Han sido el producto más demandado por la población desde que salieron las primeras noticias de la llegada de la COVID-19 a España. Pero las mascarillas llevan agotadas en prácticamente todas las farmacias del país desde la última semana de febrero. El Gobierno ha comprado 550 millones de unidades a China y, entre tanto, la producción nacional, la doméstica incluso, no ha cesado. Pero ¿sabemos cuándo debemos utilizarlas? ¿Cuáles son las adecuadas? No todas protegen de las infecciones de la misma manera; algunas, nada. En el siguiente artículo, respondemos a las principales dudas.
¿Qué tipos de mascarillas hay en el mercado?
Según el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, la COVID-19 se “transmite fundamentalmente a través de las secreciones respiratorias, bien por contacto directo por la emisión de gotas de más de 5 micras”. Para evitar el contagio, existen en el mercado dos tipos de mascarillas: las quirúrgicas y las autofiltrantes FFP1, FFP2 o FFP3 (estas, con una eficacia de filtración del 79 %, 92 % y 98 %, respectivamente). La OMS recomienda una eficiencia del 95 % para partículas de 0,3 micras de diámetro, con lo que serían las FFP2 y las FFP3 las más adecuadas para este uso.
¿Qué mascarilla me pongo si me he contagiado?
Las mascarillas quirúrgicas son las más habituales de encontrar en farmacias y las más fáciles de adaptar a nariz y boca. María José Sierra, jefa del Área del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, aclara que “la mascarilla quirúrgica tiene un papel muy importante en las personas que están excretando el virus. Por eso siempre decimos que cuando una persona inicia los síntomas, debe utilizar una mascarilla quirúrgica, pues es una barrera para que el virus no pueda transmitirse a los demás, incluido el personal sanitario”. Según el Ministerio de Sanidad, si un paciente da positivo en COVID-19 se le invitará a que “se coloque una mascarilla tipo quirúrgica y se derivará al circuito de aislamiento con el fin de evitar el contacto con las personas que están siendo atendidas en el circuito convencional”. La Organización Mundial de la Salud (OMS) a su vez aclara que “no es necesario llevar mascarilla durante la estancia en una habitación individual”.
¿Debo usar mascarillas en la calle?
No, si no estás contagiado. Sierra incide en que “si uno camina por la calle sin mascarilla, no tiene ningún riesgo de contagiarse el virus por el aire que respira”. De hecho, en enero de 2020, la OMS publicó unas directrices sobre la COVID-19 en las que advierte que “cuando no está indicada, la utilización de mascarillas médicas da lugar a gastos innecesarios, obliga adquirir material y crea una falsa sensación de seguridad que puede hacer que se descuiden otras medidas esenciales, como la higiene de las manos”.
Imagen: Ministerio de Sanidad
¿Quiénes deben usar las mascarillas autofiltrantes?
En el otro lado están las mascarillas autofiltrantes FFP1, FFP2 o FFP3. La jefa del Área del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias aclara que “este tipo de mascarillas autofiltrantes se utilizan sobre todo en los hospitales. Para determinadas técnicas y en contacto con determinados pacientes, protegen de ser infectado y tienen mucha capacidad de filtración. Son para personal sanitario que se enfrentan a otras actividades”.
El Ministerio de Sanidad explica de manera precisa que si el tratamiento del paciente conlleva aerosoles, incluye intubación traqueal o ventilación manual, “se deberá reducir al mínimo el número de personas en la habitación y todas deberán llevar una mascarilla autofiltrante FFP2 y FFP3”. Pero puede ocurrir que el paciente tenga una mascarilla autofiltrante, entonces, el Ministerio sostiene que, en estos casos, “no incluirá válvula de exhalación, pues el aire es exhalado directamente al ambiente sin ningún tipo de retención y se favorecería, en su caso, la difusión del virus”.
¿Sirven las mascarillas de tela hechas en casa?
Hay varios expertos que hablan de la utilidad de las mascarillas de tela hechas en casa. De hecho, en 2013 la American Medical Association (AMA) publicó un informe en Disaster Medicine and Public Health Preparedness donde desaconsejaba su uso. Recientemente, el médico y divulgador científico Ignacio Crespo señalaba en un artículo en el diario La Razón que “la OMS las desaconseja terminantemente. Entre otras cosas, porque no puede recomendar algo que no ha pasado los controles de calidad pertinentes. Lo ideal es que se fabriquen en lugares desinfectados, utilizando telas que la respiración no humedezca con facilidad y cuyo entramado sea lo más prieto posible, cerrando el paso a las partículas del exterior”. En el mismo texto, Crespo comentaba que una mascarilla hecha con tela de algodón solo protegía del 59 % de partículas menos de dos micras, “un trapo de cocina del 79 % y, con suerte, una bolsa de aspiradora del 86 %”.
¿Deben usar mascarillas los niños y bebés?
Aunque los casos en niños y bebés con COVID-19 son residuales, el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social sí ha dictado recomendaciones sobre el uso de mascarillas en este sector de la población. Los menores de un año no deben utilizar mascarillas, pero “deberán mantenerse en los coches, sillas o sistemas de retención de bebés y apartados de los demás pacientes”. Si el paciente tiene más de un año pero no tolera la colocación de la mascarillas, habrá que “mantenerles alejados, al menos, dos metros del resto de pacientes”. Estas salvedades no excluyen, por supuesto, a sus acompañantes, que sí deberán emplear mascarilla para no contagiarse.
¿Cuánto tiempo me protege una mascarilla?
Ya sean quirúrgicas o autofiltrantes, las mascarillas son productos desechables en sí mismos. Su uso está limitado no por los días u horas en los que se utilicen, si no por su empleo. De hecho, la OMS aconseja que se cambien “tan pronto estén húmedas y no se reutilicen las mascarillas de un solo uso”. Pero, sobre todo, no servirán de nada, si no se combina con el lavado frecuente de manos con una solución hidroalcohólica o con agua y jabón.