En muchos países las campañas de prevención contra el síndrome de inmunodeficiencia humana adquirida (SIDA) no llegan a las personas más expuestas al riesgo de contraer la infección, aunque desde algunas organizaciones como Médicos sin Fronteras consideran que en los países en desarrollo lo fundamental es conseguir que el tratamiento llegue a los afectados y, de esta manera, erradicar el problema. Desde que en 1998 la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) expresara su profunda preocupación por el hecho de que el SIDA se hubiera convertido en una epidemia con todas sus consecuencias, las cifras no paran de crecer.
Según Javier Sancho, responsable de comunicación de la ONG Médicos Sin Fronteras(MSF), lo primordial es que el tratamiento llegue a todo el mundo, cosa que ahora no es posible por justificaciones económicas. «Los políticos se comprometieron públicamente a que la salud pública siempre estaría por encima de los intereses económicos y, en realidad, esto no sucede», lamenta. ¿Porqué en España y otros países desarrollados el SIDA es una enfermedad crónica y en el resto del mundo una enfermedad mortal?
Desde sus inicios en 1997, la Campaña Mundial del SIDA se creó con un claro objetivo: aumentar la concienciación ciudadana relacionada con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y SIDA y proclamar cada uno de diciembre el Día Mundial del SIDA. Desde 2005 hasta 2010 la campaña se fundamenta en asegurar que los políticos cumplan las promesas que han hecho respecto al VIH/SIDA. De ahí el lema «Detén el SIDA. Mantén la promesa». Este año, el decimonoveno consecutivo que se lleva a cabo, hace una contundente referencia a la responsabilidad. Sus objetivos son claros: incrementar el compromiso de los políticos relacionado con las promesas respecto a la enfermedad, dar soporte a las organizaciones y fomentar el compromiso de toda la comunidad civil.
Tanto desde sectores profesionales como de asociaciones de afectados y de lucha contra la enfermedad se destaca que el verdadero elemento para hacer frente a esta pandemia se basa en el uso de herramientas de prevención adecuadas, tratamientos disponibles para todos los afectados y la atención y el apoyo a las personas que viven con el virus. Para ello se precisan de los recursos adecuados, campañas de promoción y protección de los derechos humanos y las libertades de los infectados frente a las discriminaciones de índole económico, racial y de género.
En la actualidad las cifras que se muevan alrededor de este virus son conmovedoras. Según el informe de actualización de la Situación de la epidemia de SIDA 2006, realizado conjuntamente por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que son alrededor de 39,5 millones los afectados por este virus. Combatirlo es uno de los objetivos de Desarrollo de la ONU para este milenio, junto con el paludismo.
Cifras estremecedoras
Aunque en los últimos años se han producido numerosos avances en terapia y prevención de la enfermedad, las cifras no paran de aumentar en relación a los datos que se disponen del año 2004. En 2006 se han producido 4,3 millones de nuevas infecciones, de las cuales el 65% corresponden a África subsahariana, siendo las regiones de Asia oriental y central y Europa oriental donde el incremento de las tasas de infección han aumentado un 50% desde 2004. De estos 4,3 millones de nuevos infectados, unos 530.000 son menores de 15 años.
Del total de 40 millones de portadores del virus, aproximadamente un 44,3% son mujeres y un 5,75% son niños. Nunca se habían dado tantos casos de mujeres infectadas mayores de 15 años como ahora, cifra que se prevé aumente ya que las mujeres heterosexuales son uno de los grupos de más riesgo. Las probabilidades de infectarse son cuatro veces superiores a las de los varones de esa edad. En África, el 75% de los jóvenes con VIH son mujeres.
De los 40 millones de infectados por VIH, el 44,3% son mujeres y el 5,75% niños menores de 15 añosEn 2006, un total de 2,9 millones de personas fallecieron como consecuencia de enfermedades relacionadas con el sida, de los que cerca de 380.000 fueron menores de 15 años. Casi las tres cuartas partes de las defunciones en adultos y niños causados por el sida se dieron en África subsahariana, un dato que refleja la importancia de tener o no acceso a tratamiento puesto que determina la evolución de la enfermedad. También es en esta región donde viven más infectados. ONUSIDA prevé que a finales de 2006 habrán muerto, a causa del sida, aproximadamente 25 millones de personas desde que fuera detectado por primera vez en 1981.
