Hace 30 años que se detectó por primera vez el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). Desde el inicio de la infección, en España se han notificado 80.827 casos de sida y, hoy por hoy, la prevención es la herramienta más eficaz y más barata para contener el virus. El diagnóstico precoz es la otra gran estrategia que también se debe cuidar para combatir la epidemia. Sin embargo, los recortes en Sanidad ponen en peligro la labor de información y prevención del VIH y del sida que realizan numerosas ONG en nuestro país. Por este motivo, para celebrar hoy, 1 de diciembre, el Día Mundial del Sida, se ha escogido un lema de tono reivindicativo que reza “Menos recortes, menos excusas y más derechos”.
La salud y la economía van de la mano, según se desprende del lema de este año para celebrar hoy, 1 de diciembre, el Día Mundial del Sida: «Menos recortes, menos excusas y más derechos». Detrás de esta jornada está la Coordinadora Estatal de VIH-SIDA, CESIDA, que aglutina a las casi 90 asociaciones y plataformas de VIH, que trabajan combatiendo esta epidemia en distintos aspectos como la atención psicológica, social, la formación, la sensibilización, la información y la prevención acerca de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y el sida.
Su labor es complementaria a la de la Administración, pues estos colectivos llegan adonde esta no lo hace. Sin embargo, el actual escenario de crisis puede dificultarla de manera importante. El principal obstáculo con el que se encuentran las ONG para seguir con sus funciones es la reducción significativa que ha sufrido en los Presupuestos Generales del Estado la partida específica destinada al VIH, lo que puede comprometer de modo notable su trabajo en el terreno de la prevención y repercutir en la incidencia de la epidemia, informa Juan Ramón Barrios, miembro de la Comisión Ejecutiva de CESIDA.
VIH: prevención y diagnóstico precoz
En España, cada año se registran alrededor de 4.000 nuevos casos de infección por VIH, cifra que podría incrementarse, según el Grupo de Estudio del Sida (GESIDA). Este grupo ha anunciado que los recortes notificados por el Gobierno en Sanidad y la pérdida de la tarjeta sanitaria de las personas inmigrantes en situación irregular, contemplada en el Real Decreto 16/2012, supondrá un repunte de nuevos casos de la infección por VIH: en el primer año se espera que sea de más de 300 y hasta 500, pero no solo en la población inmigrante, sino en el conjunto de la población. Y es que «la prevención es la herramienta más eficaz y más barata para contener el VIH«, afirma Barrios.
La principal vía de contagio en las mujeres heterosexuales es la transmisión sexualEl diagnóstico precoz del VIH es la otra gran estrategia que también se debe cuidar para combatir la epidemia. Hoy en día, el 30% de las personas seropositivas desconocen su condición. La realización de una prueba rápida de VIH, que se hace con saliva, permite saber si la persona está infectada si ya han pasado tres meses desde la práctica de riesgo. Las ONG también trabajan en ello. «Conocer el estado serológico de una persona no solo es beneficioso para su vida, sino que evita infectar a otras personas. Cuando se empieza con el tratamiento, se consigue que la carga viral se vuelva indetectable y disminuye en un 96% la posibilidad de transmitir la infección», explica Barrios.
La epidemia y el estigma del VIH continúan
La infección por el VIH ya ha cumplido treinta años. Desde su inicio, en España se han notificado 80.827 casos de sida. Con respecto a 2009, en 2010 se constató que hubo un descenso de casos del 16% entre los varones y de un 18% entre las mujeres. El 79% de los casos registrados en 2009 tuvieron su origen en la transmisión sexual, en la mayor parte de los casos entre hombres homosexuales (46,1%), seguida de las relaciones heterosexuales (33,1%) y, de forma más minoritaria, fue debida al uso de drogas por vía parenteral (5,9%). El 38,4% de los nuevos diagnósticos se realizaron en personas procedentes de otros países y, entre las mujeres heterosexuales, cabe destacar que la principal vía de contagio (el 80% de los casos) fue la transmisión sexual, según datos del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad a 30 de junio de 2011, los últimos disponibles.
