¿Tiene Dalsy en sobres? “No, lo siento”, dice el farmacéutico. ¿Y cuándo lo traerán? “No sabemos, no hay fecha”. Así una farmacia tras otra. Y no solo ocurre con esta presentación del Dalsy. El desabastecimiento de este medicamento tan popular en la infancia es un problema que pasa con otros 1.649 fármacos, una carencia que multiplica por 12 veces el número de desabastecimientos de 2009, cuando fallaron tan solo 137 medicinas. ¿Por qué sucede esto? ¿Cuál es la razón por la que, de pronto, no encontremos en ninguna farmacia el medicamento que nos ha recetado el médico? Pues no hay una, sino varias. Las explicamos a continuación. Además, te contamos qué hacer en caso de que no dar con la medicación prescrita.
Cuando las unidades disponibles de un medicamento en el canal farmacéutico son inferiores a las necesidades de consumo nacional o local estamos ante un desabastecimiento. Así define la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) los problemas de suministro de fármacos. Los motivos se deben a problemas en la fabricación o distribución del medicamento. Pero, sea por la razón que sea, la consecuencia es idéntica: cuando acudimos a comprar a la farmacia, no encontramos el producto prescrito por el médico.
“La mayoría de las veces, en la farmacia pueden suministrarte un medicamento equivalente de otro laboratorio”, asegura la médico de familia Ana Tentor Viñas. Es el caso, por ejemplo, de uno de los medicamentos más famosos entre los pacientes infantiles: el Dalsy en sobres. “Dalsy no es otra cosa que uno de los tantos nombres comerciales que se le da al ibuprofeno, por lo que podemos comprar otro de cualquier laboratorio”, ejemplifica Viñas.
Medicamentos: por qué hay problemas de suministro
Los fabricantes de medicamentos están obligados por ley a comunicar la falta de suministro de algún producto a la AEMPS. Una vez recibida la información, la organización lo publica en su página web e informa de la estimación de cuándo volverá a estar en el mercado el medicamento en cuestión. Pero ¿y los motivos?
Desde la Asociación Nacional Empresarial de la Industria Farmacéutica, Farmaindustria, apuntan a dos factores: uno técnico y otro económico. “Teniendo en cuenta la complejidad de los procesos de fabricación y los estándares de calidad requeridos para la seguridad de los pacientes, cualquier problema detectado en alguno de los componentes utilizados para fabricar un medicamento puede ser la causa de un fallo en el suministro”, aseguran.
Entre los posibles motivos relacionados con problemas en el proceso de fabricación y calidad que pueden causar desabastecimientos enumeran los siguientes:
- Capacidad de fabricación: las limitaciones de la producción de un determinado fabricante podrían no satisfacer las necesidades de suministro de un medicamento.
- Desastres naturales: interrupción imprevista de la fabricación.
- Retrasos en la fabricación, relacionados con la programación y complejidades inherentes a la producción de fármacos.
- Problemas con el cumplimiento de las buenas prácticas de fabricación.
- Sobretensiones en la demanda: aumentos inesperados de la prescripción, por ejemplo.
- Escasez de suministro de excipientes y principios activos: concentración de la fabricación de estos compuestos en pocos países con disponibilidad limitada de proveedores alternativos.
“En un segundo escalón se encuentran las causas económicas como origen de algunos de los desabastecimientos de medicamentos en Europa”, apuntan desde la asociación. “La evidencia acumulada indica que las características de los mercados europeos, donde el comprador del fármaco también es el que establece el precio, condicionan el suministro”, continúan. Entre las razones que destacan se encuentran:
- Condiciones de mercado: tamaño, política farmacéutica, competencia…
- Políticas de precios: el objetivo de contener el gasto no permite que los precios se ajusten a los cambios que sufren el coste de los bienes, fabricación, distribución, etc.
- Prácticas de licitación pública: en ocasiones, son ofertas de un solo ganador y de un solo precio, lo que reduce el número de proveedores en el mercado, ofrecen plazos cortos de entrega y aplican sanciones a las empresas, y eso aumenta el riesgo de falta de producto.
- Medidas de contención del gasto por parte de las administraciones y pagadores, como mecanismos de devolución o retrasos en los pagos.
- Retiradas de producto: la acción combinada de las causas citadas impulsa, en ocasiones, la decisión de dejar de comercializar un producto en un determinado país.
- Factores logísticos.
En tercer lugar, detrás de los fallos de suministro de medicamentos, la asociación afirma que puede haber razones relacionadas con la propia cadena de suministro, en la medida en que son varios los actores implicados en la llegada del fármaco a cada paciente concreto: fabricación, almacenamiento, distribución y dispensación. Algunas pueden ser estas:
- Cuotas de suministro y exportación paralela: la discrepancia entre el volumen que liberan los fabricantes en un mercado determinado, el volumen de exportaciones e importaciones y las necesidades reales de los pacientes de ese mercado pueden dar lugar a la escasez de un medicamento.
- Ineficiencias logísticas: el fármaco está disponible en la cadena de suministro, pero los pacientes no pueden obtenerlo en el punto de suministro.
¿Qué hacer si no encontramos nuestra medicación?
“Hay que confiar en el farmacéutico, que debe llevar el control de los productos en venta en farmacias. Si él nos asegura que otro medicamento puede suplir al que nos han recetado electrónicamente, podemos optar por él sin problemas”, recomienda la doctora. Y si aún así no nos fiamos, siempre podemos preguntar a nuestro médico de cabecera. Lo más importante, según Viñas, es no interrumpir un tratamiento. Por ello exhorta a prever con antelación la compra de los medicamentos. Si lo hacemos, podremos reaccionar en caso de falta de suministro.
Sin embargo, hay excepciones. Aunque lo habitual es que exista otro medicamento sustitutivo con las mismas características, a veces no ocurre así. Es el caso de los fármacos para el corazón Dobutamina o del antiarrítmico Trangorex. “Para estos casos la AEMPS se encarga de que no haya falta de suministro recurriendo a otros países y administrando a los hospitales de forma personal y numérica”, explica Viñas.
Entre los medicamentos más comunes de la lista de la AEMPS, “que no significa que sean más importantes sino que hay más gente que los utiliza”, Viñas enumera los siguientes: Indapamida 2,5; Seguril 40 mg; Olmesartan/hctz 20/12,5 y 20/25; Levetiracetam 500 mg; Pritor 20; Citalopram 20; Vandral Retard 75; Tranxilum 5; Fluoxetina 20; Tranxilium 20 inyectable (sin alt); Clindamicina 300 oral (sin alt); Buscapina 10 mg (sin alt); Trangorex 150 iv (med ext); Dobutamina 12,5 (med ext); Colircusi cicloplejico; Fortecortin 40 mg iv; Imurel 50 mg iv (dist controlada); Mitomicina 40 y 10; Innohep 2500 ui anti-xa, 8000; Adalat oros 60; Timolol colirio 2,5 mg/ml; y Kreon 25000.
De ellos, solo Tranxilium 20 inyectable, Clindamicina 300 oral, Buscapina 10 mg. Trangorex 150 iv y Dobutamina 12,5 no tienen sustitutivos.