Una simple confusión de olores puede ser síntoma de Alzheimer, según un estudio realizado por médicos de una docena de centros de investigación de Estados Unidos. Este trabajo ha sido publicado en la revista médica «Archives of General Psychiatry».
Estos expertos estudiaron durante cinco años a 600 pacientes de entre 54 y 100 años que experimentaban dificultades identificando una serie de olores muy comunes, como limón, plátano, canela, pimienta, chocolate, rosas, piña, cebolla, jabón, gasolina, aguarrás o tabaco.
Pruebas cognitivas
Durante esos cinco años se les realizó 21 pruebas cognitivas y resultó que un tercio de ellos desarrolló al menos ligeros problemas de memoria y de orden de pensamientos. Los que cometieron al menos cuatro errores en las pruebas olfativas resultaron ser un 50% más propensos a desarrollar problemas que aquellos que cometieron sólo un error. Esas dificultades para identificar los olores se asociaron también con el riesgo de Alzheimer.
En concreto, 177 participantes en la investigación desarrollaron un «suave deterioro cognitivo», considerado el precursor de la enfermedad.
Otros estudios habían vinculado la pérdida del olfato con el Alzheimer, pero éste es el primero que la mide durante un periodo
Pese a estos resultados, el director de la investigación, Robert Wilson, del Centro Médico Universitario de Rush, en Chicago, dice que la gente no debe alarmarse si pierde capacidad olfativa, porque ello puede deberse a varias razones, como la sinusitis o los pólipos.
Los resultados de estas pruebas serían muy importantes si los científicos encontraran la forma de frenar el desarrollo del Alzheimer y de la pérdida de la memoria asociada con este mal, para el que actualmente no existe cura.
Durante mucho tiempo, los investigadores han sabido que algunas lesiones microscópicas, consideradas el rasgo distintivo del Alzheimer, aparecen inicialmente en una región cerebral importante para el sentido del olfato.
‘Sobre una base estrictamente anatómica, esto suena lógico’, declaró Robert Franks, experto en percepciones olfativas en la Universidad de Cincinnati y que no está involucrado en el nuevo estudio. Otros estudios han vinculado la pérdida del olfato con el Alzheimer, explicó Franks, pero éste es el primero que mide esas facultades durante un periodo de cinco años, probando señales de deterioro cerebral.