El asma es la afectación pulmonar más común en la mujer embarazada: entre el 4% y el 8% de las gestantes sufre algún tipo de complicación asmática, sobre todo entre el cuarto y el último mes del embarazo. De ellas, un 12% acude a urgencias alguna vez por insuficiencia respiratoria. Un estudio reciente publicado en “New England Journal of Medicine” asegura que su control adecuado durante el embarazo puede mejorar la salud tanto de la madre como del hijo. Por el contrario, no tratar la dolencia puede originar complicaciones como hipertensión arterial durante el embarazo, partos prematuros o niños con bajo peso.
Imagen: Christopher, Tania and Isabelle Luna
De todas las gestantes que acuden a un servicio de urgencias por complicación de su cuadro asmático, el 2% acaba ingresando cuando la valoración de la gravedad se realiza sin pruebas objetivas como la espirometría (mide el grado de obstrucción de los bronquios y es útil para el diagnóstico y seguimiento de patologías). No obstante, las cifras de ingresos aumentan al 62% cuando este examen sí se lleva a cabo. Son datos que acaba de revelar la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) con motivo del Día Mundial del Asma, el pasado 5 de mayo.
El tratamiento del asma durante el embarazo es esencial para el buen desarrollo del feto y para el bienestar de la madre. A pesar del temor de muchas mujeres, un mal control de esta afectación respiratoria es más peligroso que tomar diariamente una medicación inhalada. Un ataque de asma, además, supone un riesgo mayor para el feto debido a la disminución del aporte de oxígeno. Éste necesita una correcta oxigenación para desarrollarse de forma normal y, lo que es más importante, sobrevivir.
Un trabajo reciente llevado a cabo en el Kaiser Permanente Medical Center (California, EE.UU.), publicado en la revista «New England Journal of Medicine», añade posibles complicaciones a la falta de oxígeno: preclampsia (hipertensión arterial durante el embarazo), partos prematuros y bebés de bajo peso al nacer.
Plan terapéutico
El riesgo de asma incontrolada es peor que los posibles efectos adversos que pueden causar la mayoría de los fármacos inhaladosLos investigadores han podido constatar estas complicaciones gracias a un estudio de 12 años de duración con casi 2.000 mujeres embarazadas, al que se han unido 2.620 mujeres más de 16 hospitales universitarios de EE.UU. Ambos estudios concluyen que las mujeres con asma tratadas disfrutan de embarazos más saludables y que la probabilidad de que tengan hijos sin asma es mucho mayor. Teniendo en cuenta el peligro que supone la falta de control del asma, los investigadores del estudio recomiendan que aquellas mujeres que consideren quedarse embarazadas y padezcan asma planteen también desarrollar un plan terapéutico a sus ginecólogos.
Sin embargo, diversos estudios publicados en 2006 denotan la falta de control adecuado de esta enfermedad durante la gestación. Dichos trabajos revelan que las dosis de corticoides inhalados se ven disminuidas durante el primer trimestre de embarazo, lo que favorece la aparición de los ataques. Otras investigaciones constatan que la gravedad de la enfermedad aumenta de manera notable en casi el 35% de las mujeres tras quedarse embarazadas. Por este motivo, los expertos recomiendan ponerse en manos especialistas para controlar el asma, más durante el embarazo.
Incomodidad ante el fármaco
Uno de los principales problemas para el control adecuado del asma durante el embarazo es la incomodidad que sienten muchas mujeres ante los fármacos. No obstante, la mayoría de los fármacos inhalados son apropiados para ellas, y el riesgo de asma incontrolada parece ser peor que los posibles efectos adversos que pueden causar los medicamentos necesarios. Es lo que asegura la American Academy of Allergy, Asthma and Inmunology en sus guías para el control del asma en la embarazada. La misma institución recomienda también que los medicamentos por vía oral se eviten, a menos que sean necesarios para controlar los síntomas.
La guía también recomienda continuar con la inmunoterapia o «inyecciones contra la alergia», al no tener ningún efecto adverso en el embarazo, aunque siempre debe estar controlada por un profesional y nunca debe iniciarse por primera vez durante el embarazo.
Recomendaciones
Aunque aún quedan por conocer muchos factores que relacionan el asma con el embarazo, los investigadores aseguran que la amplia información extraída del estudio permite ofrecer recomendaciones prácticas que han funcionado ya en la práctica clínica, dando como resultado madres e hijos sanos. Así, entre las conclusiones del estudio del Kaiser Permanente Medical Center se incluyen sugerencias para un correcto plan terapéutico para el control de esta inflamación crónica de les vías aéreas.
Mantenerse lejos de aquello que puede desencadenar una reacción alérgica o asmática, así como consultar siempre con un profesional antes de decidir tomar medicamentos son algunas de las recomendaciones. El trabajo ofrece también consejos para ayudar a aquellos profesionales que deban atender a embarazadas con asma: evaluar de manera adecuada la enfermedad, controlar los factores desencadenantes y la medicación, tratar los ataques y comunicarse de forma apropiada con la paciente.
La American Lung Association recomienda también, además de las sugerencias ya comentadas, varios pasos, como realizar ejercicio con moderación (con la medicación adecuada si se padece asma inducida por el ejercicio, siempre controlada por un profesional) y vacunarse contra el virus de la gripe si el segundo o tercer trimestre de embarazo cae en otoño o invierno.
Son muchos los trabajos que han relacionado asma con embarazo, periodo en el que se dan importantes cambios hormonales. Estas fluctuaciones aparecen también durante las etapas premenstruales, la pubertad o la menopausia, por lo que a menudo también se han relacionado con esta afectación respiratoria. El asma premenstrual es, de hecho, una denominación ya aceptada. Recientemente, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, SEPAR, presentó un trabajo en el que mostraba que el asma premenstrual puede afectar de forma intensa al 57% de las mujeres asmáticas.
A propósito del estudio, los investigadores aseguraron que hay evidencias científicas de que las fluctuaciones hormonales podrían influir directamente en la inflamación de las vías aéreas femeninas (las hormonas femeninas modulan la producción de múltiples sustancias que producen esta inflamación).
Por este motivo, cuando se han comparado las mujeres sanas con mujeres asmáticas, estas últimas registran alteraciones de las hormonas femeninas en el 80% de los casos. Estas evidencias explicarían por qué el asma en la mujer evoluciona a través de las diferentes etapas de la vida en paralelo a la evolución de sus etapas hormonales. También darían sentido a los resultados de un estudio reciente de la American Lung Association, en el que se confirma que la presencia del asma en mujeres es mucho mayor que en hombres, así como la gravedad de los síntomas.