Los nuevos casos de cáncer de ovario detectados cada año en España ascienden a 3.200 y, en más del 70% de las ocasiones, la enfermedad se encuentra en fase avanzada. Así lo desvelan los datos de un estudio elaborado por la Fundación Mutua Madrileña, junto con la red de hospitales OncoSur, que advierten de la necesidad de mejorar la detección precoz de estos tumores. En el estudio han participado 65 especialistas, tanto oncólogos como ginecólogos, de más de 15 centros hospitalarios de 11 comunidades, que en la mayoría de casos aseguraban diagnosticar entre 16 y 45 casos por año.
El estadio de la enfermedad está condicionado por el momento del diagnóstico que, a su vez, según aseguran los profesionales encuestados, también tiene una repercusión directa en la supervivencia de estas pacientes, que actualmente es inferior al 35% cinco años después del diagnóstico. Sin embargo, más del 55% de los encuestados está convencido de que la supervivencia de estas pacientes podría aumentar entre un 20% y 30% con un diagnóstico precoz de la enfermedad.
El problema, como reconoce la doctora Cristina Grávalos, médico adjunto del Servicio de Oncología Médica del Hospital 12 de Octubre de Madrid, es que «actualmente no existen programas eficaces de detección precoz entre la población general». «Existen algunos síntomas como la distensión abdominal, molestias digestivas o dolor pélvico, pero son vagos y no concluyentes», asegura esta doctora, que recomienda no descuidar las revisiones ginecológicas anuales. «No son una garantía, pero pueden alertar de algunos síntomas», insiste. También los antecedentes familiares de cáncer de ovario, mama o colon y determinados factores genéticos deben tenerse en cuenta dado que aumentan el riesgo de padecer este tumor.
Se define como población de alto riesgo a aquellas mujeres portadoras de la mutación del gen BRCA1 o BRCA2, que tienen un familiar de primero o segundo grado con esta mutación, o presentan un historial personal de, al menos, dos cánceres de mama u ovario o síndrome de Lynch en familiares de primero o segundo grado de la misma línea. En estos casos, el 77% de los médicos encuestados considera obligatorio realizar algún programa de detección precoz desde los 30 años que, al menos, incluyese la medición del marcador tumoral CA125 y una ecografía transvaginal semestral.
«Las nuevas técnicas de imagen ha mejorado muchísimo», asegura el jefe de Servicio de Oncología del Hospital 12 de Octubre de Madrid, Hernán Cortés-Funes, que de hecho anima a todas las pacientes a que exijan ecografías en sus revisiones anuales.