El sarampión es una enfermedad vírica muy contagiosa, que puede llegar a ser muy grave y causar incluso la muerte. Sus síntomas son fiebre muy alta, secreción nasal, erupciones rojas por todo el cuerpo, tos y conjuntivitis. Además, otra característica son unos puntos blancos con un halo rojizo en la mucosa de la boca denominados manchas de Koplik. En caso de complicación, otras enfermedades derivadas del sarampión son la otitis, la neumonía o la encefalitis (una afectación grave del cerebro). Una persona con sarampión puede contagiar desde cuatro días antes de que aparezca la erupción de la piel, por lo que frenar su expansión es una tarea ardua en caso de que la población no esté vacunada. A continuación explicamos cómo está la situación en Europa y España y la importancia de la vacuna para evitar esta enfermedad.
¿Cómo se trata el sarampión?
No existe ningún tratamiento específico para el sarampión y, dado que es una infección vírica y no bacteriana, los antibióticos no sirven. Para reducir la fiebre se receta paracetamol o ibuprofeno. Además, algunos médicos administran vitamina A, dado que dicha vitamina ha conseguido reducir el número de muertes y de problemas graves derivados del sarampión en países donde es frecuente su carencia. Por otra parte, se recomienda que los pacientes se mantengan en ambientes cálidos y confortables.
¿Por qué hablamos de epidemia de sarampión?
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), si en 2015 se confirmaron 3.900 casos de sarampión y tres fallecimientos en Europa, un año después las cifras aumentaron a 5.133 enfermos y 16 muertes. Aunque los casos subieron ligeramente ese año, la alarma surgió en 2017 cuando los ciudadanos afectados fueron 23.927 y 35 de ellos murieron. Este número ha sido superado con creces en los seis primeros meses de este año, con 41.000 casos y 37 defunciones, tanto de niños como de adultos.
¿Cuáles son los países más afectados?
- Ucrania. Entre enero y junio de 2018, el país ha visto cómo 28.185 de sus ciudadanos sufrían sarampión y cómo 13 de esos casos acababan del peor modo posible. Esta cifra supone más de la mitad de los casos de toda Europa. La respuesta a esta situación la encontramos en la escasez de vacunas que el país ha experimentado desde hace tres años a consecuencia de la guerra en el Donbáss (en el este). Según la OMS, este hecho produjo que solo un 31 % de los niños del país pudieran recibir la segunda dosis de la vacuna triple vírica en 2016, que además del sarampión incluye las paperas y la rubéola.
- Italia. Con 3.341 casos es el país de la Unión Europea más afectado. En Italia la polémica está servida, ya que su ministra de Sanidad, Giulia Grillo, ha generado un incendiario debate sobre la obligatoriedad o no de las vacunas. Pero, a pesar de que ha sido tildada de «ministra antivacunas», el país ha pasado de tener un 85,3 % de su población vacunada a un 91,7 % en los últimos dos años; un incremento récord, aunque todavía se encuentran por debajo del 95 % que exigen las agencias internacionales.
- Grecia. Junto a Italia es el segundo país de la Unión Europea más afectado. 3.150 ciudadanos sufren sarampión: más de la mitad pertenecen a la colectividad gitana y muchos de ellos son extranjeros. El 94,4 % no estaban vacunados. La edad media de los afectados es de ocho años, lo que supone que muchos bebés han caído o caerán enfermos.
- Francia. A finales de 2017 padeció un brote de sarampión que actuó en 2.740 personas, lo que le colocó en el top tres de los países afectados por este virus. ¿El motivo? El 79 % de los franceses no están vacunados de forma adecuada, ya que les falta la segunda dosis.
¿Qué ocurre en España con el sarampión?
La vacuna del sarampión se introdujo en España en 1978. En la actualidad, cuenta con una cobertura de la primera dosis del 96,7 % y del 94,7 % de la segunda, lo que le sitúa en una posición destacada a nivel mundial. En septiembre de 2017, España entró a formar parte de los países en los que se eliminó el sarampión autóctono. Además, la OMS ha reconocido en fechas recientes en una carta que no hay transmisión de la enfermedad desde hace tres años, por lo que excluye a España del brote europeo.
¿Por qué es importante vacunarse (y hacerlo bien)?
Como dice el refrán, más vale prevenir que curar. La vacunación es el arma más eficaz para evitar esta enfermedad y, según la OMS, debe cubrir, al menos, al 95 % de la población. La Asociación Española de Pediatría (AEP) recomienda la vacunación de todos los niños con dos dosis de vacuna triple vírica que, además de sarampión, incluye paperas y rubeola, o de la tetravírica, a la que se le añade también la varicela. La propuesta de la AEP es iniciar la vacunación a los 12 meses y administrar una segunda dosis entre los dos y los cuatro años.
Esta segunda dosis es esencial. Sin embargo, según revela un estudio del proyecto periodístico internacional Medicamentalia, la tasa de esta segunda dosis es del 86 % en Luxemburgo, frente al 99 % de la primera, y del 85 % en Bélgica, frente al 96 %. De hecho, solo 50 de los 143 países de los que la OMS tiene datos alcanzan el 95 % en la segunda dosis.
La vacunación no es conveniente durante el embarazo y en casos de alteraciones inmunitarias, por ello es esencial la recomendación de la OMS, ya que cuando la mayor parte de la población está vacunada se produce un efecto rebaño protegiendo a los no vacunados de este virus.
«Las vacunas son la solución a esta y otras epidemias», afirma Ana Tentor Viñas, médico de familia. «El problema es que las vacunas no son obligatorias, son recomendadas. En España tenemos la suerte de que la mayoría de los padres siguen las recomendaciones oficiales, pero no pasa así en otros países», se lamenta la doctora.
¿Y si viajamos?
«Si se está debidamente vacunado se puede viajar con total tranquilidad a cualquier país del mundo sin necesidad de tomar ninguna otra precaución, a pesar de que el país de destino sufra de epidemia de sarampión», tranquiliza Tentor Viñas. Eso sí, en el caso de los bebés, la OMS ha emitido la recomendación de adelantar la primera vacunación a los seis meses.
El movimiento antivacunas
En los últimos años, sobre todo en los países anglosajones, han surgido colectivos antivacunas. Bulos tales como que las vacunas solo sirven para enriquecer a las farmacéuticas o hasta los que afirman que causan autismo e incluso la muerte no paran de circular. Se trata de una tendencia alarmante y que en algunos países impide que se produzca el efecto rebaño, capaz de proteger a la población no vacunada.
«No hay que olvidar que el sarampión es una de las principales causas de muerte infantil«, enfatiza Tentor Viñas. «La vacuna del sarampión es totalmente segura y salva vidas. En Europa este virus estaba prácticamente erradicado, pero si nos dejamos llevar por la corriente antivacunas, los casos de fallecimiento seguirán aumentando», asegura la doctora, quien recuerda que todos los contagios producidos en Europa se han originado por no estar vacunados o estar mal vacunados.