Más de 30.000 cardiólogos han debatido, con motivo del Congreso Mundial de Cardiología celebrado en Barcelona del 2 al 6 de septiembre, aspectos relacionados con el envejecimiento de la población, la obesidad infantil y su relación con la medicina cardiovascular. Además de destacar el valor del estilo de vida y los hábitos saludables como factores de protección cardiovascular, los especialistas han presentado novedades importantes asociadas a la prevención, al tratamiento y a la rehabilitación. Uno de los principales estudios presentados pone en valor la importancia del entorno social y familiar para proteger la salud del corazón.
Euroaction
El cardiólogo David A. Word, de Londres, ha presentado en el Congreso Mundial de Cardiología de Barcelona el proyecto más grande realizado hasta ahora en cardiología preventiva para la mejora de la salud del corazón. El estudio europeo multidisciplinar EUROACTION pone énfasis en la implicación del equipo sanitario, la familia y el paciente para intentar limitar el impacto negativo de hábitos poco saludables.
Los resultados finales de EUROACTION demuestran que el acercamiento del equipo multidisciplinario, junto con la implicación del paciente, del cónyuge y del resto de la familia más cercana, puede mejorar su forma de vida y reducir significativamente los factores de riesgo de los pacientes con patología coronaria o con riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
El análisis preventivo ha evaluado la salud cardiovascular de 10.792 enfermos coronarios, pacientes de riesgo y sus familias de ocho países y 24 centros hospitalarios. La inclusión de pacientes y miembros de familia ha sido uno de los puntos más destacados de todo el proceso. Las mejoras significativas no sólo se han observado en los pacientes, sino también en su entorno más próximo a través de factores asociados al estilo de vida y factores de riesgo, como la dieta (con aumento de la ingesta de frutas, verduras o pescado), la actividad física, la grasa visceral, la presión arterial y los niveles de colesterol y glucosa). También ha mejorado el cumplimiento de la terapia prescrita, especialmente antiagregantes plaquetarios, betabloqueantes y estatinas, entre otros.
La implicación del paciente y su familia puede reducir los factores de riesgo de los pacientes con patología coronaria
Con el programa EUROACTION, tres cuartas partes de los pacientes (el 72% coronario y el 78% de riesgo elevado) y su entorno (el 72% coronario y los cónyuges con riesgo cardiaco elevado hasta el 77%) ha cumplido las recomendaciones dietéticas. Los pacientes coronarios de EUROACTION también han reducido el consumo de grasa saturada. De los pacientes y cónyuges que eran fumadores a la hora del acontecimiento cardiovascular, un 58% y casi un 23% respectivamente han abandonado el hábito tabáquico. La tasa de actividad física recomendada (de 30-45 minutos, cuatro veces por semana, con un aumento del 60-75% del ritmo cardíaco medio) ha sido seguida por la mitad de pacientes coronarios y sus cónyuges, indistintamente de si éstos últimos tenían o no factores de riesgo.
También se ha conseguido una reducción tanto del peso global de los pacientes y su entorno más allegado como de la obesidad central o circunferencia de la cintura. Los niveles de presión arterial han sido mejores en los pacientes incluidos en el programa EUROACTION y, de forma constante, incluidos los pacientes diabéticos.
David Wood, presidente de EUROACTION, asegura que con el tratamiento actual no se llega a todos los pacientes, ya que los programas de prevención son dificultosos de llevar a cabo. Con el proyecto EUROACTION, y a pesar de que la Sociedad Europea de Cardiología da las pautas que fijan los estándares para la mejor práctica clínica, se demuestra por primera vez que se pueden alcanzar los estándares con un mayor efecto. Los expertos aseguran además que, ahora, el desafío está en seguir el ejemplo de EUROACTION y establecer programas de prevención útiles para mejorar la calidad de la vida de la población europea reduciendo el impacto de la enfermedad cardiovascular.
Control cardiaco desde casa
La telemonitorización es un sistema de monitorización de constantes vitales que se realiza de forma continua y desde el domicilio. Este sistema de comunicación con radiofrecuencia combinada con telefonía móvil permite eliminar totalmente las conexiones mediante cables. Con este método se pretende simplificar el control hemodinámico para conseguir que sean más útiles para los pacientes, en especial para los incapacitados o para los de edad avanzada.
