Picadura de garrapata: cómo prevenir, identificar y curar

Además de en jardines, parques, montes o zonas verdes de piscinas, las garrapatas se están adaptando a vivir incluso en playas, según revela un estudio de 2021 publicado en la revista ‘Applied and Environmental Microbiology‘.

Para evitar posibles picaduras, es bueno tener en mente una serie de consejos prácticos cuando se va a la naturaleza:

• Utilizar camisetas de manga larga y pantalón largo.
• Vestir ropa de color claro, ya que así será más fácil comprobar si hay alguna garrapata sobre ella.

• Evitar las sandalias o el calzado abierto.
• Hay que procurar usar siempre botas cerradas con calcetines.

• Utilizar repelentes específicos para insectos de venta en farmacias.
• Rociarse tanto en la ropa como en el cuerpo, especialmente detrás de las rodillas, cuello y axilas.

A los perros es conveniente aplicarles algún antiparasitario externo.

• Evitar la zona central de los caminos y el contacto con la vegetación que los rodea.
• No sentarse en el suelo en las zonas con vegetación.
• Prestar especial cuidado en los puntos con humedad alta, sobre todo, las áreas que estén junto a cursos de agua o encharcadas, ya que hasta allí puede acercarse ganado.

• Hay que evitar tumbarse directamente en la arena o en el césped. Hacerlo mejor sobre una toalla. Sacudir bien la toalla al acabar el día y, si es posible, lavarla a más de 30 ºC.
• Tampoco hay que arrimarse a arbustos y plantas cercanas.

Para que las garrapatas sean capaces de transmitir los patógenos que llevan en su interior, necesitan estar prendidas de la piel un tiempo generalmente superior a las 24 horas. Por eso es crucial detectar la picadura y quitar el parásito cuanto antes.

No. Sus picotazos no duelen y, en ocasiones, las garrapatas adheridas ni se ven. Muchas personas las confunden con un bulto o un lunar.

No siempre. Lo habitual es encontrar una mancha roja en la piel con forma de diana, pero en ocasiones ni siquiera aparece este síntoma. Las lesiones cutáneas más extensas, como celulitis o úlceras necróticas, son menos frecuentes y pueden precisar tratamiento local.

Se recomienda examinar con cuidado todo el cuerpo al finalizar la jornada en el campo. Hay que inspeccionar bien la piel, sobre todo en el caso de los niños, y prestar atención a axilas, ingles, cabello, detrás de las rodillas, por dentro y fuera de las orejas, dentro del ombligo y alrededor de la cintura. Las garrapatas prefieren los lugares calientes y húmedos del cuerpo, y suelen refugiarse en los pliegues cutáneos.

Podemos aprovechar el momento de la ducha y, si es necesario, utilizar espejos para poder ver bien todas las partes del cuerpo. Tampoco debemos olvidarnos de revisar bien a nuestras mascotas.

Es recomendable lavar la ropa que hemos utilizado ese día con agua caliente para asegurarnos de que no quede ninguna garrapata adherida a las prendas.

En caso de picadura, hay que acudir cuanto antes al socorrista o a un puesto de primeros auxilios para que retiren la garrapata de forma adecuada.

Si no encontramos uno, tenemos que retirar el parásito del cuerpo lo antes posible para evitar posibles complicaciones. ¿Cómo? Usa pinzas de borde romo y punta fina y sigue estos pasos:

• Sujetarla lo más cerca posible de la piel y tirar de ella con suavidad hacia arriba.
• Una vez extraída, es conveniente conservarla en un recipiente con papel húmedo. Así, en caso de posibles complicaciones, se puede enviar a las autoridades sanitarias para que la estudien.
• Limpiar bien la herida con agua y jabón o aplicar un antiséptico.
• Al terminar, lavarse bien las manos.
• Si pasados varios días hay fiebre o erupción cutánea, hay que acudir al médico.