor índice de mortalidad entre las mujeres estadounidenses, quedó en agua de borrajas al no producirse en el ensayo ningún descenso en el número de tumores.
A pesar de estos datos, los expertos no dejan de recomendar una dieta rica en vitaminas y minerales para reforzar la buena salud del esqueleto. El presidente de la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas (Fhoemo), el doctor Manuel Díaz Curiel, asegura que los resultados del estudio norteamericano «no deben tomarse como una evidencia absoluta».
Según Díaz Curiel, el cuerpo necesita unas «800 unidades diarias» de vitamina D, que hay que «cubrir con una alimentación equilibrada o la toma de rayos solares». «El problema es que no siempre se pueden cubrir estas cantidades; entonces estos complementos administrados por vía oral sí servirían como un aporte perfecto. Por sí solos pierden efectividad», señala.