Cada 7 de abril desde el año 1950, en conmemoración del aniversario de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se celebra el Día Mundial de la Salud. Y como cada año, se escoge un tema de relevancia para centrar la atención en cuestiones importantes de salud pública que afectan a la comunidad internacional. Este año la jornada se dedica a reflexionar sobre las enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue y el paludismo e insistir acerca de la necesidad de mejorar la protección contra ellas.
Este año el lema del Día Mundial de la Salud se centra en las enfermedades transmitidas por vectores. Los vectores son animales que pasan patógenos de una persona o animal a otra y provocan enfermedades. Las áreas más afectadas son las tropicales y las subtropicales y los territorios con escasez de agua potable y de saneamiento. El dengue y la fiebre amarilla (que contagian mosquitos infectados), el paludismo o malaria (a través de la picadura de mosquitos se transfiere el parásito Plasmodium) y fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (causada por un virus propagado por garrapatas) son algunas de las enfermedades transmitidas por vectores.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), estas afecciones significan el 17% de todas las enfermedades infecciosas de todo el mundo. Según el «Informe mundial sobre el paludismo 2013», publicado por esta organización, se estima que en 2012 hubo 207 millones de casos de paludismo que provocaron 627.000 fallecimientos, sobre todo de niños africanos. y es que el 80% de los casos se producen en África.
Objetivo del Día Mundial de la Salud 2014
Los viajeros con destino a países en los que estas enfermedades son una amenaza deben conocer y aplicar las medidas de protección
El principal objetivo de la campaña de este año es mejorar la protección contra las enfermedades infecciosas que transmiten los vectores. Para los expertos de la OMS, es imprescindible aumentar y difundir el conocimiento sobre el peligro que suponen estas patologías. Hay que tener en cuenta que muchas de ellas empiezan a traspasar fronteras y se hace ineludible empezar a adoptar medidas más allá de los países donde son endémicas. Por este motivo, desde esta organización insisten en que:
- La población de las zonas afectadas sepa cómo protegerse de forma adecuada.
- Los viajeros con destino a países en los que estas enfermedades son una amenaza deben conocer y aplicar las medidas de protección.
- Los gobiernos de los países donde estas afecciones son un problema de salud pública tomen las medidas adecuadas para proteger a la población.
- Las autoridades sanitarias de los países en los que las enfermedades vectoriales son una amenaza colaboren con las distintas jerarquías, tanto nacionales como internacionales, para desarrollar estrategias que mejoren la vigilancia de los vectores e impedir su propagación.
El dengue y la malaria en España
En el documento «Evaluación del riesgo de introducción y circulación del virus de dengue en España», elaborado por el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias sanitarias (CCAES), del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, y hecho público en fechas recientes, se expone el riesgo real de que el dengue se extienda por nuestro país y el impacto que supondría en la salud pública.
En España, los últimos casos autóctonos de malaria se registraron en la década de los 60
Esta enfermedad se transmite a través de la picadura de un mosquito infectado de la especie Aedes. Aunque en España se erradicó el Aedes aegyptia mediados del siglo XX, hace poco se ha establecido otro vector de la misma familia, el Aedes albopictus o mosquito tigre, en la costa mediterránea e islas Baleares, que llegó de manera accidental a través del transporte de vehículos en 2004. Estos antecedentes, junto con la buena red de comunicaciones que existe en nuestro país, hacen que se vea posible y que preocupe la introducción de este virus.
La OMS estima que más de 2.500 millones de personas están en riesgo de contraer el dengue y que cada año se producen entre 50 y 100 millones de infecciones en todo el mundo. En la región europea todos los casos notificados han sido importados, aunque en Niza (Francia) y en Croacia, en 2010, se detectaron los dos primeros casos autóctonos.
La malaria es otra enfermedad que se erradicó en España hace años. Los últimos casos autóctonos se registraron en la década de los 60. Sin embargo, el cambio climático, con el consecuente incremento de las temperaturas, los movimientos inmigratorios, el intercambio de materiales con el continente africano y, por supuesto, los turistas posibilitan la llegada de los vectores de la malaria. No obstante, aunque sea factible su llegada, las barreras climáticas podrían trabas a su propagación. Además, ante la aparición de algún caso autóctono, el sistema sanitario español posee las herramientas para tratarlo de manera efectiva.