De la misma manera que sucede con el infarto de miocardio, es habitual relacionar la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) con el sexo masculino. Sin embargo, las mujeres representan cada vez más un porcentaje al alza, debido sobre todo al tabaquismo. Hasta se estima que en España hay medio millón de mujeres que sufre esta dolencia y no lo sabe. Este artículo describe los principales síntomas de la EPOC, qué patologías le acompañan y qué caracteriza a las mujeres que la padecen. Asimismo se aportan datos sobre lo que supone esta enfermedad para nuestro Sistema Nacional de Salud.
El perfil del paciente con EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) es varón mayor de 73 años, fumador activo en un 20% y con una elevada comorbilidad, las mujeres representan una creciente proporción de todos los pacientes, debido a su incorporación tardía al consumo de tabaco. En la X Reunión de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica que la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) ha celebrado en fechas recientes en Madrid, se ha puesto en evidencia que la EPOC es aún una enfermedad infradiagnosticada -el 75% de los afectados desconoce que la sufre- y, de ellos, cerca de medio millón de españolas que la tienen no lo saben.
Mujeres con EPOC
El porcentaje de mujeres con EPOC está aumentando. Esto es consecuencia, sobre todo, de la exposición al humo del tabaco y, en los países en desarrollo, de la inhalación de los productos de combustión de la biomasa, según señala el artículo ‘EPOC en la mujer’ publicado en Archivos de Bronconeumología. Este incremento del porcentaje de diagnóstico en el sexo femenino se debe a que, de manera tradicional, ha sido una enfermedad asociada al hombre, como sucede con el infarto de miocardio.
Los autores, Juan Pablo de Torres y Ciro Casanova, señalan también que esta enfermedad tiene características distintas en las mujeres, como mayor expresión de los síntomas (disnea y calidad de vida), más prevalencia de desnutrición, el doble de prevalencia de trastornos de ansiedad y depresión que la de los varones, mayor grado de estrés psicológico y una sensación peor de control de los síntomas asociados, entre otros.
De la misma manera, se apunta que las mujeres fumadoras tienen más dificultades para abandonar el hábito tabáquico aunque, cuando lo consiguen, les aporta mayores beneficios que a los varones.
Los cinco principales síntomas de la EPOC
Es posible que la enfermedad, en sus fases iniciales, no provoque síntomas o que estos sean muy leves
Reconocer los primeros signos de la enfermedad y actuar en consecuencia mejora el pronóstico de los afectados. Según la Estrategia en EPOC del Sistema Nacional de Salud de España, si los pacientes efectúan cambios en su estilo de vida cuando surgen las primeras señales, el 70% disfruta de una calidad de vida mayor.
Es posible que la enfermedad, en sus fases iniciales, no provoque síntomas o que estos sean muy leves. Pese a que las primeras señales de alarma empiezan a presentarse a partir de los 40 años, la enfermedad ha podido progresar de manera silenciosa durante tiempo y solo cuando se agrava, los síntomas empeoran. Además, es factible que, junto con los primeros signos, el afectado vaya adaptando, sin darse cuenta, su estilo de vida para hacer el día a día más llevadero (por ejemplo, cambiar las escaleras por el ascensor) y no darse cuenta de la gravedad de la situación. Por ello, hay que estar atento, sobre todo si se es o ha sido fumador (aunque haya sido hace muchos años atrás), de la presencia de alguno de los siguientes síntomas:
- 1. Tos persistente y matutina, que puede provocar mucha mucosidad.
- 2. Sensación de falta de aire o de aliento que empeora durante la actividad física.
- 3. Sibilancias (sonido similar a un silbido que se produce al respirar).
- 4. Presión en el pecho.
- 5. Disnea (sensación de dificultad al respirar) o incapacidad para realizar una respiración profunda.
La intensidad de los síntomas dependerá de lo evolucionada que esté la enfermedad. No obstante, son signos que comparten muchas otras patologías y, por ello, no todas las personas con EPOC sufren estos síntomas ni todas las que los padecen tienen esta patología respiratoria. Por ello, ante la presencia de alguna de estas señales, se hace obligada una consulta al médico.
EPOC, enfermedades e infecciones
En el marco de la X Reunión de EPOC, el coordinador del Grupo de EPOC SEMI, el doctor Jesús Recio, insistió en la importancia de solicitar consejo antitabáquico al profesional sanitario de referencia y realizarse una espirometría. El principal factor de riesgo en el desarrollo de la enfermedad es consumo acumulado de tabaco y, por ello, el principal grupo de riesgo son las personas fumadoras o exfumadoras. Por este motivo, identificarlas mejoraría la tasa de infradiagnóstico y, así, su calidad de vida.
La EPOC, además, suele asociarse a otras patologías, como hipertensión arterial, diabetes, insuficiencia cardiaca y arritmias, entre otras, y es fundamental diagnosticarlas de forma adecuada para instaurar el tratamiento apropiado. En este evento también se debatió sobre las infecciones bacterianas que, aunque se tratan con antibióticos, su prevalencia ha aumentado, sobre todo, las provocadas por patógenos menos comunes.
Estimaciones de la Organización Mundial de la Salud cifran en 210 millones las personas que sufren EPOC en todo el mundo. En Europa, la prevalencia oscila entre el 2,1% y el 26,1% de la población, según el país. Este amplio margen es debido a las discrepancias que hay en la manera de hacer las valoraciones, como en definir la enfermedad, las escalas de gravedad y los grupos de población. La EPOC ocupa el cuarto lugar entre todas las causas de muerte y se prevé que en 2013 alcanzará la tercera posición.
En nuestro país, según la ‘Guía de Práctica Clínica para el Tratamiento de Pacientes con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC)’ del Sistema Nacional de Salud, la EPOC afecta al 15,1% de los hombres y el 5,7% de las mujeres entre los 40 y los 80 años. En España se estima que esta enfermedad se cobra la vida de alrededor 18.000 personas cada año, ocupando el cuarto lugar detrás del cáncer, las enfermedades cardiovasculares y las cerebrovasculares, aunque las previsiones son que esta cifra tienda a aumentar debido al tabaquismo y al progresivo envejecimiento de la población.
La EPOC es una enfermedad crónica y progresiva que provoca devaluación de la calidad de vida del afectado y consume muchos recursos sanitarios, tanto costes directos (gasto hospitalario, fármacos, pruebas diagnósticas y visitas) como indirectos (absentismo laboral del afectado y de su cuidador, incapacidad laboral, jubilación o mortalidad prematura). Según la Guía Clínica se estima que supone entre 750 y 1.000 millones de euros cada año al Sistema Nacional de Salud (entre 1.712 y 3.238 euros cada año por paciente).