El exceso de peso no es solo un grave problema físico responsable del aumento de los trastornos metabólicos como la diabetes, los problemas cardiovasculares o los trastornos ortopédicos. Es, además, un importante problema psicológico, sobre todo en la población infantil y juvenil. En este artículo se explica cómo los niños y los adolescentes que padecen sobrepeso u obesidad tienen un nivel de motivación más bajo, una menor tolerancia a la frustración y, por tanto, una mayor dificultad para conseguir los objetivos que se proponen.
Una reciente investigación de la Universidad de Granada demuestra que el sobrepeso y la obesidad generan desmotivación en niños y adolescentes. Los investigadores dividieron un grupo de entre 10 y 14 años en dos: en uno, los que tenían un peso normal, y en otro, quienes tenían exceso de peso u obesidad. Todos ellos pasaron un test para medir su motivación. Los resultados señalan que quienes sufrían exceso de peso presentaban, de forma clara, menor nivel de motivación. Como apuntan los autores en la revista ‘Nutrición hospitalaria’, este menor nivel de motivación «se manifiesta por una mayor tendencia hacia la frustración y mayores dificultades para alcanzar sus metas».
Sobrepeso: la epidemia de la obesidad
Como ha alertado la Organización Mundial de la Salud (OMS) en repetidas ocasiones, el exceso de peso y la obesidad se han convertido en una auténtica epidemia en los países desarrollados. A pesar de que los profesionales de la salud y los medios de comunicación no dejan de hablar de las bondades de la dieta mediterránea, el sobrepeso en niños y adolescentes es un problema grave de forma especial en los países mediterráneos.
Un 45% de los niños y un 25% de los adolescentes en España padecen sobrepeso u obesidad
En la misma línea, un informe de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) alerta de que el 45% de los niños españoles tienen exceso de peso: un 19% sufren obesidad, mientras que el 26% tienen sobrepeso. Datos del estudio AVENA, realizado en el año 2007, mostraron que entre los adolescentes el problema no es tan grave, pero sí preocupante, ya que un 25% de estos chicos padecen sobrepeso u obesidad.
Baja motivación con exceso de peso
La psicología define la motivación como el deseo o la necesidad que activa o dirige el comportamiento humano hacia un objetivo en concreto. Es la fuerza que empuja a niños y adolescentes a estudiar, querer tener amigos, hacer deporte, etc. En definitiva, a disfrutar de la vida. La baja motivación de los niños y los adolescentes con exceso de peso es una seria dificultad para que se relacionen con sus compañeros y amigos.
Como indican los autores del estudio de la Universidad de Granada, «esta situación parece verse potenciada en chicas y se incrementa con la edad». Además, a los niños y los adolescentes desmotivados les cuesta marcarse objetivos y luchar por ellos. Son menos disciplinados en sus tareas (como estudiar o controlar su alimentación), obtienen peores notas y son menos optimistas que quienes no sufren este problema de salud.
Comer mal dificulta el desarrollo psicológico
La relación entre exceso de peso y desmotivación se explica, según esta investigación, por «el carácter eminentemente social que tiene la alimentación, así como por la influencia que esta puede tener en el desarrollo psíquico». Comer mucho y mal (pero también comer poco y mal) dificulta el desarrollo psicológico, sobre todo en una etapa tan crucial como es la adolescencia. En este periodo de la vida, son muy importantes las relaciones con los iguales.
Y los adolescentes con exceso de peso pueden tener problemas de autoestima que dificultan su relación con los demás, lo que disminuye sus niveles de motivación. Por eso, los autores proponen «una intervención educativa que incluya la actividad física regular para minimizar la desmotivación en el ámbito escolar y académico».
Cada vez más investigaciones corroboran la estrecha relación entre nutrición y desarrollo psicológico. Un estudio realizado por pediatras de Atención Primaria a 430 niños españoles, denominado “Test Krece Plus”, señala que quienes muestran un desarrollo psicológico adecuado suelen seguir hábitos nutricionales apropiados. Y, viceversa, quienes comen mal suelen tener un peor desarrollo psicológico.
Asimismo, el informe alerta de que muchos de ellos siguen hábitos de vida poco saludables. Según los resultados obtenidos, el 25% de los encuestados seguían hábitos nutricionales muy malos, como consumir comida rápida (10%) o comer verdura solo una vez al día (7%). Por el contrario, solo el 20% de los niños siguen unas prácticas nutricionales apropiadas. Además, según los autores, el 41% de los menores no realizan el ejercicio físico suficiente.