En una comunicación presentada por Andrea Mortara, de Milán, se señalan cambios importantes en un futuro en el control hemodinámico de pacientes. El estudio, un ensayo controlado, incluye 461 pacientes con fallo cardiaco crónico en domicilio, elegidos al azar de entre 11 centros hospitalarios de Italia, Polonia y del Reino Unido.
En el estudio se compara el control de estos pacientes mediante la práctica clínica supervisada mediante contacto telefónico convencional, la telemonitorización, con toma de constantes vitales y como estrategia secundaria, un registro de la actividad eléctrica del corazón (ECG), de la respiración y un registro de la actividad física.
La telemonitorización a largo plazo permitirá la identificación de problemas con anticipación a la deterioración clínica
Uno de los objetivos de la investigación era esclarecer si un control continuo de ECG, de la respiración y de la actividad, además de reducir costes totales de la asistencia médica, incluyendo la disminución de los ingresos hospitalarios, mejoraba el bienestar del paciente. También pretendían definir el predominio y el impacto clínico de arritmias y anormalidades de respiración en pacientes con fallo cardiaco, tanto en periodos de inestabilidad como para determinar si la terapia que seguían era la óptima. Se evaluó la ocupación de camas hospitalarias para cualquier acontecimiento cardiovascular (muerte, insuficiencia cardiaca, arritmias, angina inestable, infarto del miocardio, entre otras), las medidas de bienestar del paciente, cambios en el tratamiento, los costes de cuidado y la rentabilidad.
De acuerdo con los resultados obtenidos, el especialista concluía su exposición presumiendo que la telemonitorización a largo plazo permitirá identificar problemas con anticipación al deterioro clínico, la optimización del tratamiento y una supervivencia mayor. Asimismo, animará, según el experto, al autocuidado del paciente con fallo cardíaco. Una de las expectativas es que, si esta práctica se muestra eficaz, pueda ser extrapolable a otras situaciones clínicas, como en el tratamiento y control de la apnea del sueño y en pacientes aquejados de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
Drogas y corazón, aliados mortales
El uso de drogas para mejorar el rendimiento en deporte no sólo es ilegal sino que comporta unos riesgos elevados para la salud. De estos efectos secundarios, los cardiovasculares son los más perjudiciales; muchas drogas usadas por los atletas pueden causar efectos colaterales cardiacos, con una acción cardiaca directa o indirecta, y provocar efectos arritmogénicos a corto, medio y largo plazo.
La Agencia Mundial Antidopaje (WADA, en sus siglas inglesas) actualiza anualmente la lista de las sustancias prohibidas por el Comité Olímpico Internacional. La lista incluye diversas clases de sustancias: esteroides androgénicos anabólicos, hormonas y sustancias relacionadas (eritropoyetina, hormona de crecimiento, gonadotropinas, insulina y corticotropinas), agonistas beta-2, hormona diurética y otros agentes como estimulantes, narcóticos, cannabinoides, glucocorticosteroides, alcohol y betabloqueantes.
Los efectos cardiovasculares del uso de drogas comprenden una amplia gama de enfermedades potencialmente mortales, incluso en personas sanas
F. Furlanello, del Departamento de Cardiología del Hospital S. Chiara de Trento, en Italia, expone un documento de posicionamiento creado recientemente sobre ‘Efectos nocivos cardiovasculares del doping en atletas’, publicado en European Journal of Cardiovascular Prevention & Rehabilitation, que resume las consecuencias que pueden tener las sustancias prohibidas por la WADA.
Los efectos cardiovasculares comprenden una amplia gama de enfermedades: cardiomiopatías hipertróficas, dilatadas o isquémicas, miocarditis, enfermedades tromboembólicas y también una amplia escala de arritmias cardiacas que son a menudo sintomáticas y potencialmente mortales, incluso en personas sanas. Además, los deportistas combinan a menudo varias drogas, lo que conlleva un riesgo más alto de efectos secundarios cardiovasculares. Las personas con enfermedades cardiacas preexistentes, como desórdenes arrítmicos primarios, incluyendo algunas cardiomiopatías heredadas, presentan un elevado riesgo de arritmias mortales y de muerte repentina.
Aunque se conoce la existencia de deportistas, profesionales o no, que toman drogas ilícitas, no se sabe el efecto tóxico ni arritmogénico exacto de cada una de estas sustancias. Por este motivo, los especialistas apuntan que, aparte de las estrategias de prevención de antidopaje, es preciso desarrollar campañas eficaces entre los atletas, especialmente entre el público más joven, que realizan deportes no competitivos sin ningún tipo de control.