La 45 reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (ASCO 2009), celebrada esta semana en Orlando, ha puesto de manifiesto que los investigadores le siguen ganando terreno al cáncer. Este encuentro ha servido de marco para presentar nuevas familias farmacológicas con distintas dianas, nuevas terapias dirigidas y nuevas combinaciones de medicamentos.
En el caso concreto del cáncer de riñón, muy resistente a la quimioterapia, se han logrado avances muy importantes en los últimos años gracias a los inhibidores de la angiogénesis, un proceso que favorece el crecimiento tumoral a través de los vasos sanguíneos. Si se corta ese suministro, las células malignas pierden su sustento y frenan su proliferación.
El último fármaco de esa familia anti-angiogénica, pazopanib, ha ofrecido en Orlando muy buenos resultados (54% de reducción respecto a placebo del riesgo de progresión tumoral o muerte) para respaldar su solicitud de aprobación en Estados Unidos, donde ya tiene un primer visto bueno, y en Europa.
Inhibidores PARP
Otra nueva familia de fármacos presentada en ASCO 2009 son los inhibidores PARP, que en su fase preliminar alientan esperanzas para tratar algunos tumores de mama especialmente complicados. Su acción consiste en impedir que las células cancerosas reparen por sí solas los daños que les produce la quimioterapia, de modo que queden debilitadas y sea más fácil su destrucción por los agentes quimioterápicos.
Asimismo, en Orlando se dieron a conocer dos estudios iniciales con resultados prometedores. En uno, el fármaco BSI-201 mejoró la eficacia (retrasó la recaída y alargó la supervivencia) contra el tumor mamario «triple negativo», muy difícil de tratar. En el otro, el inhibidor PARP bautizado como olaparib redujo un 40% un tumor avanzado con mutaciones genéticas.
También se presentaron vacunas terapéuticas, una contra el linfoma No-Hodgkin folicular y otra contra el melanoma metastásico, y se demostró la eficacia de trastuzumab, un fármaco aprobado para casos avanzados de cáncer de mama, en pacientes de cáncer gástrico con alta presencia de HER2, un receptor que acelera el crecimiento tumoral.