Cada 5 de mayo se celebra el Día Mundial de la Hipertensión Pulmonar, una condición que padecen 25 millones de personas en el planeta. El objetivo de esta jornada es informar y concienciar a la población y a la comunidad sanitaria sobre la realidad y las necesidades de estas personas. En el siguiente artículo explicamos qué es la hipertensión arterial pulmonar (HAP), qué grados hay, cómo se trata y cómo puede ayudar la fisioterapia respiratoria.
Qué es la hipertensión arterial pulmonar
La hipertensión arterial pulmonar (HAP) es una enfermedad rara, grave, progresiva, crónica y de manejo complicado, caracterizada por la alta presión arterial que afecta a los vasos sanguíneos que transportan la sangre del corazón a los pulmones (las arterias pulmonares). Esta alta presión arterial no está relacionada ni con el colesterol ni con la aterosclerosis.
En las personas con HAP las arterias son más estrechas, por lo que el corazón debe trabajar más para bombear la sangre. Esto puede hacer que se sientan cansadas, mareadas, con dificultad para respirar o que experimenten otros síntomas. Con el tiempo, el corazón se debilita y puede conllevar fallo cardiaco, explica la Asociación Nacional de Hipertensión Pulmonar.
¿A quiénes afecta? Según la Fundación contra la Hipertensión Pulmonar, esta enfermedad puede producirse en personas de cualquier edad, aunque es mucho más común en adultos jóvenes y, aproximadamente, el doble de común en las mujeres que en los hombres.
Hipertensión pulmonar: grados
Entre los síntomas más comunes de la HAP se encuentran la falta de aliento, disnea, intolerancia al ejercicio físico, dolor precordial, edemas y síncopes. La enfermedad se clasifica en cinco grandes grupos:
- I: hipertensión arterial pulmonar (HAP).
- II: debida a cardiopatías izquierdas.
- III: por enfermedad pulmonar o hipoxemia.
- IV: hipertensión pulmonar tromboembólica crónica (HPTEC).
- V: mecanismo no establecido o multifactorial.
Diagnóstico y evaluación de la enfermedad
La herramienta fundamental para el diagnóstico es la ecografía transtorácica, tanto para la detección de la enfermedad, como para el cribado y la evaluación. Para el seguimiento se recomienda que los parámetros clínicos y los de realización más sencilla (clase funcional [CF], prueba de marcha de 6 minutos, ECG, analítica) se evalúen cada 3-6 meses, mientras que los de mayor complejidad se valorarán cada 6-12 meses o cuando exista deterioro clínico.
Hipertensión pulmonar: tratamiento
Según las guías de la European Society of Cardiology/European Respiratory Society (ESC/ERS) y según el consenso del 2015 de la ERS, se debería aconsejar a los pacientes con hipertensión arterial pulmonar estar activos. Esta actividad debe realizarse dentro de los límites de los síntomas, evitando el esfuerzo físico excesivo (si esta causa síntomas). En el caso de tener problemas físicos, deberían hacer los ejercicios de forma supervisada. El objetivo principal es que el paciente se encuentre en una situación de bajo riesgo de mortalidad.
Entre los tratamientos disponibles, destacan los siguientes:
- Medidas generales y de soporte: diuréticos en pacientes con fracaso ventricular derecho y retención hídrica, anticoagulantes, oxigenoterapia si PaO2 (presión arterial parcial de oxígeno) es < de 60 mm Hg y en desaturación en esfuerzos y control regular de hierro.
- Tratamiento específico: bloqueantes de los canales del calcio, antagonistas de los receptores de la endotelina, inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5 (IPDE5) y estimuladores de la guanilato ciclasa soluble (EGCs) y análogos de la prostaciclina y agonistas de los receptores de la prostaciclina.
- Tratamientos invasivos: septostomía auricular y trasplante pulmonar.
Hipertensión pulmonar y fisioterapia respiratoria
¿Puede ayudar la fisioterapia respiratoria a los pacientes con hipertensión arterial pulmonar? Los programas de entrenamiento físico, como complemento a las medidas de tratamiento farmacológico, se han mostrado beneficiosos en pacientes con HAP, aumentando la capacidad de ejercicio y mejorando la calidad de vida. La fisioterapia respiratoria y el ejercicio terapéutico pueden servir de gran ayuda, pero este tratamiento no se brinda en todos los hospitales y es muy difícil encontrar profesionales especializados fuera de los mismos.
El fisioterapeuta se encarga de asesorar en técnicas de fisioterapia respiratoria abordando las técnicas ventilatorias y de aumento de la capacidad respiratoria, reentrenamiento de la actividad aeróbica del paciente y del entrenamiento de fuerza de miembros inferiores y superiores, así como entrenamiento de la musculatura respiratoria si fuera necesario.
Es muy importante que el personal que trate este tipo de pacientes sea personal cualificado en el ámbito cardiorrespiratorio, y siempre conjuntamente con la supervisión de un equipo medico especialista en el campo.
Desde Fundación Lovexair, organización dedicada a ayudar a las personas con problemas respiratorios, acompañan a estos pacientes en su enfermedad mediante la monitorización a través de la plataforma web Happyair con consultas gratuitas online y personalizadas con fisioterapeutas respiratorios para la orientación en el tratamiento fisioterapéutico. Para más información sobre las infecciones respiratorias y salud pulmonar, puedes visitar la web de la Fundación Lovexair.
Los niños también pueden sufrir esta enfermedad. Por ello, todos los profesores, monitores, cuidadores que estén en contacto con el menor con HAP deben conocer en qué consiste la patología, cuáles son los horarios de la medicación, qué cuidados especiales precisa el pequeño, y lo que puede y no hacer en relación a su actividad general. A la hora de realizar excursiones, jugar o hacer ejercicio hay que tener en cuenta la limitación física del niño y cumplir el tratamiento médico prescrito. En ese sentido, los padres tienen que ayudar a su hijo con HAP a conocer sus límites y educarle para evitar conductas de riesgo. Más información sobre HAP infantil, aquí.