Investigadores estadounidenses han conseguido paliar en ratas de laboratorio los síntomas de la enfermedad de Parkinson, mediante el trasplante de neuronas obtenidas a partir de células «madre» embrionarias de los roedores. Una vez trasplantadas al cerebro de los animales, las neuronas formaron conexiones funcionales y mitigaron los síntomas del mal.
Los autores del avance indican que abre la puerta a que las células «madre» embrionarias puedan servir para tratar el Parkinson, aunque confirmar o desechar esa posibilidad requerirá aún de mucho trabajo en el laboratorio.
Las células «madre» de embriones son capaces de convertirse en cualquiera de los tejidos diferentes que forman un organismo. Ronald McKay, del Instituto Nacional para Desórdenes Neurológicos y Apoplejías (NINDS), y sus colegas insertaron en las células «madre» de rata un gen llamado «Nurr1» y las expusieron a una serie de factores de crecimiento, gracias a las cuales derivaron en neuronas. El gen «Nurr1», explicaron estos científicos, es el que lleva a células precursoras neurales a convertirse en neuronas productoras de dopamina, el neurotransmisor cuya carencia es la causa fundamental del Parkinson.
Los investigadores injertaron después las neuronas cultivadas a ratas que habían perdido las productoras de dopamina en uno de los lados del cerebro, por lo que presentaban síntomas de Parkinson en uno de los lados del cuerpo. A otro grupo de ratas de las mismas características le injertaron neuronas sin el gen «Nurr1», y un tercero fue sometido a falsos trasplantes.
Los científicos comprobaron que las neuronas injertadas establecían conexiones con las células cerebrales que las rodeaban y comenzaban a fabricar dopamina. Los animales que recibieron las neuronas con el gen «Nurr1» mostraron importantes mejorías en los síntomas de la enfermedad de Parkinson, que eran menores en las ratas que habían recibido las células sin el gen.
«Los experimentos de McKay hacen avanzar nuestro conocimiento del potencial de las células «madre» para convertirse en diferentes tipos de neuronas», dijo Audrey S. Penn, director del NINDS, quien añadió que el trabajo del científico estadounidense demuestra que «podemos empezar con células «madre» embrionarias y acabar con neuronas productoras de dopamina».
Trabajos anteriores habían demostrado que las células precursoras neurales pueden derivar en neuronas que logran paliar el mal de Parkinson, pero sólo generan estas neuronas durante un corto periodo de tiempo. Las células «madre» embrionarias, sin embargo, son una fuente ilimitada de células productoras de dopamina, según Mckay. Los resultados son esperanzadores, pero aún preliminares, reconoce el investigador, cuyo equipo estudia ahora el modo en que las células injertadas interactúan con el cerebro del anfitrión y los posibles riesgos de esta terapia, pasos ambos previos y fundamentales antes de cualquier ensayo en humanos.