Sombras, lacas de uñas, acetonas, pintalabios… Muchos pequeños adoran maquillarse: las niñas, como un juego más; los niños, en carnaval y Halloween. Y muchas veces los padres compran estos productos en tiendas no especializadas o bazares, sin tener en cuenta los riesgos. Pero, ¿es peligroso utilizarlos? ¿Pueden provocar alergias en los menores? En este artículo se ofrecen recomendaciones de uso acerca del maquillaje infantil y consejos para aplicarlo y se enumeran los problemas que puede ocasionar en la piel y los ojos. También se aborda cuándo se considera adecuado que las niñas empiecen a maquillarse.
En los últimos años, pintar la cara a los niños en fiestas, cumpleaños o en Halloween se ha convertido en habitual. A ellos les encanta. A pesar de que la mayoría de los maquillajes son inocuos y están formulados expresamente para el público infantil, pueden provocar reacciones adversas en piel, cuero cabelludo y ojos, por lo que se debe ser muy cuidadoso al adquirirlos y en su uso, aunque este sea ocasional y por poco tiempo.
Maquillajes infantiles: recomendaciones de uso
¿Qué hay que tener en cuenta al utilizar maquillajes infantiles? En niños con piel sensible (atópicos), los maquillajes infantiles pueden irritar y producir alergias cutáneas, y en preadolescentes y adolescentes con acné, los maquillajes, al ocluir el poro, pueden causar un empeoramiento del acné, advierte Eulàlia Baselga, dermatólolga pediátrica y directora médica de la clínica dermatológica Dermik de Barcelona.
La situación cambia cuando el maquillaje se emplea de forma más prolongada para camuflar alguna enfermedad dermatológica como puede ser el vitíligo. «En algunos casos, utilizar maquillaje para disimular estas alteraciones de color puede mejorar la repercusión psicológica que suponen. Para ello, hay que usar maquillajes dermatológicamente probados y diseñados para este fin, y es el dermatólogo el que debe aconsejar el producto más adecuado y guiar sobre la forma de aplicación», añade la especialista.
No se aconseja el uso habitual de laca de uñas ni acetona en niños
¿Y qué sucede con las lacas de uñas y la acetona? ¿Pueden los más pequeños emplearlos sin problema? Por norma general, «las lacas de uñas contienen cantidad importante de químicos que pudieran causar dermatitis por contacto alérgica en niños, y el uso de acetonas tampoco es recomendable porque secan la lámina ungueal. Si bien se pueden utilizar de manera puntual, no se aconseja el empleo habitual de laca de uñas a estas edades», advierte la doctora Baselga, que también es jefe clínico de la unidad de dermatología pediátrica del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de la Ciudad Condal.
Consejos para maquillar una piel infantil
Para esta especialista, es importante utilizar productos seguros, comprados en farmacia o con sello de calidad, ya que estos pueden causar menos reacciones alérgicas. También aconseja evitar el uso de productos muy grasos o maquillajes excesivos, así como su empleo diario. «Es necesario estar pendientes de signos iniciales de irritación cutánea como lo son rojeces, eccema, inflamación o picor y, en caso de presentarlos, suspender su uso», recomienda.
Los niños con tendencia de piel acética o atópicos son más propensos a desarrollar este tipo de reacciones, «por lo que es necesario iniciar poco a poco el maquillaje. Se debe enseñar, además, que hay retirarlo con cuidado con jabón neutro, agua micelar o leche desmaquillante sin alérgenos», insiste. «Y, para prevenir infecciones, lo mejor es no compartir los cosméticos», puntualiza la doctora Baselga.
Efectos nocivos del maquillaje en la piel infantil
Los principales problemas cutáneos que pueden provocar los productos de maquillaje en la piel de los más jóvenes son dermatitis por contacto, como la alérgica -en caso de estar sensibilizado o ser alérgico a alguno de los productos que contienen los maquillajes y lacas de uñas-, la irritativa -por la propia naturaleza irritante de una sustancia-, o la urticaria por contacto. «La dermatitis de contacto se manifiesta con eccemas o zonas de piel rojas, formación de pequeñas vesículas, hinchazón y picor», señala la especialista. La intensidad con la que aparezca dependerá del grado de irritabilidad individual; sin embargo, una piel irritada o muy seca, será mucho más sensible.
