Las esperanzas terapéuticas contra la esclerosis múltiple se han visto reforzadas en el 25 Congreso del Comité Europeo para el Tratamiento y la Investigación en Esclerosis Múltiple, celebrado en Düsseldorf (Alemania). Hace apenas 15 años, esta enfermedad neurológica crónica y degenerativa apenas contaba con tratamientos eficaces.
Sin embargo, en la última década y media se han logrado varios avances: en 1993, el primer interferón beta-1, betaferón; en 1996, el acetato de glatirámero, que inauguró otra familia inmunomoduladora; en 2006, el primer anticuerpo monoclonal (natalizumab). Ahora se vislumbra una nueva época de terapias orales, destacó el neurólogo alemán Han-Peter Hartung, presidente de la citada sociedad científica y del encuentro.
En él se han reunido 4.728 especialistas de 86 países, que han debatido sobre los mecanismos patológicos, las posibles vías para atajarlos y los beneficios y riesgos de las terapias disponibles. La neuróloga española Mar Tintoré, de la Unidad de Esclerosis Múltiple del barcelonés Hospital Vall d’Hebrón, indicó que natalizumab ha mejorado la eficacia de sus antecesores (hasta un 70%) y ha dejado abierta una posibilidad para abordar nuevos retos, como la neurorregeneración.
También la directora médica de la compañía Biogen Idec, Olga Sánchez-Soliño, apuntó que ya se ha comprobado en modelos animales que el bloqueo de una proteína llamada lingo-1 con un anticuerpo monoclonal específico (Anti-LINGO1) permite regenerar la mielina, cuya destrucción está en la base de la patología. La mielina es la sustancia grasa que recubre y protege las fibras nerviosas del cerebro, la médula espinal y el nervio óptico.
Síntomas
Hartung citó como síntomas iniciales típicos de la enfermedad la fatiga constante, la visión borrosa y el dolor en uno o los dos ojos, hormigueo y entumecimiento de extremidades, pérdida de equilibrio y dificultades cognitivas. Por su parte, el experto estadounidense Frederick Munschauer, de la Universidad de Nueva York, añadió que la enfermedad, que provoca discapacidad física y disfunción cognitiva, es la principal causa de desempleo y afecta a las actividades cotidianas y relaciones familiares y sociales. De ahí la relevancia de las mejoras clínicas, funcionales y de calidad de vida conseguidas por natalizumab, resaltó Munschauer.
Respecto a los efectos secundarios que aconsejaron reservar el fármaco para las esclerosis múltiples más agresivas y como terapia de segunda línea tras fallar el interferón, Tintoré destacó la importancia de la farmacovigilancia. En este caso, se ha consensuado con las autoridades sanitarias españolas y europeas un programa de seguimiento, TYGRIS, que evaluará cada seis meses el beneficio-riesgo del tratamiento. Aunque el peligro es serio (leucoencefalopatía multifocal progresiva, una infección que destruye células cerebrales), sólo ha aparecido en 14 de las 20.000 personas que han recibido natalizumab. Además, estudios publicados hace poco sugieren que el problema podría ser contrarrestado con la detección y tratamiento precoces.