Un 30 % de la población española padece algún tipo de alergia. Para muchas de estas personas en primavera los síntomas se acentúan: tos seca, lagrimeo, estornudos, picor de garganta, problemas respiratorios… son tan habituales como incómodos y limitantes. Por fortuna, existen varios fármacos para combatir estas molestas manifestaciones. Colirios, antihistamínicos, analgésicos o anticatarrales resultan muy eficaces pero, al mismo tiempo, algunos tienen efectos secundarios que influyen en las actividades cotidianas: la conducción es una de ellas. Sin embargo, muchos ciudadanos no son conscientes de lo que supone medicarse y ponerse al volante. En este artículo te contamos todo lo que necesitas saber si eres alérgico y conduces.
Por qué no debes conducir si tienes alergia
Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), el riesgo de sufrir un accidente aumenta un 30 % en conductores alérgicos. ¿Los motivos? Los propios síntomas cuando la alergia no se trata y, paradójicamente, el consumo de fármacos para paliar los efectos de la enfermedad. Por ejemplo:
- cuando un conductor estornuda, su vehículo recorre más de 125 metros sin control circulando a 90 km/h.
- si se encadenan varios estornudos seguidos y el coche va a 100 km/h, la distancia aumenta a 140 metros.
- si el tiempo estornudado se mantiene durante 10 segundos, esa longitud se multiplica.
¿Qué hacer, entonces, cuando se tiene alergia? Lo primero es acudir al médico para que valore la situación y, llegado el caso, nos medique. Si esto ocurre y no podemos prescindir de conducir, hay que indicárselo al facultativo para que lo tenga en cuenta al recetarnos algún fármaco. En ningún caso debemos automedicarnos.
Medicamentos incompatibles con la conducción
Desde 2007 todos los medicamentos que afectan a la capacidad de conducir o manejar maquinaria incluyen en su cartonaje un pictograma (una señal triangular de advertencia con un coche dentro) que alerta de esta situación e indica al paciente la necesidad de leer el prospecto.
Además, para facilitar a los conductores la tarea de saber si pueden o no ponerse al volante cuando siguen un tratamiento, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha elaborado una lista con los que tienen un impacto significativo sobre la conducción y ha redactado una serie de consejos útiles relacionados con el consumo de estos medicamentos.
A modo de resumen, los fármacos quedan catalogados en cuatro grupos:
- Categoría 0: no afectan a la conducción.
- Categoría 1: tienen una influencia leve.
- Categoría 2: los de influencia moderada.
- Categoría 3: aquellos con influencia muy marcada.
Los medicamentos que tratan los síntomas relacionados con la alergia (antihistamínicos) tienen como efectos secundarios ocasionar somnolencia, alterar la capacidad de reacción reduciéndola y provocar visión borrosa (colirios).
Pero, en general, los antihistamínicos que utilizan como principio activo bilastina, ebastina, desloratadina, loratadina y terfenadina no producen efectos sobre la conducción.
Imagen: Free-Photos
Consejos para el conductor con alergia
- Aunque tu médico ya te haya diagnosticado alergia con anterioridad y sepas qué debes tomar, acude a consulta antes de comenzar a medicarte otra vez.
- Si tienes intención de hacer un viaje largo, empieza el tratamiento prescrito unos días antes, ya que los efectos sedativos del medicamento disminuyen a medida que se acostumbra el organismo.
- Comprueba que tu coche lleva filtros de aire HEPA. Son especiales para polen, puesto que son capaces de atrapar el 99,97 % de las partículas con un tamaño superior a 0,3 micras.
- No conectes el aire acondicionado ni abras las ventanas del automóvil. De esta forma impedirás que entre el polen en el habitáculo.
- Limpia el interior del vehículo con asiduidad para evitar que se acumule polvo y no transportes animales.
- No conduzcas al atardecer o al amanecer, ya que son los momentos en los que se registra una mayor concentración de polen en el ambiente. Y si realizarás un viaje largo, planifica la ruta y elude los lugares donde se prevea haya más polen.
La primavera, ¿la alergia altera?
La alergia se ha convertido en una patología muy común. Cada vez más personas padecen esta enfermedad en mayor o menor grado y las previsiones no son nada halagüeñas: según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), en pocos años la alergia afectará a la mitad de la población mundial.
Y aunque la alergia es una enfermedad prevalente todo el año, la primavera es la época en la que los casos se disparan y se agravan, ya que es el momento de la polinización de la mayoría de las flores y las plantas. Los meses de marzo, abril y mayo son los más virulentos para las personas que sufren esta enfermedad; no obstante, si la estación es húmeda y lluviosa, los síntomas serán menores.
El polen de las gramíneas es el responsable de la mayoría de estas alergias en España, sobre todo en el norte y centro peninsular. En la cuenca mediterránea la parietaria es la especie más alergénica, mientras que el olivo lo es en la zona sur. Puedes consultar qué tipo de pólenes están activos y sus niveles en este enlace de la SEAIC.