Viajar a destinos internacionales sin las medidas de prevención adecuadas puede provocar regresar al país de origen con alguna enfermedad tropical. Por eso, cuando se viaja es importante extremar las precauciones tanto frente a las dolencias infecciosas como a los riesgos sanitarios relacionados a las malas condiciones de higiene, saneamiento y calidad del agua. En fechas recientes se ha sabido que varias personas se han infectado durante viajes a algunas zonas del Caribe de una enfermedad poco conocida en nuestro país: la fiebre de chikungunya. Este artículo describe esta infección trasmitida por mosquitos y qué medidas de protección hay que adoptar para evitar su picadura.
En los últimos años se ha producido un repunte de las patologías poco frecuentes en nuestro país, asociado a un incremento del número de viajeros que se desplazan a países tropicales o en desarrollo y que no siguen las medidas de prevención recomendadas por las autoridades sanitarias. Sin embargo, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad cada año lanza la campaña ‘La Salud también viaja’ para recordar a la población de la necesidad de vacunarse con la suficiente antelación para que la profilaxis sea efectiva. Aun así, a la vuelta, el viajero debería consultar con su médico de cualquier síntoma ya que, a menudo, las enfermedades tropicales se manifiestan poco a poco.
Casos importados de chikungunya
En el último mes, en el Hospital Clínic de Barcelona, se han detectado un total de 11 casos importados de chikungunya en personas que se infectaron durante sus viajes a varios países de la zona del Caribe donde esta enfermedad es epidémica. Incluso, ante el posible riesgo de que se extienda mediante el mosquito tigre, uno de los vectores de propagación de la enfermedad presente en muchos municipios catalanes, la Generalitat de Cataluña ha puesto en marcha una alerta epidemiológica.
Mosquitos, garrapatas y la mosca negra trasmiten enfermedades graves que pueden poner en peligro la saludLa fiebre chikungunya es una enfermedad vírica. Fue descubierta en Tanzania en 1952 y se transmite por la picadura del mosquito de la fiebre amarilla (Aedes aegypti) y del mosquito tigre (Aedes albopictus). Aunque el primero está confinado en zonas tropicales, el mosquito tigre se encuentra en numerosas zonas de Europa, entre ellas, Cataluña. Si este insecto pica a una persona infectada, adquiere el virus y puede propagar la infección en cada picadura.
Este virus pertenece a la familia Togaviridae. Chikungunya significa en kimakonde (lengua bantú de Tanzania) «doblarse», en referencia al aspecto encorvado que provocan los fuertes dolores articulares a los afectados. También produce fiebre, dolor muscular y de cabeza, náuseas, cansancio y erupciones cutáneas, síntomas parecidos a los del dengue, lo que ocasiona que a veces se confunda el diagnóstico. El periodo de incubación es de 4 a 12 días desde que el mosquito infectado pica. En la fase aguda de la infección, el afectado manifiesta intenso dolor de cabeza y malestar general que suele durar cinco días.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta enfermedad no es mortal, pero el dolor que ocasiona en las articulaciones puede perdurar semanas, meses e, incluso, años. El tratamiento se dirige a aliviar los síntomas. La mayoría de los afectados se recupera por completo, aunque se han registrado algunos casos con secuelas oculares, neurológicas, cardíacas y gastrointestinales. Pese a que las complicaciones no son habituales, en personas de edad avanzada pueden resultar mortales.
Se prevé que con las vacaciones y los desplazamientos a las zonas epidémicas los casos aumenten. Sin embargo, será difícil de contabilizar, pues al no ser una enfermedad de declaración obligatoria, no hay ningún registro del total de casos de chikungunya.
Prevención: mosquitos a raya
Estar alojado cerca de los lugares de cría de los mosquitos es un factor de riesgo alto tanto para padecer la fiebre de chikungunya como para las otras enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue y el paludismo. Así que la medida que mayor protección ofrece es la reducción de los depósitos de agua (naturales y artificiales), ya que es ahí donde depositan sus huevos y se desarrollan sus larvas. En realidad, el mosquito tigre necesita muy poca cantidad de agua para poner los huevos: un pequeño charco sirve.
Los viajeros con destino a las zonas de riesgo deben extremar las precauciones y adoptar las fotoprotector, primero hay que extender este, y después de esperar media hora, el repelente de mosquitos; así no se anula la efectividad de ambos), utilizar pantalones largos y camisas de manga larga e instalar mosquiteros en las ventanas.
Vectores en forma de pequeños insectos, tales como mosquitos, garrapatas y la mosca negra, trasmiten enfermedades graves que pueden poner en peligro la salud. Según datos de la OMS, las enfermedades trasmitidas por vectores matan cada año a más de un millón de personas, y la mitad de la población mundial está en riesgo. Una sola picadura puede provocar enfermedad de Chagas, la malaria, el dengue, la fiebre amarilla, la enfermedad de Lyme y la leishmania.
Por este motivo, las autoridades sanitarias insisten en unas medidas básicas de precaución al viajar, como vacunarse de la fiebre amarilla, utilizar mosquiteras en las ventanas, usar ropa de colores claros, mangas largas y pantalón largo, repelente y dormir bajo mosquiteras impregnadas con insecticida.