Conocer el riesgo para prevenir la infección
Las nuevas infecciones se engloban fundamentalmente en tres comportamientos de riesgo: consumo de drogas por vía endovenosa, relaciones sin protección entre hombres homosexuales y comercio sexual también sin protección. Aunque ONUSIDA recalca que se ha avanzado mucho (calcula que se han salvado unos dos millones de años de vida desde 2002 en el tercer mundo gracias al suministro de medicamentos retrovirales), queda mucho camino por recorrer.
«La OMS, mediante la iniciativa 3×5 [tratar a 3 millones de personas antes de 2005] y con la implicación de agencias internacionales, solamente ha conseguido que llegue el tratamiento a 1.300.000 personas, que es poco más o menos de lo que se estaba haciendo desde MSF», declara Sancho. «Hasta que la OMS, mediante la legislación de cada país desarrollado incluido España, no haga respetar los acuerdos políticos no se avanzará». Para la organización, los políticos sólo se comprometen a ampliar fondos para cubrir los precios prohibitivos de los medicamentos, pero esto no es una solución a largo plazo. Hay que conseguir que bajen los precios, no se puede dejar la solución del problema en manos de las farmacéuticas.
En algunas zonas del mundo las nuevas infecciones se ceban en la franja de edad de los más jóvenes, de los 15 a los 24 años, que representan un 40% de los nuevos contagios, aunque la prevalencia global del VIH entre los jóvenes ha bajado. En Europa oriental y Asia central, donde ya se han contagiado un 70% más que en 2004, con 270.000 nuevos casos este año, el virus se propaga principalmente por la inyección de droga. En el sur y sureste de Asia, con un 15% más de casos, la principal vía de contagio es la prostitución. El avance de la enfermedad también es notorio en el norte de África y Oriente Próximo, con un 12% más de casos, y en África subsahariana, donde los casos han aumentado un 7%.
En Europa occidental y central unas tres cuartas partes de las infecciones contraídas por vía heterosexual se dan entre inmigrantes. La violencia de género, una cuestión de salud pública, se solapa ahora con la epidemia del VIH/SIDA y constituye otro factor de riesgo frente al virus. Por todo ello, las políticas de prevención y tratamiento deben alcanzar la globalidad de los grupos más expuestos y con mayor riesgo, según el informe.
La forma más efectiva de evitar contagios de enfermedades de transmisión sexual, entre ellas el SIDA, es el preservativo. Los nuevos datos hechos públicos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) siguen revelando que la vía sexual es la forma más habitual de contagio; aproximadamente el 75% de los nuevos casos se deben a relaciones sexuales sin protección. Además, este tipo de relaciones entre varones tiene un papel fundamental en las epidemias de la mayoría de países latinoamericanos.
En opinión de Sancho, «el tratamiento del SIDA pasa por una atención integral y en ella entra la prevención pero, aunque tiene un impacto considerable, sería utópico pensar que sólo con la prevención se conseguiría algún objetivo en los países en vías de desarrollo. ¿Preservativos para todos en África subsahariana? Lo que hay que hacer en estas regiones es erradicar el problema y para ello la prevención tiene que estar ligada en paralelo al tratamiento».
Aunque el número de infectados no deja de crecer, la OMS asegura que desde el periodo de 2000-2001 la prevalencia del VIH entre los jóvenes ha bajado en ocho de los once países del tercer mundo de los que se disponen de datos suficientes, principalmente en Kenia, las zonas urbanas de Costa de Marfil, Malaui y Zimbabwe. Los informes destacan que se ha observado una cierta tendencia positiva entre la población joven relacionada con el comportamiento sexual.
Los estudios demuestran que el látex constituye una barrera eficaz tanto frente al VIH como a otros de los microorganismos causantes de enfermedades, aunque para ello es necesario usarlo siempre y de forma adecuada. Las prácticas sexuales orales también conllevan un riesgo de infección, por lo que hay que evitar cualquier contacto con semen o fluidos vaginales.