Cada vez más el número de traumatismos en la cabeza producto de colisiones entre jugadores son más comunes y revisten mayor gravedad, ya sea durante encuentros o entrenamientos de fútbol. Los datos señalan que en el Mundial de Fútbol de Francia estas lesiones correspondieron al 15% del total de accidentes. En Australia, durante los Juegos Olímpicos de Sydney aumentaron hasta un 21%. Estas cifras preocupan a los responsables sanitarios de los equipos ya no por el aumento del número de casos sino por la gravedad que implican.
Imagen: T. Annej
Aunque las consecuencias más frecuentes de las colisiones son fracturas óseas, traumatismos del arco cigomático, del suelo de la órbita ocular y roturas de mandíbula no son raros los desprendimientos de retina por balonazos y codazos, según Alberto López, médico del Real Valladolid, que durante la temporada 2003-2004 contabilizó y estudió el número de lesiones craneofaciales producidas durante encuentros o entrenamientos de jugadores de fútbol de élite.
No obstante, cirujanos maxilofaciales de la Universidad de Ataturk en Erzurum (Turquía) revisaron 53 casos de lesiones de la cara, la boca y la mandíbula que trataron en el transcurso de un año. Los datos extraídos de la revisión, publicada en Journal of Craniofacial Surgery, revelaron que los jugadores amateurs también tienen un alto índice de siniestralidad, que alcanza el 20% del total de las lesiones. Las más comunes relacionadas con el fútbol fueron fracturas dentales y del maxilar superior, problemas en la articulación temporomandibular y fractura nasal. Los expertos señalan que, posiblemente, la tasa de lesiones es más elevada teniendo en cuenta que los jugadores con lesiones oculares y nasales acuden a otros médicos especialistas.
Impactos repetitivos
Investigadores del Instituto de Neurociencia y Fisiología de la Universidad de Gotemburgo, Suecia, y liderado por Henrik Zetterberg, han publicado recientemente en la revista British Journal of Sport Medicine los datos de un estudio que revela que no existe evidencia científica que señale que los golpes repetitivos en la cabeza tengan efectos cerebrales dañinos. La investigación, realizada sobre 23 jugadores amateurs de fútbol, implicaba rematar con la cabeza un balón lanzado con el pie desde una distancia de 30 metros, la mitad del grupo diez ocasiones y el resto 20.
No existe evidencia científica que señale que los golpes repetitivos en la cabeza tengan efectos cerebrales dañinos
Después de la sesión a los jugadores se les practicó una punción lumbar, igual que al grupo control formado por diez hombres no deportistas, y se repitió a los diez días. Los análisis buscaban determinados marcadores bioquímicos en la médula espinal de los deportistas, proteínas que aparecen solamente cuando existe lesión cerebral. Los resultaron han sido determinantes: los niveles de biomarcadores eran normales, no se hallaron diferencias significativas entre los tres grupos, ni tampoco los niveles se correlacionaron en el número de colisiones (remates).
Prevención con protección
Los expertos están convencidos que el uso de dispositivos protectores, como máscaras y protectores bucales, pueden evitar muchas lesiones craneofaciales, pero son pocos los jugadores que los utilizan. Insisten en que los entrenadores de fútbol aficionado y las autoridades deberían hacer más para que los jugadores hagan un mayor uso de estos equipos de seguridad. De todas formas, se necesita mejorar el ajuste y la comodidad ya que son incómodos sobre los pómulos y generan ángulos ciegos de visión a los lados del jugador.
De esta opinión también es Alberto López, quien asegura en unas declaraciones recientes que enseñar a los deportistas desde jóvenes a rematar protegiéndose es otro modo de prevenir, al igual que insistir a los árbitros en que penalicen rigurosamente el uso de los codos durante el partido. Además, la Asociación Española de Médicos de Equipos de Fútbol, AEMEF, ante el número de lesiones graves ocurridas últimamente en jugadores en Primera y Segunda División, ha elaborado un protocolo de actuación ante traumatismos craneoencefálicos.
El documento procura algunas normas para que los médicos de equipos de fútbol atiendan apropiadamente al jugador en el supuesto de accidente, cuando está aún en mente de todos la reciente muerte del centrocampista del Sevilla, Antonio Puerta, a los 22 años. Valorar su estado de conciencia, mantener la vía respiratoria permeable y el conjunto de maniobras encaminadas a revestir una parada cardiorrespiratoria son algunos de los puntos que trata. Además, aunados por la AEMEF, este año y antes del inicio de esta temporada todos los equipos del fútbol profesional disponen de maletines de emergencias diseñados para los banquillos.
Imagen: Cathy Griffiths / FlickrLas sufridas contusiones se producen por golpes o caídas en las que la integridad de la piel no se pierde pero sí que se lastiman los tejidos subsiguientes dando lugar a la rotura de vasos sanguíneos que desemboca en hematoma. Los síntomas más inmediatos tras una contusión son dolor intenso, enrojecimiento e inflamación de la zona y calor al tacto. Ante una contusión existen cuatro pasos clave: inmovilización del área afectada, aplicación de hielo, compresión y elevación de la zona afectada (R.I.C.E., en sus siglas inglesas).
La aplicación de frío local es para reducir la inflamación, el dolor y el espasmo muscular además del hematoma consiguiente. Dependiendo de la severidad de la contusión se hará necesaria la valoración de un médico para que prescriba, en caso necesario, un tratamiento que suele basarse en antiinflamatorios no esteroidales (AINEs) para hacer frente al dolor y la hinchazón.
Cuando la lesión es debida a un traumatismo grave, el hematoma que aparece es importante y si no se resuelve con el tiempo, los expertos recomiendan acudir a un centro asistencial.
A partir del 22 de noviembre de 2008 empezará a ejecutarse el plan del Ministerio de Sanidad para recortar el número de especialidades médicas entre las que se encuentran Medicina Legal y Forense, Medicina de la Educación Física y del Deporte e Hidrología Médica. Así quedó aprobado en la última reunión de la Comisión de Recursos Humanos del Sistema Nacional de Salud (SNS) y que legalizará en breve el Consejo de Ministros. El Ministerio asegura cumplir lo que estipula la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS) y llevarlo a cabo sin perjuicio de los derechos profesionales inherentes al título ni de aquellos actualmente con plaza y en periodo de formación.