Durante los próximos días, muchas personas irán de compras o se conectarán a Internet para obtener una ganga en las rebajas del Black Friday (día después del Día de Acción de Gracias estadounidense) o del Ciber Monday (lunes después). Hay historias de compradores que se levantan en medio de la noche para no perderse la última oferta. Sin embargo, para otras personas esto no es algo que pueda controlarse con facilidad. Los psicólogos lo llaman oniomanía o síndrome del comprador compulsivo, cuyo principal síntoma es un deseo desenfrenado por adquirir sin una necesidad real. Aquí te damos las claves para saber si eres adicto a las compras y cómo podrías evitarlas, ya que detrás de este trastorno se puede esconder un profundo vacío emocional.
Razones por las que caemos en las compras compulsivas
¿Por qué comprar más prendas de vestir si se tiene el armario lleno de ropa? ¿Se adquiere solo porque es barato? Comprar algo que no necesitamos, sin dedicar un tiempo razonable para valorar la calidad del producto, su utilidad y su precio, es algo bastante más habitual de lo que imaginas. Cerca del 7 % de la población mundial padece oniomanía, o adicción a las compras compulsivas, según la plataforma Top Doctors.
Este problema se agrava aún más entre los jóvenes, debido a que son el público más vulnerable a la publicidad y a las redes sociales, ya que se estima que un adolescente pasa hasta nueve horas al día en línea. La oferta está en todos lados, no puedes escapar de ella: está en el muro de Facebook, en las historias de Instagram, en los vídeos de YouTube, en un anuncio en Twitter…
“Hay más casos de oniomanía en jóvenes que están alrededor de los 17 años, ya que se puede empezar a comprar con cantidades de dinero muy pequeñas y con eso pueden adquirir productos fácilmente. En el Black Friday (en 2020 el viernes 27 de noviembre), en las rebajas y ofertas, los precios son muy reducidos. Comprar, aunque sean pequeñas cosas, les da una sensación de autonomía, de valía”, explica Alba Palazón Llecha, psicóloga sanitaria de la Unidad de Conductas Adictivas y Medicina Psicosomática del Hospital Universitari Dexeus (Barcelona).
Además, Palazón Llecha señala que detrás de esta necesidad de valía por medio de las compras compulsivas se esconden problemas emocionales relacionados con la tristeza, la angustia y la ansiedad. “En el proceso de compra las personas empiezan a sentir malestar y nunca logran sentirse totalmente satisfechas cuando adquieren ese bien totalmente innecesario; se genera un bucle de compra donde cada vez se busca algo más costoso, más inalcanzable. Se busca llenar un vacío emocional y por medio de una compra se alivia un poco ese dolor. La persona piensa que nunca es suficiente, y que al comprar más se sentirá mejor”, comenta.
El perfil de los compradores compulsivos
El comprador compulsivo gasta más de lo que puede pagar; pierde dinero a base de los innumerables préstamos al banco y a las tarjetas de crédito. La persona en cuestión es capaz de gastar cantidades insólitas en una sola adquisición, y las consecuencias pueden ser capaces de destruir y torcer una vida, una pareja o una familia. En pocas palabras: comprar de manera compulsiva puede llevarlos a la ruina total.
Los adictos a las compras suelen ocultar algo que han comprado porque a menudo sufren sentimiento de culpa. Además, la persona que tiene oniomanía está constantemente revisando las tiendas online, en el móvil, en el ordenador… y a cualquier hora, en el trabajo, en la escuela, en sus momentos libres…
Imagen: Mudassar Iqbal
La doctora Sandra Farrera, especialista en Psicología Clínica en el Centro Psicología BCN (Barcelona) y miembro de Top Doctors, asegura que “el perfil del comprador compulsivo presenta una sintomatología ansiosa, bajo estado de ánimo, poco autocontrol o baja tolerancia a la frustración. Suelen ser personas que padecen trastorno bipolar o trastorno límite de la personalidad. Quienes padecen oniomanía, tras comprar suelen sentirse deprimidos. Y solo piden ayuda cuando la realidad se les impone, bien por deudas o por verse afectados en otras parcelas de la vida”.
La necesidad de comprar, en algunos casos, se agrava dependiendo la época del año. Durante vacaciones, a lo largo del periodo navideño o en el Black Friday, la temporada de ofertas es más importante a nivel mundial. La inmensa mayoría del comercio, independientemente del tamaño, se ha sumado a esta última jornada promocional: la banca, los seguros, los restaurantes, las tiendas, las agencias de viaje… Además, según un estudio de la plataforma Oliver Wyman, el 84 % de los consumidores españoles planea hacer compras con motivo del Black Friday y el gasto medio de cada comprador en ese día será de 258 euros.
Consejos para evitar las compras por impulso
Tanto la psicóloga Palazón Llecha como los expertos de Top Doctors dan una serie de consejos para apoyar y promover la compra con conciencia.
? El consumidor debe ser sincero consigo mismo y hacerse las siguientes preguntas:
- ¿Podría vivir sin ese producto?
- ¿Cómo me sentiré dentro de cinco días si adquiero ese producto?
- ¿Tengo el dinero suficiente para hacer esa compra?
- ¿Qué podría hacer con ese dinero si lo guardo para otro fin?
? Aplicar la técnica de los 10 minutos. La dopamina es un neurotransmisor de la inmediatez, vinculado al placer y a la memoria, pero se reduce pasados 10 minutos. Así se puede valorar con más calma si la compra es necesaria o no.
? Es importante no comprar para satisfacer una necesidad, el impulso o el bajo estado de ánimo. Si creemos que podemos sufrir del trastorno de la compra compulsiva, es importante comunicarlo al entorno más cercano y pedir asistencia psicológica.
? En el caso de los jóvenes, resulta fundamental que los padres estén pendientes de las compras y del gasto semanal o mensual de sus hijos, además de llevar una buena comunicación en el entorno familiar. Pero, lo más importante es cortar el problema de raíz y analizar cuáles son los problemas emocionales o psicológicos que llevan a la persona a sufrir oniomanía.