En verano, cuando la piel está bronceada, no es extraño ver a algunos niños y adolescentes con manchas claras, en forma de pequeños parches, por el rostro, el cuello y los brazos. A pesar de ser muy vistosa, la pitiriasis alba, que es como se llama esta afección, no reviste gravedad. Es tan solo un problema estético. Pero no por ello deja de alertar a los padres y, sobre todo, a los jóvenes preocupados por su imagen. En este artículo se describe que es la pitiriasis alba, qué causas la provocan y qué medidas se pueden extremar para minimizar su aparición.
Manchas blancas: pitiriasis alba
No es raro, sobre todo en verano, ver a niños y adolescentes de piel bronceada con manchas claras o rosadas en la cara, el cuello, brazos e, incluso, tronco. Se manifiestan en forma de parches redondos u ovalados de 0,5 a 2 centímetros de diámetro, tienen un tacto escamoso y un poco seco y varían en número: de 4, de 5 hasta 20 o más. En contra de las creencias populares, no son provocadas por falta de vitaminas, ni por anemia; no es una alergia de verano ni una infección en la piel; y ni mucho menos son hongos.
La pitiriasis alba afecta a personas con la piel sensible o seca
Es la pitiriasis alba o simple, también denominada por los especialistas dartos acromiante o volante, impétigo seco o furfuráceo. A pesar de tal cantidad de sustantivos, esta afección dermatológica no reviste gravedad. Es un trastorno común de la piel, una enfermedad crónica pero benigna de la que aún no se han descubierto los factores ambientales o genéticos que predisponen a esta condición, ni tampoco la causa certera de su aparición. No obstante, afecta a personas con la piel sensible o seca y, por ello, la mayoría de los especialistas la vinculan a la dermatitis atópica.
Es casi exclusiva de la población infantil y adolescente entre los 3 y los 16 años y a ambos sexos por igual. Según datos de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV), más del 30% de los niños tiene pitiriasis alba. Es considerada una de las alteraciones dermatológicas más frecuentes en los países subdesarrollados.
En busca de la causa de pitiriasis
Todavía no están claras las causas de esta alteración de la piel. Muchos especialistas señalan a la deshidratación, la exposición inadecuada al sol y al cloro de las piscinas como los culpables de provocar estos estragos en la piel, sobre todo, en personas con piel delicada o seca.
Para minimizar la presencia de estas manchas hay que evitar la exposición solar intensa y usar fotoprotector
A lo largo de los años, desde que fue descrita en 1860, se la ha relacionado con infecciones por distintos microorganismos (de ahí la variedad de sustantivos que ha tenido) y se la ha tratado con diferentes antibióticos, sin resultados efectivos. En 1963, una investigación apuntaba que era muy frecuente en niños egipcios en edad escolar que sufrían deficiencias vitamínicas e infecciones por parásitos. No obstante, ninguna de estas afirmaciones se ha podido demostrar científicamente. Así pues, la comunidad científica aceptó como principal causa la piel seca provocada por el sol y el viento, que remite en la pubertad debido a que, por cambios hormonales, la piel se vuelve más grasa.
En 2010, una revisión publicada en la revista Dermatología de México por expertos del Servicio de Dermatología del Hospital Central Ignacio Morones Prieto, San Luis (Potosí, México), concluye que es una enfermedad benigna y frecuente que afecta sobre todo a niños, de la cual se desconoce la causa, a pesar de los estudios realizados. Se cree que contribuye a su manifestación la radiación solar, la temperatura, el ambiente, la humedad, el viento y algunas bacterias, pero que todavía no se ha demostrado de manera clara. Puede estar vinculada con la dermatitis atópica, pero también se requieren más investigaciones para sentar evidencia.
A pesar de que no hay un tratamiento curativo para la pitiriasis alba, al relacionarse con pieles secas y delicadas, las acciones preventivas van dirigidas al cuidado de la piel. Así, si se quiere minimizar al máximo la presencia de las antiestéticas manchas, es necesario evitar la exposición solar intensa, utilizar fotoprotector de manera adecuada y disminuir el tiempo que se está al sol. Sin embargo, esto solo hace que las manchas sean menos evidentes, ya que estas no oscurecen como el resto de la piel con el sol: se acentúan más y se ven más, cuanto más bronceado se esté.
Ante una piel seca o delicada es mejor reducir la frecuencia del aseo diario (mejor ducha) y la temperatura del agua, usar jabones suaves y emplear emolientes y cremas con humectantes para disminuir la sequedad de la piel. Hay que insistir, sobre todo, en una buena hidratación. Desde la AEDV se avisa de que los resultados no siempre son los esperados y que requiere ser muy persistente en el uso de cremas y protectores. Además, en ocasiones, es necesario utilizar una crema de corticoides suave.