2019 ha sido el año del boom de los juguetes eróticos femeninos. En pocos meses, los succionadores de clítoris se han encumbrado como el juguete sexual por excelencia, colocándose a la cabeza del ranking de ventas. Unas ventas que han aumentado más de un 1.300 % y que han supuesto una auténtica revolución de consumo y de comportamiento social. En apenas un año, hemos pasado del cuchicheo a escondidas a las tertulias sin tapujos sobre el orgasmo y la satisfacción sexual de las mujeres. El cambio está en marcha, pero no todo lo que se dice es tan cierto como lo pintan. En el siguiente artículo, y con ayuda de una sexóloga, derribamos algunos mitos sobre sexualidad y explicamos qué tener en cuenta al adquirir un juguete erótico para que sea seguro.
La pregunta del millón: ¿existe el punto G, ese que manipulándolo asegura un orgasmo femenino más intenso? Valerie Tasso, sexóloga de reconocido prestigio, famosa por hablar de sexualidad sin estridencias y con absoluta libertad, es clara: “Sí, el punto G existe y la mejor manera de encontrarlo es a través de la vagina, aunque al contrario de lo que la mayoría piensa no esté ubicado dentro de la misma”. Primer mito desterrado.
Según la experta, “se sitúa contra la pared vaginal, a unos 5-8 centímetros de su entrada, concretamente en la pared frontal (la más cercana al ombligo). Sin embargo, no se trata de un punto exacto como tal, sino que es un área fácil de reconocer y estimular por tener una superficie más ‘rugosa’ que el resto de la vagina”. Segundo mito que se evapora, porque cada mujer tiene su zona más erógena, su propio punto G, según la morfología de sus genitales íntimos.
¿Y dónde se halla ese nirvana del placer femenino? “El punto G no es más que la raíz del clítoris. Está fuera de la vagina, pero se estimula a través de la misma, ya que la toca. Durante años, se ha dado un protagonismo único a la penetración y se ha dejado de lado la figura del clítoris, un órgano cuyo único objetivo es dar placer a las mujeres. Son muchas las personas que desconocen que el punto G existe realmente o creen que se trata de una parte del clítoris”, revela la experta, que tira por tierra el tercer mito o media verdad, ya que no es necesario que exista coito y penetración para dar con él.
Imagen: StockSnap
De ahí que los famosos succionadores de clítoris, más conocidos como Satisfayer por el nombre comercial de uno de los más exitosos, se hayan convertido en el juguete erótico más buscado por muchas mujeres, sobre todo a raíz de que algunas celebridades en un programa de televisión confesaran ante las cámaras y sin ningún tipo de complejo que era un accesorio presente en su mesilla de noche que utilizaban cuando “se lo pedía el cuerpo” y sus parejas no estaban disponibles.
La sexóloga explica que para dar con esta zona de placer, “lo ideal es que cada mujer se anime a conocer y explorar su cuerpo, aunque también puede hacerse en pareja”. Cuarto mito derribado, porque para disfrutar del punto G no es necesario ni que haya un juguete erótico de por medio, ni dejar a la pareja fuera del juego (algo que, dicho sea de paso, es uno de los comentarios masculinos más escuchados tras el boom de estos artilugios).
La masturbación es un gran recurso para hallar el punto del deseo por antonomasia, algo que se puede hacer a solas o en pareja. ¿Cómo? “Con la mujer tumbada sobre su espalada y las piernas elevadas, se introduce el dedo corazón en la vagina. Haciendo un gesto de ‘ven aquí’ o ‘Spiderman’, se conseguirá estimular el punto G”, explica Valerie Tasso. “Además —continúa—, su estimulación también puede lograrse con el pene”, si bien recuerda la importancia de no obsesionarse con encontrarlo. El factor psicológico es, en la gran mayoría de las ocasiones, el causante de que una persona no alcance el orgasmo. Lo importante, en lo que al sexo se refiere, es disfrutar del encuentro y no tanto llegar al clímax”.
Quinto mito defenestrado, ya que la sexualidad no solo es cuestión de obtener orgasmos cada vez que hay un contacto íntimo. De hecho, para 7 de cada 10 mujeres es posible disfrutar del sexo incluso sin llegar al orgasmo porque valoran la intimidad y la ternura del momento, según una encuesta realizada por la plataforma JOYClub entre más de 5.000 participantes. El problema, en este sentido, es más bien masculino, ya que el 89 % de los hombres encuestados cree que el sexo no es lo mismo si su pareja no alcanza el clímax y el 80 % “carga” con la responsabilidad como si fuese su responsabilidad u obligación.
Elegir un juguete erótico seguro
Diversión y placer deben ir siempre unidos a garantías de seguridad. De ahí que ante la avalancha de succionadores, vibradores y demás juguetes eróticos, haya que exigir en el producto unos mínimos sanitarios y de fabricación para evitar riesgos innecesarios:
- Funcionamiento por ondas sónicas. Los nuevos dispositivos, en realidad, no aspiran ni succionan; funcionan con ondas y vibraciones. Su éxito reside en su intensa y efectiva estimulación del clítoris, un órgano con más de 8.500 terminaciones nerviosas cuya única función es proporcionar placer. Los mejores son aquellos que funcionan a través de ondas sónicas que se transmiten desde la punta hasta la raíz del clítoris, estimulando hasta un 85 % del mismo.
- Materiales de calidad. Como ocurre con cualquier otro producto, los materiales son fundamentales para asegurar su buen funcionamiento y durabilidad. Asimismo, y al tratarse de un objeto que se usará en una zona íntima, se recomienda el uso de silicona médica biocompatible, mucho más higiénica que otros materiales. Lo idóneo es que el juguete sea de una sola pieza y la mayor parte esté recubierto por este tipo de silicona, de modo que pueda limpiarse de una vez y no sea necesario sustituir las boquillas.
- Buena ergonomía y diseño. Es muy importante, a la hora de disfrutar de un juguete, que este se adapte bien a todo tipo de anatomías. Cada genital es distinto, por lo que la ergonomía constituye un factor que no se debe olvidar al elegir succionador.
- Distintos niveles de intensidad y patrones de vibración. Mientras que algunas mujeres disfrutan con intensidades más fuertes, otras prefieren una estimulación más suave. Por eso, hay que fijarse en que el succionador que se quiera comprar cuente con un amplio rango de intensidades, así como de patrones de vibración (continua, intermitente, etc.).
- Duración de la batería. Disfrutar del succionador en cualquier momento o llevarlo de viaje sin necesidad de disponer también del cargador es un factor que hay que tener en cuenta. Por ello, es recomendable apostar por uno que cargue con USB y aguante lo suficiente como para no tener que estar enchufándolo todas las semanas.