El malestar psicológico se suele definir como una mezcla de angustia, problemas de sueño, síntomas depresivos o falta de confianza en uno mismo; una combinación que causa sufrimiento emocional pero que también puede tener graves efectos físicos. En este artículo se explica que las personas que padecen malestar psicológico tienen una mayor probabilidad de sufrir un accidente cerebrovascular o ictus, según un reciente estudio.
Los problemas psicológicos pueden ser la causa de graves problemas físicos. Desde hace años se conoce la relación entre estrés o las alteraciones del sueño y la probabilidad de sufrir un infarto de miocardio. No obstante, en los últimos tiempos, los científicos buscan asociaciones inversas: qué problemas físicos pueden causar el malestar psicológico.
Accidente cerebrovascular
Un ejemplo de asociación entre desasosiego o malestar psicológico y riesgo de sufrir una patología física es el accidente cerebrovascular o ictus. Un accidente cerebrovascular se produce cuando se interrumpe el flujo sanguíneo a una parte del cerebro. Hay dos tipos principales de ictus: la forma isquémica y la hemorrágica.
El accidente cerebrovascular isquémico está causado por un coágulo de sangre que detiene el flujo sanguíneo. Las personas que tienen el colesterol elevado tienen mayor riesgo de sufrirlo. En cambio, el hemorrágico, que es el más frecuentes, se produce cuando se rompe un vaso sanguíneo del cerebro. Según la Fundación Española del Corazón, uno de cada seis españoles sufrirá un ictus a lo largo de su vida.
Angustia, depresión, problemas de sueño… e ictus
Es vital conocer los síntomas de un ictus y acudir de forma inmediata a un centro sanitario, si se tiene la sospecha de que se sufre uno
Un equipo de investigadores del University College London (Reino Unido) acaba de completar un estudio, publicado en el ‘Canadian Medical Association Journal’, que demuestra que el malestar psicológico puede explicar muchos accidentes cerebrovasculares. Analizaron los datos de la «Encuesta de Salud de Inglaterra», una amplia investigación que se realiza con 68.652 hombres y mujeres. Para evaluar el grado de malestar psicológico, utilizaron el GHQ-12, un test muy empleado en estudios psicológicos y que evalúa aspectos como la angustia, la depresión, los problemas de sueño, los problemas en la vida social o la falta de confianza en uno mismo.
El 14,7% de los participantes en la encuesta sufrían malestar psicológico. Y, según sus resultados, las mujeres jóvenes de clase baja o trabajadora son las que tienen más probabilidades de padecerlo. Los investigadores realizaron un seguimiento de los participantes durante poco más de ocho años, tras los cuales se produjeron 2.367 muertes producidas por un problema cardiovascular (562 por un accidente cerebrovascular), todas ellas de personas sin antecedentes cardiovasculares al inicio del estudio. Observaron que había una relación entre malestar psicológico tanto para los fallecimientos por razones cardiovasculares (infarto de miocardio) como para las muertes por accidentes cerebrovasculares.
¿Por qué el malestar psicológico puede causar un ictus?
A pesar de que los efectos del malestar psicológico son similares para los problemas cardiovasculares y los cerebrovasculares, los mecanismos implicados no son necesariamente los mismos, señalan los investigadores, porque hay diferencias en la forma en que se producen lesiones en las arterias cerebrales y las coronarias, que irrigan el miocardio.
Es conocida la relación entre hipertensión y mayor riesgo de infarto de miocardio y, según numerosos estudios, el estrés puede causar hipertensión, que también es un importante factor de riesgo para sufrir un ictus. Pero los datos extraídos de esta investigación no permitieron demostrar que hubiera una asociación entre malestar psicológico e hipertensión. Otra hipótesis podría ser que este malestar influyera en la desregulación del sistema nervioso autónomo y la activación de mecanismos inflamatorios.
Y, ahora, el principal reto consiste en comprender cómo el malestar psicológico daña las arterias cerebrales. De todos modos, los investigadores confían en que tests como el utilizado en su estudio podrían emplearse para reducir el riesgo de sufrir un ictus en las personas que ya manifiestan malestar psicológico, con la instauración de medidas preventivas adecuadas.
Ante un accidente cerebrovascular es fundamental reaccionar de la manera más rápida posible. Por eso, es importante conocer cuáles son sus síntomas y acudir de forma inmediata a un centro sanitario, si se tiene la mínima sospecha de que se sufre uno. A pesar de que, como regla general, los ictus se producen de forma repentina, también puede ocurrir que empeoren de manera progresiva, durante uno o dos días. Los indicios variarán en función del área del cerebro que se vea afectada.
Los síntomas más habituales de ictus son: adormecimiento del brazo, una pierna o la mitad de la cara, sobre todo en uno de los dos lados del cuerpo; dificultad para caminar o pérdida de equilibrio; dolor de cabeza de inicio repentino y con una intensidad poco habitual; pérdida de la visión de un ojo o de los dos o visión doble; movimientos lentos o acelerados; pérdida de memoria; y problemas para hablar.