Alrededor de un millón de españoles, aunque muchos no lo saben, sufren fibromialgia, una enfermedad que provoca un profundo cansancio y dolores intensos de los músculos y las articulaciones. El principal problema al que se enfrentan estos enfermos es la falta de fármacos específicos para el tratamiento de su dolencia. Ello lleva a los médicos a recetarles medicamentos convencionales.
El reumatólogo Benigno Casanueva explica que la farmacia que se utiliza en estos casos es tan variada y extensa como las formas del mal, pero desafortunadamente sólo resulta eficaz para la mitad de los pacientes.
Los médicos suelen recomendar a los afectados ejercicio físico, como natación y bicicleta, para mejorar la tonicidad muscular; la aplicación de calor, para relajar los músculos, y medicación. En Estados Unidos, los reumatólogos disponen ya para tratar esta dolencia de la pregrabalina, cuyo uso todavía no está autorizado en Europa. «Su eficacia está contrastada en los cuadros leves, pero pierde intensidad a medida que se agrava la patología», afirma Casanueva.
Cada complicación que genera la fibromialgia se trata con una medicación expresa. Los dolores de las articulaciones se intentan calmar con analgésicos, y para mejorar la calidad del sueño se emplean relajantes musculares. Asimismo, la tristeza que acompaña a la enfermedad se busca paliar con antidepresivos.
Tanto enfermos como especialistas confían en que la terapia génica abra las puertas a nuevas alternativas terapéuticas, aunque esa posibilidad es todavía muy lejana, según Casanueva. «Aún no se sabe con certeza -comenta- qué genes están implicados en esta enfermedad. Seguramente, cuando vayamos conociéndolos descubriremos que la fibromialgia no es sólo una, sino un conjunto de dolencias similares, pero distintas».