«El estigma que pesa sobre el sida aún está vigente. Debido a la cultura de nuestra sociedad y a que clásicamente se ha relacionado con el sexo y las drogas, es tabú y se oculta. Las personas que reciben un nuevo diagnóstico de sida tienden a retraerse y a no comunicárselo ni a su entorno más próximo (familiar), ni social, ni laboral por miedo a ser excluidas. Un estudio señala que se las discrimina en todos los ámbitos. Hoy, en un país en el que el 25% de la población está en el paro, tener el VIH es un hándicap para encontrar trabajo. Además, ahora ya hay afectados con más de veinte años conviviendo con el VIH y nos encontramos con situaciones nuevas: a personas mayores se les ha denegado la entrada en residencias por estar infectadas«, apunta Barrios. Sin embargo, recuerda que «el VIH-sida es una enfermedad muy democrática y afecta a personas de todas las escalas sociales, porque cualquier persona puede tener una práctica de riesgo, de sexo sin protección en algún momento».
Hitos médicos en sida
Hoy la esperanza de vida de los infectados es solo unos diez años menor que la de la población general española
A lo largo de los treinta años de epidemia del sida se han producido dos hitos importantes. El primero en 1996, con el desarrollo de la terapia de antirretroviral de alta actividad (TARGA), que cambió de manera radical el sino de los pacientes con VIH. Hoy su esperanza de vida se ha alargado de forma notable: es solo unos diez años menor que la de la población general española, de 74 años frente a los 82 u 84.
Esta reducción es debida a que el tratamiento, a veces, se empieza en fases avanzadas de la enfermedad y no consigue erradicar el virus del todo, pues siempre queda una carga residual que produce inflamación crónica y se acumula a lo largo de los años, lo que provoca un envejecimiento precoz y una esperanza de vida más corta en los infectados, según información de Josep María Gatell, reconocido experto en la infección por VIH y jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínic, de Barcelona.
El segundo logro importante fue a partir de 2002 (año de celebración de la XIV Conferencia Internacional sobre el Sida, en Barcelona), con el inicio de la expansión de los medicamentos antirretrovirales, que al principio fueron minoritarios y solo para los afectados de países ricos, a poblaciones de países más desfavorecidos. «El último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que, en estos momentos, hay 8,30 millones de personas infectadas con el VIH -de los 20 millones que hay en todo el mundo- que reciben el tratamiento antirretroviral, cuando hace solo dos o tres años era una minoría», según Gatell.
Un reciente avance que se ha producido en los últimos años en el tratamiento de la infección ha sido el desarrollo de fármacos más cómodos de tomar para los pacientes. Así, mientras hace algunos años, estos debían tomarse numerosas píldoras, ahora, se dispone de coformulaciones o pastillas que contienen los tres principios activos necesarios para controlar la enfermedad. En la actualidad, ya hay tres fármacos de este tipo disponibles y, en breve, se espera que salga una cuarta pastilla. «Lo que parecía un sueño, ahora es una rutina», destaca Gatell. Este avance médico ayuda a los pacientes a seguir mejor el tratamiento, cuyo cumplimiento al 100% es la clave para controlar la enfermedad.
Aunque se han producido avances en los últimos años, la obtención de vacunas contra el sida se resiste. Las vacunas terapéuticas tienen como objetivo acortar los tratamientos antirretrovirales que ahora hay que tomar de por vida y que resultan tóxicos. El fin sería poder medica a los pacientes durante un periodo de tiempo acotado (un año y medio) y después poder retirar el tratamiento. “En este aspecto, estamos mejor que hace cinco años. Se han producido avances muy importantes, pero todavía las vacunas no son lo bastante potentes para reemplazar a los antirretrovirales”, afirma Josep María Gatell, codirector de HIVACAT (programa para la obtención de una vacuna efectiva contra el VIH).
Las infecciones que se controlan mejor son aquellas contra las que existe una vacuna preventiva, como el sarampión, la poliomelitis, la rubeola o la gripe. Estas vacunas evitan que las personas se infecten al entrar en contacto con otras que tienen el virus. Y supondría un avance muy significativo contra la epidemia obtener una que fuera eficaz. Hace dos años una combinación de vacunas preventivas logró prevenir el 30% los contagios, según un estudio hecho en 5.000 personas. “Esta es la cara positiva de la investigación, que demuestra que una vacuna preventiva es posible. El lado negativo es que una vacuna con una eficacia de solo el 30% no se puede utilizar y, por ello, tanto en HIVACAT como otros grupos seguimos investigando. Hoy estamos más cerca, pero todavía hay que confiar en las medidas de conductas de prevención tradicionales”, confiesa Gatell.