Luís Alonso Pulpón, del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Clínica Puerta de Hierro de Madrid, presidió el pasado noviembre en Chicago (Illinois) una delegación de cardiólogos españoles que, por medio de una conexión vía satélite habilitada por el Instituto Cardiovascular Novartis, pudo presentar en vivo y en directo los últimos avances dados a conocer en la reunión científica de American Heart Association (AHA). Al término de la conexión, departió con los periodistas desplazados a EEUU, a quienes reiteró la importancia de hacer llegar al público general un mensaje tan simple y escueto como el de llevar un hábito de vida saludable. «Todos los problemas empiezan por una mala interpretación de este mensaje, y acabarían si la gente fuera capaz de comprender su trascendencia».
La prevención es la vía más rentable, hasta el punto que las administraciones están descubriendo ahora que invertir en medidas preventivas simples puede descongestionar mucho gasto farmacéutico y hospitalario tanto a medio como a largo plazo.
Pues los periodistas tenéis una misión importante al respecto. Los niños deben comprender que la comida fácil y rápida no suele ser la mejor (sino más bien al contrario), que los hábitos iniciados de pequeños se mantienen mejor en la edad adulta, o que incluso en las dos primeras décadas de vida pueden aparecer señales ateromatosas en los vasos sanguíneos que pueden acabar incrementando el riesgo de un infarto. Alcoholismos, tabaquismos y drogas comprometen toda la salud pero, particularmente, la del corazón…Es mucho más fácil dejarlo cuando ni siquiera se ha empezado. Los mensajes deben ser comprensivos y contundentes. La salud del corazón exige llevar una vida de ejercicio físico regular y alimentación bien reglada.
A las mujeres hay que sacarles de la cabeza la idea de que los infartos son cosa de hombres. También para ellas son las enfermedades cardiovasculares la causa de muerte principal.
La salud del corazón exige llevar una vida de ejercicio físico regular y alimentación bien reglada
Deben aprender a ir al médico más a menudo. Hoy día, cualquier médico de atención primaria puede medir con precisión el riesgo de cada individuo particular a sufrir un infarto. Conviene enterarse y obrar en consecuencia.
Aprender a reaccionar. Muy pocas personas saben qué es lo que hay que hacer ante la sospecha de un infarto, y como se debe proceder cuando el paciente es víctima de una crisis y se desvanece…Del mismo modo que en nuestras zonas rurales hay abuelos con un gran sentido común a la hora de protegerse frente a inclemencias meteorológicas, ahora toca conocer a fondo el cuerpo y saber que hacer cuando la tormenta estalla en el pecho.
Tenga por seguro que educar es una forma magnífica de prevenir infartos. Lo malo es que los cardiólogos andamos demasiado atareados.
Las enfermedades cardiovasculares son ya la principal causa de mortalidad para todos los grupos étnicos y en todo el mundo desarrollado, muy por delante del cáncer o el SIDA, con el peligro de convertirse también en el primer motivo de mortalidad para el resto del mundo en los próximos años. Tenemos que trabajar de forma intensiva para que deje de ser así.
La Ley Antitabaco que rige en España es positiva, pero no basta. Para potenciar el rechazo al tabaco es necesario un mensaje mucho más claro y una actitud todavía más restrictiva.
El peligro cardiovascular asociado al tabaco está todavía muy por encima de otras pautas potencialmente peligrosas, como la obesidad o la hipertensión; pero deberá actuarse en todos los frentes.
Las escuelas deben velar por un planteamiento dietético adecuado en los comedores escolares y apoyar la práctica de ejercicio físico en el contenido académico curricular. Pero el mensaje principal debe llegar también por los medios de comunicación y a los hogares de las familias con menos ingresos, que son las que desarrollan una cultura menos cardiosaludable. Sin cuestionar nunca valores tan acuñados como la libertad o la igualdad entre todos los ciudadanos, debemos velar porque el valor de respetar nuestra salud y la de los demás suba enteros en nuestras escalas.
Los programas y la publicidad a veces solapan sus intereses y enmascaran el mensaje. Este último congreso de la AHA, por ejemplo, ha puesto de relieve que tomar suplementos de ácido fólico y vitaminas no sirve de nada si no se parte de un buen hábito de salud. Dicho de otro modo: desayunar zumos vitaminados y mineralizados, leche con omega-3 y almorzarse cada día un cochinillo no es la mejor manera de proteger al corazón. De hecho, una dieta sana y bien planteada ya incluye todos los nutrientes necesarios para una buena prevención. También se ha demostrado que el beneficio de tomar pescado por lo menos dos veces por semana es mejor que suplementar una dieta sin pescado con los ácidos grasos, o que tomando fruta hacemos algo más que incorporar fibra y vitaminas. La base es lo importante.
La mitad de los infartados en España muere antes de llegar al hospital. No porque no haya ambulancias rápidas ni porque los hospitales anden saturados de emergencias. Pulpón subraya que es una cuestión de falta de cultura cardiovascular. Sólo un 20% es capaz de reconocer los síntomas y requerir el consejo médico adecuado. Pocas personas tienen nociones claras sobre cómo hay que actuar en caso de infarto de miocardio o ictus, cómo manejar un desfibrilador, o la importancia de poder intervenir antes de la primera hora postinfarto.
Para el presidente de la Sociedad Española de Cardiología, serviría de bien poco que las administraciones autonómicas españolas gastaran mucho dinero para equipar aeropuertos, restaurantes, estadios o grandes superficies con desfibriladores «si la gente no aprende antes a utilizarlos o si, todavía peor, no somos capaces de identificar los síntomas inequívocos de un infarto». Protesta el especialista que ni tan sólo las personas que ya han experimentado un infarto con anterioridad se ven capaces de reconocer un nuevo infarto. «Puede que los médicos estemos explicando mal las cosas o no pongamos el énfasis debido en esta cuestión; pero es preciso educar bien y hacerlo deprisa».