La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que en 2015 (último año del que se han publicado datos) fallecieron 17,7 millones de personas por enfermedades cardiovasculares, lo que representa un 31 % de todas las muertes registradas en el mundo. Es la primera causa de muerte también en España, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2017. La dislipemia, una alteración en los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre, puede derivar en una serie de enfermedades cardiovasculares de no ser tratada. Sin embargo, muchos de los factores de riesgo se pueden modificar y, por lo tanto, estas enfermedades son prevenibles. Lo contamos en el siguiente artículo.
¿Qué es la dislipemia?
La dislipemia, también llamada hiperlipidemia, se define como cualquier alteración en los niveles de lípidos en la sangre, como lo son el colesterol y los triglicéridos.
Existen dos tipos principales de colesterol:
- El HDL (lipoproteína de alta densidad), conocido como «colesterol bueno«. Se encarga de devolver al hígado el exceso de colesterol para su eliminación a través de los ácidos biliares.
- El LDL (lipoproteína de baja densidad), conocido como «colesterol malo«. Se encarga de transportar el colesterol desde el hígado a las células del organismo. Cuando sus cifras son elevadas, se habla de una hipercolesterolemia. Si la hipercolesterolemia no se trata, puede provocar ateroesclerosis, lo que a su vez puede llevar a complicaciones como un infarto de miocardio, aneurismas o una enfermedad renal crónica, entre otras.
Los triglicéridos son el principal tipo de grasa transportado por el organismo. El cuerpo digiere las grasas de los alimentos y libera los triglicéridos al torrente sanguíneo para aportar energía o para ser almacenados en forma de grasa. Cuando los niveles de triglicéridos son elevados (superan los 150 mg/dl), pueden provocar también el desarrollo de ateroesclerosis y, en consecuencia, anginas de pecho, infarto de miocardio e ictus.
Causas de la dislipemia
El doctor Jorge Francisco Gómez Cerezo, coordinador del Grupo de Trabajo de Riesgo Vascular de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), asegura que la causa principal de la dislipemia es la carga genética. «Si una persona tiene antecedentes de dislipemia, lo más conveniente es que se revise los niveles de colesterol y triglicéridos desde la adolescencia», indica el médico internista. «De no tener antecedentes de dislipemia, lo normal sería revisar los niveles en la edad adulta, una vez cada dos o tres años, y a partir de los 40 años, hacer una revisión anual», agrega.
Además de la genética, Gómez Cerezo enumera otras causas: la alimentación (que tiene más impacto sobre el caso de los triglicéridos que en el del colesterol), el sedentarismo, el tabaquismo y algunas enfermedades que pueden contribuir a aumentar o disminuir los niveles, como ictus, diabetes y obesidad. Pero señala que, en el caso de la hipercolesterolemia, la alimentación solo puede modificar los niveles en un 10 % aproximadamente, al igual que la actividad física, por lo que «casi siempre hay que recurrir a fármacos».
Síntomas que puede ocasionar
Los síntomas de la dislipemia son prácticamente inexistentes, de ahí la importancia de una detección precoz y una vigilancia constante. El doctor Gómez Cerezo apunta que, salvo que el colesterol esté «muy, muy» elevado, puede aparecer una acumulación de grasa en la región de los párpados o en otras partes del cuerpo.
También hace hincapié en la prevención. Según el médico internista, las personas que tienen antecedentes de hipercolesterolemia deben vigilar los niveles de colesterol y triglicéridos al menos una vez al año, así como las personas de alto riesgo vascular: las que han tenido un ictus, infartos de miocardio previos, diabetes u obesidad.
Tratamiento y recomendaciones de alimentación
El coordinador del Grupo de Trabajo de Riesgo Vascular de la Sociedad Española de Medicina Interna explica que el tratamiento dependerá de cómo de elevado esté el colesterol «malo», los triglicéridos o ambos. «El médico puede recetar un tratamiento con fármacos que tienen su base en estatinas y que, en la mayoría de los casos, una vez recetado, se debe tomar de por vida», comenta.
Por el contrario, si una persona tiene el colesterol moderadamente elevado y no tiene ningún factor de riesgo añadido, ni antecedentes familiares, Gómez Cerezo sostiene que se puede optar por un tratamiento de dieta. La dieta adecuada para evitar el aumento de colesterol y triglicéridos es la dieta mediterránea:
? Utiliza el aceite de oliva como principal grasa de adición. ? Prioriza un consumo de alimentos de origen vegetal en abundancia (frutas, verduras, legumbres, champiñones y frutos secos). Es fundamental consumir cinco raciones de fruta y verdura diario como mínimo. ? Disminuye el consumo de carnes rojas y procesadas. Opta por carnes blancas (como el pollo). ? Come pescado con frecuencia, salvo en estos cuatro casos. ? Bebe agua en lugar de tomar otras bebidas.
También se recomienda hacer actividad física, al menos tres veces a la semana o caminar una hora al día, así como intentar bajar de peso, si se tiene sobrepeso.