La dermatóloga apunta que, una vez se ha producido una reacción alérgica, es necesario retirar el producto y evitar posteriores usos. Ante una reacción, para calmar el picor hay que hidratar la piel con cremas -sin color ni olor-, aunque también resulta útil aplicar compresas o trapos húmedos sobre la piel afectada; en caso de que no ceda, se deben utilizar corticoides tópicos de baja potencia por periodos cortos y antihistamínicos orales. El pediatra o dermatólogo aconsejará el producto más adecuado en cada caso.
¡Cuidado con los ojos!
El maquillaje facial y los espráis para el pelo son, de entre todos los productos, los más utilizados en carnaval o fiestas de Halloween. Pueden provocar, también, reacciones alérgicas, conjuntivitis e, incluso, lesiones en la córnea. Por ello, se hace imprescindible asegurarse a conciencia de que los productos hayan pasado los controles de calidad.
Aun así, hay que ser muy cuidadoso. Ejemplo de ello son las lentillas de fantasía, que no cumplen los mismos criterios que las lentillas correctoras y pueden originar problemas oculares.
Padres y madres, papel fundamental
Utilizar maquillaje de manera habitual a edades tempranas puede favorecer o incrementar el desarrollo de acné
Es tarea de los progenitores verificar la etiqueta de los productos que se usen y descartar aquellos que, en cuyo etiquetado, no estén descritos todos los componentes del cosmético infantil. Esto cobra mayor importancia si el pequeño sufre dermatitis atópica o de piel sensible, pues son más susceptibles de tener alguna de las reacciones cutáneas descritas. En estos casos, lo más recomendable es no conformarse con el «dermatológicamente probado» de rigor y consultar antes con el especialista. Con todo, se aconseja siempre guardar el paquete o envoltorio, ya que, ante alguna reacción cutánea, le resultará útil al especialista disponer de la información del producto.
Al llegar a la preadolescencia o adolescencia, es inevitable que las niñas quieran empezar a maquillarse. Aunque es difícil establecer cuál es la edad más indicada, lo mejor es que padres e hijas hablen del tema, discutan el porqué quieren hacerlo y establezcan límites sobre en qué situaciones se permitirá su uso. Por lo general, en esta etapa de la vida en que surge el acné, el maquillaje puede favorecer o incrementar el desarrollo de espinillas y granos. Por este motivo, «hay que escoger maquillajes libres de grasa y siempre mejor un polvo suelto que un maquillaje fluido. Los maquillajes compactos son los más desaconsejados, porque son más grasos», explica Eulàlia Baselga.
El maquillaje es una expresión no verbal del lenguaje corporal. Maquillarse tiene como objetivo resaltar la belleza, a menudo para atraer a otro. La mayoría de las niñas se interesan por el maquillaje cuando ven a su madre pintarse ante el espejo. “Fieles a su edad, buscan imitarlo todo, aunque no sepan en realidad qué significa y por qué lo quieren hacer”, explica M. Carme Vila Llovera, psicóloga especialista en infancia y familia.
Las niñas quieren convertirse en jóvenes cada vez más rápido y todo el que las rodea las invita a hacerlo. “En los últimos años, se observa un aumento del número de niñas que son presentadas en los medios de comunicación como ‘mini-adultas sexualmente excitantes’. Esto, sin duda, tiene consecuencias en la vida, la salud y la autoestima de las niñas y adolescentes”, advierte la experta. Así, la hipersexualización de la infancia comporta una valoración excesiva del físico, mientras que deja menguadas o poco desarrolladas otras capacidades importantes relacionadas con el aspecto mental y espiritual, quedando la identidad femenina mermada tanto a nivel personal como social.
“Es importante que las madres sean conscientes de que ellas son el principal modelo femenino de sus hijas. Jugar a maquillarse en casa es una cosa normal, pero los padres tienen que evitar que el juego salga fuera del hogar e intentar que el aspecto físico de las niñas esté de acuerdo con su edad. Son los adultos responsables quienes tienen que poner límites y no permitir a sus hijas que se les escape la infancia antes de tiempo”, recomienda Vila.