Se calcula que entre un 10% y un 30% de los niños menores de seis años consumen tierra. Esta conducta se debe a una alteración del apetito denominada geofagia, que también se presenta en personas con retraso mental y mujeres embarazadas, y cuyas causas son aún un enigma para los investigadores. El gusto por consumir sustancias no comestibles parece estar relacionado con la falta de determinados minerales en el organismo, aunque todavía no se ha llegado a una razón científica demostrada. Además de tierra, se conocen personas con necesidad de ingerir o chupar otros materiales como la tiza, la arcilla, el hielo o el plomo, cuyas consecuencias, en casos extremos, pueden llevar al envenenamiento.
Por qué se come tierra
La ingestión de sustancias no nutritivas se conoce con el nombre de ‘pica’. Un término que no tiene relación con el rechazo a los alimentos, pero que engloba una situación anormal en el apetito. De hecho, dentro de la pica se incluye el gusto por consumir tierra fértil, una condición que se denomina geofagia y que se produce durante un periodo mínimo de un mes.
Las causas de la geofagia son desconocidas, pero algunos estudios la relacionan con personas que padecen retraso mental, niños y mujeres embarazadas. La razón podría ser la falta de minerales como el hierro o el zinc -o la mala asimilación de estos-, que se localizan en la tierra, así como el gusto por su sabor, textura u olor, la necesidad de aliviar las náuseas o la sensación de saciedad que produce cuando se siguen dietas para reducir peso. “También se han presentado evidencias que demuestran que la pica es parte de un desorden obsesivo-compulsivo“, asevera Miguel Ángel Martín, del Centro de Información del Medicamento del Colegio de Farmacéuticos de Segovia.
En este último caso, la ingesta de sustancias como la tierra aliviaría la sensación de ansiedad, si bien otros expertos afirman que la geofagia tiene que ver con las enfermedades metabólicas, en las que el organismo tiende a sustituir las sustancias que le faltan por otras, especialmente cuando se trata de minerales como el hierro, calcio, fósforo o potasio. El impulso de consumir estas sustancias se convierte en necesidad que lleva, en ocasiones, a ingerir cantidades perjudiciales para el organismo.
Como conclusión, algunos investigadores han determinado que la pica se puede corregir si se detecta el mineral que falta y se administra por otras vías más saludables. Por ejemplo, en el caso de que se diagnostique déficit de hierro, la administración de esta sustancia mediante pastillas o alimentos que contienen mayores cantidades solucionaría el problema. Y es que una alta incidencia de la pica se asocia con anemia, aunque no todas las personas que carecen de hierro consumen tierra. “La tierra es utilizada por lo general para proveer de complementos minerales o contrarrestar componentes perjudiciales”, agrega el director médico del Instituto Balear de Psiquiatría y Psicología, Pedro Moreno.
Consecuencias y detección
Cuando el organismo recibe sustancias no comestibles, las consecuencias pueden ser múltiples, pero lo habitual es que se origine cierto nivel de toxicidad y obstrucción intestinal, que impide el correcto paso y absorción de los alimentos. Además, esta ingesta puede derivar en desnutrición (al sustituir los alimentos nutritivos por otros que no lo son), daños en la dentadura, formación de parásitos en el intestino y, según recuerda Miguel Ángel Martín, “el fallo renal es otra consecuencia de quienes consumen tierra”.
Todas estas complicaciones son las que ayudan a detectar el problema, que se confirmará más adelante con radiografías abdominales o exámenes de las heces. Sin embargo, la clave para determinar la existencia de un trastorno es que el enfermo reconozca que lo es y confiese sus prácticas alimenticias. En el caso de los niños son los progenitores quienes deben descubrir qué es lo que ocurre y enseñarles lo que es correcto comer y lo que no. Para los casos extremos, será necesario llevar a cabo algún tipo de terapia que muestre los beneficios de una correcta alimentación y haga ver los efectos negativos de no seguirla. No obstante, no todos los tipos de pica son peligrosos y no siempre se requiere un tratamiento específico, ya que pueden remitir con el tiempo.
Tampoco existe una prevención específica, pero cuando se detecta que una persona tiene cierta tendencia a consumir sustancias no nutritivas, es conveniente realizar un análisis para comprobar si existe falta de hierro u otro mineral. Hasta ahora, no se ha encontrado ningún examen que permita diagnosticar la pica, aunque en el caso de los más pequeños es conveniente comprobar sus niveles de plomo en sangre -ya que algunas pinturas están cubiertas de este material- y el estado de sus intestinos, ante el riesgo de presencia de parásitos o infecciones.
De esta manera, una vez identificadas las deficiencias nutricionales o una posible intoxicación, se pueden adoptar las medidas médicas oportunas. Pero si se descubre que se trata de un trastorno psicológico, se puede recurrir a medicamentos para controlar los desórdenes obsesivo-compulsivos. Los escasos estudios que hay sobre esta materia indican que el éxito del tratamiento es variable, hasta el punto de que el gusto por estas sustancias puede durar varios meses y desaparecer de manera espontánea o prolongarse desde la niñez hasta la edad adulta.
La Asociación Americana de Psiquiatría considera que “la pica de la niñez suele remitir en la adolescencia, mientras que la pica asociada al embarazo remite con la terminación de éste”. En este sentido, afirma que esta patología se produce con más frecuencia entre los 12 y los 24 meses, y a los seis años, aunque puede manifestarse en cualquier grupo de edad. “Comer sustancias no nutritivas puede ser un síntoma de autismo infantil o de trastorno esquizofrénico”, agrega.
Ingestión de otras sustancias
Igual de extraño que conocer que algunas personas ingieren tierra, lo es también saber que otras tienen gusto por sustancias aún más difíciles de ingerir. Tal es el caso de quienes sienten apetito o deseos de chupar ceniza, globos, cerillas, tiza, colillas de cigarrillos, arcilla, tela, pintura, hielo, insectos, metal, papel, gomas, arena, jabón, harina e incluso en algunos casos, heces. Cada uno de estos trastornos tiene un nombre y todos ellos están relacionados con las “fagias” o patrones de ingestión.
Tipos de pica | Sustancia que se ingiere |
Stachtofagia | Cenizas |
Cautopirofagia | Cenizas |
Geofagia | Tierra, arcilla |
Pagofagia | Hielo |
Amilofagia | Harina |
Lectofagia | Lechuga |
Foliofagia | Hojas |
Litofagia | Piedras |
Tricofagia | Pelos |
Xilofagia | Madera |
Onicofagia | Uñas |
En el caso de los pelos, es habitual que las niñas de cabello largo chupen alguno de sus mechones o se los lleven a la boca sin ningún objetivo concreto, pero hay que vigilar también esas costumbres y no tratarlas como simples gestos. Una acumulación de pelos en el intestino puede producir una severa obstrucción al no poder ser asimilados por el organismo.
Una acumulación de pelos en el intestino puede producir una severa obstrucción al no poder ser asimilados por el organismo
En personas esquizofrénicas se puede dar el caso de que engullan objetos que suponen peligro para su salud como monedas, clavos, llaves o agujas. Recuerda Martín que según diversos estudios “todas estas desviaciones de la alimentación se consideran como perversiones en el sentido de no cumplir con el fin de nutrir el organismo”, a la vez que los antojos de las embarazadas podrían definir determinadas carencias nutricionales.