Crecer de manera saludable
El objetivo es tan ambicioso como necesario: lograr que todos los niños de nuestro país crezcan de manera saludable y, con ello, reducir el sobrepeso y la obesidad infantil en un 25 % durante la próxima década. Para conseguirlo, el Gobierno ha publicado recientemente un plan de acción que se ocupará de mejorar las condiciones necesarias para llevar una vida saludable e involucrará a las distintas administraciones públicas. La obesidad infantil es un fenómeno con múltiples causas. Por tanto, hacerle frente requiere medidas transversales en varios niveles.
«Sabemos que para prevenir y reducir la obesidad infantil, los niños, las niñas y los adolescentes necesitan practicar regularmente actividad física, tener una alimentación saludable y mantener un adecuado bienestar emocional y buenos hábitos de sueño —expone el documento—. Este plan estratégico propone colocar a la infancia y la adolescencia en el centro, haciendo accesibles y atractivos los estilos de vida saludable».
Un plan, 6 líneas de acción y 50 medidas
La estrategia que propone el Gobierno se articula en seis grandes líneas de acción, que son las siguientes:
- 1. Promover la actividad física y el deporte.
- 2. Promover una alimentación saludable.
- 3. Promover el bienestar emocional y el descanso adecuado.
- 4. Reforzar los sistemas públicos para promover estilos de vida saludables.
- 5. Garantizar la protección de la salud de la infancia.
- 6. Crear un cambio cultural hacia los estilos de vida saludables.
El punto de partida, el proceso y las metas se aprecian en este esquema:
Los objetivos abarcan diversas áreas e implican grandes transformaciones, incluido un cambio cultural. Para cumplirlos es necesario poner en marcha unas medidas concretas, aunque también diversas, como apuntábamos en nuestro monográfico especial sobre Obesidad Infantil. Estos son algunos ejemplos:
🔶 Más deporte
Se propone incrementar la práctica de actividad física en escuelas, el tiempo dedicado a esta actividad y aumentar también las extraescolares de actividad física y deporte. Se impulsará la prescripción de ejercicio físico desde la Atención Primaria y el desarrollo de herramientas digitales que requieran actividad física. A su vez, se trabajará para garantizar un acceso económico universal al deporte, con una participación plena de los menores con discapacidad y una reducción de la brecha de género en la práctica deportiva.
🔶 Alimentación saludable
Entre las medidas, destaca garantizar una alimentación saludable en el entorno educativo, y la disponibilidad gratuita de agua en centros públicos, locales de restauración y los propios pueblos y ciudades, aumentando la densidad de fuentes públicas. Para conseguir un acceso económico a la alimentación saludable se crearán tarjetas digitales de ayudas alimentarias y se garantizarán las becas comedor para la infancia en situación de vulnerabilidad. Al mismo tiempo, se promoverá la lactancia materna (por ejemplo, mediante medidas laborales que la faciliten), se avanzará hacia una fiscalidad saludable y se adoptarán medidas para mejorar la composición nutricional de los productos alimenticios.
🔶 Bienestar emocional y descanso adecuado
Para mejorar el bienestar emocional y el descanso, se avanzará en medidas de conciliación familiar, habrá más actividades escolares en el entorno natural y se educará sobre rutinas saludables de sueño. El cuidado de la salud mental ocupará un lugar central y se incluirá en el currículo educativo.
🔶 Sistemas públicos más fuertes
El papel de las administraciones y servicios públicos es determinante. Se prevé, entre otras cuestiones, mejorar la capacidad del Sistema Nacional de Salud, adecuar recursos humanos y financieros de Atención Primaria y salud pública, crear una Red Estatal de Escuelas Promotoras de la Salud, potenciar la Red Estatal de Ciudades Saludables y establecer un sistema integrado de vigilancia de la obesidad infantil y sus determinantes.
🔶 Protección de la salud en la infancia
Proteger la salud de los pequeños conlleva, por ejemplo, regular el marketing de alimentos y bebidas, impulsar un etiquetado más comprensible y mejorar la capacidad de decisión de las familias en base a un etiquetado frontal. Pero también implica fomentar entornos educativos y digitales libres de violencia, desarrollar estrategias contra el ciberacoso o incluir en la planificación urbana unas áreas periescolares que sean saludables y seguras.
🔶 Un cambio cultural
Concienciar sobre estilos de vida saludable es fundamental, y para ello se prevé difundir recomendaciones adaptadas a edades y entornos, sensibilizar sobre la naturaleza de la obesidad infantil y aumentar el conocimiento sobre sus causas y consecuencias. Para ello, se buscarán alianzas público-privadas con sectores implicados, líderes de opinión y medios de comunicación, y se reforzará la formación a profesionales del entorno sanitario y del entorno educativo.
Más presupuesto para reducir la obesidad infantil
La complejidad del problema requiere adoptar soluciones diversas, complementarias y simultáneas. Pero el tamaño del problema requiere una financiación acorde. De ahí que, como expone el documento, estas actuaciones tendrán una consideración prioritaria en los Presupuestos Generales de Estado: «Se fomentará la utilización de fondos europeos y el impulso de la colaboración público-privada para el desarrollo de las medidas, incluyendo la declaración del plan como Acontecimiento de Excepcional Interés Público».