Pestañas postizas, extensiones, permanentes, tintes y lifting. Cada vez son más las alternativas para lucir unas pestañas bonitas. Antes de lanzarse a probar uno de estos tratamientos, conviene valorar los pros y los contras para elegir el más apropiado. En este artículo explicamos cuáles son las principales opciones estéticas y cómo cuidar de nuestras pestañas para mantenerlas bonitas y sanas.
Aunque el cometido principal de las pestañas es proteger el ojo ante los cuerpos extraños procedentes del exterior y filtrar la luz solar, la función estética de esta parte del cuerpo ha cobrado especial importancia, sobre todo en los últimos años. Y no es para menos. La intensidad y el atractivo de la mirada depende, en gran medida, de las pestañas. Cuanto más tupidas, largas y curvadas son, más belleza confieren al rostro.
Si bien a través del maquillaje es fácil potenciar el protagonismo de las pestañas, muchas veces no se logra el efecto deseado. También puede que se busque que éste perdure más allá de una aplicación puntual. En estos casos, optar por un tratamiento específico para las pestañas puede ser una excelente opción, siempre que se tengan en cuenta las ventajas e inconvenientes de cada uno de ellos.
Los tratamientos para lograr unas pestañas bonitas de forma rápida y duradera están de moda. Las pestañas postizas y las extensiones son una de las soluciones más empleadas para embellecer la mirada y de las más económicas. El tinte y la permanente son otras dos técnicas muy populares para aportar más cuerpo a las pestañas. El lifting es uno de los últimos remedios estéticos. Consiste en alisar, estirar y elevar las pestañas para que parezcan más largas.
Pero si no queremos someternos a estos tratamientos y lo que pretendemos es lucir unas pestañas sanas y fuertes, podemos seguir unas sencillas rutinas que incluyen utilizar unos productos específicos. Te contamos en qué consiste cada tratamiento, cuándo se recomienda y cómo pueden afectar a la salud de tus pestañas y ojos.
Pestañas postizas y extensiones
Imagen: lkbbb
Las primeras pestañas postizas datan del siglo pasado. Estaban fabricadas con pelo natural y pronto se convirtieron en un accesorio estético muy popular entre las mujeres. No había actriz, cantante o bailarina que no las usase. Con el paso del tiempo se convirtieron en un objeto de belleza al alcance de todas las féminas, independientemente de su condición social o económica.
En la actualidad, la mayoría de las pestañas postizas y extensiones son sintéticas. En función del número de pelos que tengan y cómo se distribuyan las hay enteras (las más habituales), individuales, de esquina y en mechones. Las pestañas postizas son de quita y pon (de uno o varios usos) y las extensiones son semipermanentes: duran entre dos y tres semanas sin necesidad de retoques. Sean de un tipo u otro, se fijan al párpado con un pegamento especial, por lo que su colocación requiere cuidado y algo de maña.
❗ Riesgos
Aunque el uso de pestañas postizas y extensiones es muy habitual, ambos tratamientos deben espaciarse en el tiempo o dejar para momentos especiales. La mayoría de los riesgos están asociados al pegamento utilizado para adherir las pestañas. Éste puede afectar a nivel ocular provocando picazón, dolor, enrojecimiento y párpados pesados. La dermatitis alérgica, queratoconjuntivitis seca, conjuntivitis tóxica, erosión conjuntival y blefaritis alérgica son otros de los principales —y no tan excepcionales— efectos adversos.
Pestañas magnéticas
La última revolución en el sector de las extensiones son las pestañas magnéticas. Son reutilizables (es importante lavarlas adecuadamente y prestar atención a la fecha de caducidad) y más sencillas de colocar que las postizas. Se fijan con unos microimanes valiéndose de un delineador especial o intercalándolas entre las pestañas naturales e imantándolas entre sí.
❗ Riesgos
Al no requerir pegamento son más seguras que las tradicionales, pero también tienen sus riesgos. Pueden irritar la piel, provocar reacciones alérgicas e infectar los párpados. Son algo pesadas, pudiendo ocasionar la caída de las pestañas naturales o que éstas crezcan hacia dentro. Los orzuelos y las lesiones oculares son también posibles.
Permanente y tinte de pestañas
Estos dos tratamientos dan luminosidad y volumen a la mirada, por lo que suelen aplicarse conjuntamente para lograr unos mejores resultados. La permanente potencia la curvatura natural de las pestañas y dura entre cuatro y seis semanas, justo el tiempo en el que se renueva el pelo de manera natural. El tinte trata la pestaña y le aporta más cuerpo y volumen, fortaleciéndola si es muy quebradiza.
❗ Riesgos
Tanto la permanente como el tinte pueden desencadenar reacciones alérgicas, principalmente en la piel, que tenderá a hincharse y enrojecerse. Para evitar problemas lo mejor es probar 24 horas antes en otra parte del cuerpo. También es importante realizar estos tratamientos en centros especializados para tener garantía sobre la calidad de los productos empleados.
Lifting de pestañas
Para conseguir unas pestañas lisas, elevadas y estiradas nada mejor que someterlas a un lifting. Es un tratamiento semipermanente y menos dañino que las extensiones, ya que no utiliza pegamentos. Además, el resultado es más natural y no requiere realizar mantenimiento alguno. Dura, de media, unas seis semanas.
❗ Riesgos
Sin embargo, el lifting de pestañas también tiene sus “peros”. Es un tratamiento en el que se usan productos químicos, por lo que pueden desencadenarse reacciones alérgicas. Para minimizar riesgos, lo mejor es acudir a un centro estético especializado. Tampoco conviene abusar: tres veces al año son las aplicaciones recomendadas para no dañar la pestaña natural.
Cómo cuidar las pestañas en el día a día
Unas pestañas bonitas no siempre precisan de un tratamiento estético. Cuidándolas y utilizando los productos adecuados conseguirás que luzcan sanas y fuertes. Toma nota de estas cinco pautas:
- Cepíllalas a diario, de la raíz al extremo, y aplica unas gotitas de aceite de ricino o de almendras.
- Por la noche es el momento de emplear una crema vitalizante, regeneradora o un sérum. Evitan la caída y ayudan a que las pestañas crezcan más espesas y abundantes.
- Utiliza una buena máscara. Aquellas que tienen colágeno o elastina son mejores ya que contribuyen al crecimiento de las pestañas.
- El rizador, solo para ocasiones especiales: abusar hará que las pestañas se quiebren con facilidad.
- Al desmaquillar las pestañas usa productos adecuados y, a ser posible, hipoalergénicos.