Los riñones desempeñan distintas funciones de gran importancia, entre ellas, la de filtrar los productos de desecho de nuestra sangre, regular la presión arterial y expulsar toxinas a través de la orina que mantienen en equilibrio los niveles de sales y agua del cuerpo humano. Por eso es importante mantenerlos sanos y saber qué hacer si se presenta algún fallo o insuficiencia renal, ya que estos órganos son imprescindibles para la vida.
¿Qué es la insuficiencia renal?
La insuficiencia renal se produce cuando los riñones dejan de funcionar por distintas causas y pierden su capacidad para realizar de manera adecuada las funciones que tienen encomendadas. Puede desembocar en dos problemas, principalmente:
Insuficiencia renal crónica
Cuando los riñones han perdido algunas funciones, pero no todas. En esta fase, los riñones se ven afectados de forma paulatina, lenta y, algunas veces, imperceptible a lo largo de las semanas, meses o años. Por lo general, no muestran síntomas muy notables hasta que el problema está en un nivel avanzado. Una vez que aparecen los síntomas, estos permanecen hasta que se le brinde un tratamiento adecuado o hasta que se realice un trasplante de riñón.
Insuficiencia renal aguda
Cuando los riñones dejan de funcionar de repente o en cuestión de horas o pocos días. Este estado es consecuencia de otras enfermedades (por lo general graves), infecciones, intoxicaciones o lesiones que ocasionan grandes pérdidas de sangre. Sin embargo, si el paciente se recupera de las causas que provocaron esta insuficiencia, es muy probable que también se pueda ir recuperando poco a poco su función renal. En cambio, si los riñones paran por completo su actividad y no muestran indicios de ningún tipo de recuperación, se produce el fallo renal permanente que conduce a la muerte.
Posibles causas de la insuficiencia renal
Numerosas enfermedades y malos hábitos pueden dañar el riñón de manera crónica o permanente. Las principales son las siguientes:
- Enfermedades metabólicas como la diabetes, ya que los altos niveles de azúcar pueden provocar daños en el sistema sanguíneo del riñón; lo mismo ocurre con la hipertensión arterial que, al dañar los vasos sanguíneos de los riñones, impide la filtración de toxinas, y puede llevar a infectar la sangre.
- Glomerulonefritis, o la inflamación de algunos tejidos o glomérulos por donde se filtra la sangre en el riñón. Esta enfermedad puede asociarse a otras enfermedades, principalmente a las autoinmunes, que son las que atacan el sistema inmunitario.
- Pielonefritis, que es una infección en la vía urinaria causada por gérmenes que van desde los uréteres hasta la vejiga, y puede producir una inflamación en la membrana externa del riñón.
- Cálculos renales, depósitos duros de minerales, sales y proteínas, principalmente, que se forman dentro de los riñones. Algunos medicamentos, la ingesta excesiva de algunas substancias tóxicas, también pueden causar daños renales, además de las enfermedades hereditarias, como los riñones poliquísticos.
Síntomas de la insuficiencia renal
La mayoría de las personas que padecen insuficiencia renal crónica no presentan signos hasta que la afección es avanzada, por lo que es recomendable hacer análisis de sangre de manera periódica para descartar cualquier problema.
Sin embargo, sí podemos prestar atención a algunos síntomas tempranos que pueden indicar algún problema renal como: orinar con mucha frecuencia, cambios en el aspecto de la orina, pérdida de apetito, pérdida de peso, retención de líquidos, principalmente en tobillos y pies, vómitos, fatiga constante, dolores en la espalda baja, calambres o insomnio.
Cuando la insuficiencia renal está avanzada, aparecen afecciones serias a las que debemos de poner mucha atención. Entre ellas, complicaciones cardiovasculares y cardiacas como angina de pecho, infarto, ictus o derrames cerebrales, anemia, descalcificación de huesos o colesterol alto.
Cómo se trata la insuficiencia renal
Para combatir la insuficiencia renal existen diferentes tratamientos que se basan en filtrar la sangre para hacerse cargo del trabajo que los riñones dañados ya no pueden hacer. Los que enumeramos a continuación pueden ayudar a que el paciente se sienta mejor, sin embargo, ninguno hará que los riñones mejoren o se recuperen en su totalidad:
- Hemodiálisis. Se utiliza una máquina para mover y oxigenar la sangre de la persona a través de un filtro que elimina las toxinas acumuladas en el cuerpo.
- Diálisis peritoneal. Este tratamiento limpia la sangre del cuerpo utilizando a modo de filtro una membrana dentro del abdomen (membrana peritoneal).
- Trasplante de riñón. Una cirugía para colocar un riñón sano de una persona viva que lo dona, principalmente entre familiares, o de una persona que acaba de fallecer y que su riñón no tiene ninguna afectación.
- Algunos fármacos pueden ayudar a la mejoría de los riñones, solo si la insuficiencia renal se encuentra en la primera etapa. Pero cada persona es un caso diferente, por lo que debe acudir a un profesional para que le recete lo que más le convenga dependiendo su edad y condición física.
Algunos consejos de alimentación
Elegir y comer los alimentos adecuados también pueden ayudar al paciente a sentirse mejor. “El asesoramiento nutricional personalizado por parte de un dietista especializado en pacientes con problemas renales es muy importante. La dieta dependerá de cada caso específico porque se debe hacer basándose en las pruebas de sangre realizadas”, explica Yazmín Rodríguez, médica especialista en nefrología por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Sin embargo, existen diferentes consejos aplicables a la mayoría de los pacientes con insuficiencia renal:
- Regular y tener un registro del agua que se toma, teniendo en cuenta que el agua también está en los zumos, en el café, té, refrescos, verduras, frutas, etc. El exceso de agua hará que los riñones y corazón trabajen más, y pueden causar hinchazón.
- Muchos alimentos cuentan con grandes cantidades de sodio y azúcar, así que también debemos moderar su consumo, pero sin caer en dietas extremas o no autorizadas por un profesional, además de limitar la ingesta de muchas comidas precocinadas o enlatadas (por exceso de sodio), ya que puede causar presión arterial alta.
- Controlar el consumo de proteína, como carnes, pollos, pescados, huevos y algunas legumbres, ya que el exceso de proteína genera toxinas que los riñones afectados no pueden filtrar.
- Consumir potasio en cantidades bajas (plátanos, patatas, tomates), ya que una persona con insuficiencia renal, por lo general, tiene los niveles de potasio altos.
¿Se puede prevenir esta enfermedad?
La insuficiencia renal, y cualquier daño renal, se puede prevenir o retrasar, si adoptamos hábitos saludables en nuestra vida diaria. En cuestiones hereditarias no podemos evitar el problema, pero sí retrasar el daño y tener una mejor calidad de vida.
- Evitar el sobrepeso y la obesidad, además de hacer ejercicio diario (30-60 minutos al día).
- Beber agua y evitar consumir refrescos y alcohol.
- Reducir el consumo de sodio, azúcar, alimentos procesados y con exceso de proteína.
- Realizarse controles y analíticas de sangre y orina, además de ultrasonidos en donde se pueda ver el estado de los riñones.