Todos podemos experimentar hinchazón en los pies de vez en cuando. Hasta cierto punto, es normal, si estás embarazada o la sufres después de un viaje largo o tras caminar durante un tiempo prolongado. A menudo, estas hinchazones se pueden aliviar elevando los pies para que se regule la circulación de las piernas o simplemente descansando. Sin embargo, cuando este edema se presenta a menudo puede ser una señal importante de un problema de salud que deberíamos atender con un especialista. Por eso es importante poner atención a los síntomas que, por lo general, suelen ser minimizados por la mayoría de los pacientes, quienes consideran que tener los pies hinchados es una afección menor o pasajera.
Síntomas de los pies hinchados
Hay algunos síntomas de pies hinchados que requieren tratamiento urgente, especialmente cuando se presentan de manera habitual o sin razón aparente. Son los siguientes:
- Piel estirada o brillante (a veces acompañada de dolor y fiebre), y que se queda marcada después de presionarla tan solo unos pocos segundos. Esto puede ocurrir cuando se colocan cualquier calcetín o calzado, sin importar que este apriete la zona o no, lo que también provoca dificultad para caminar, ya que se tiene la sensación de tener piernas y pies pesados.
- Además de la hinchazón, también se pueden presentar manchas color rosado o púrpura en los pies y tobillos, lo que puede indicar mala circulación y oxigenación de la sangre en esa zona.
- Hinchazón acompañada de dolor de pecho, dificultad para respirar y un aumento del tamaño del abdomen sin explicación alguna o sin síntomas previos que pudieran avisar de estos problemas.
¿Cuáles pueden ser las causas de los pies hinchados?
Los pies se pueden hinchar por diferentes causas. Algunas de las razones más comunes son: caminar, correr, estar de pie mucho tiempo (porque la gravedad empuja más cantidad de sangre a las venas y a los tejidos de las piernas, provocando que se hinchen), ingerir más cantidades de sodio o estar en climas cálidos sin estar acostumbrados.
Pero detrás de este problema también hay ciertas afecciones que causan mala circulación o retención de líquidos en el cuerpo, como las siguientes:
- Cambios hormonales o embarazo. Esto se produce principalmente por la hormona relaxina que se segrega durante la gestación (la placenta la fabrica en las últimas etapas del embarazo para preparar el cuello del útero al parto). El exceso de esta hormona afecta a los ligamentos del cuerpo, espalda, piernas y pies. Una mujer embarazada tiene más volumen sanguíneo y dificultades circulatorias que una que no lo está.
- Los cambios hormonales naturales. Los niveles de estrógeno y progesterona (las hormonas sexuales femeninas que produce el ovario) pueden reducir la circulación en las piernas y provocar hinchazón, sobre todo en el ciclo menstrual de la mujer.
- La preeclampsia, una condición que causa presión arterial alta durante la gestación, también puede producir hinchazón en brazos, piernas y pies. Hay que tener mucho cuidado y atenderla lo antes posible, ya que es una de las principales causas de muerte materna durante el embarazo a nivel mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
- Insuficiencia venosa. Este problema ocurre cuando las venas no pueden bombear la sangre de manera adecuada y eso origina que la sangre se acumule en las piernas y brazos. Cuando se forma un coágulo en una vena de la pierna también se puede provocar una hinchazón en los pies y en los tobillos.
- Pericarditis o inflamación del pericardio (membrana que rodea al corazón). Además de causar problemas para respirar, también puede producir hinchazón en pies y tobillos porque el corazón no bombea la sangre suficiente para oxigenar toda la sangre del cuerpo.
- Bloqueos en el sistema linfático. Las principales funciones de este sistema consisten en mantener los líquidos corporales en equilibrio y defender al cuerpo de las infecciones, además de transportar la linfa, un líquido que contiene proteínas, sales y otras sustancias. Estos bloqueos son causados principalmente por cáncer, infecciones o lesiones relacionadas con la radiación dirigida al área afectada, y pueden ser perjudiciales a la hora de transportar líquido por todo el cuerpo.
- Una mala función renal (insuficiencia renal, quistes, o enfermedades renales hereditarias), problemas hepáticos (cirrosis, por ejemplo) y problemas cardíacos (presión arterial alta, etc.) también pueden influir en la hinchazón de las extremidades, incluidos los pies, explica una investigación de la Sociedad Vascular de Gran Bretaña e Irlanda. Además, la diabetes y la hipertensión también pueden originar hinchazón en los pies.
- Afectaciones en los huesos, tendones (como un esguince, por ejemplo) pueden propiciar la inflamación de los pies y tobillos, al igual que las heridas en la piel y las infecciones en las uñas de los pies, ya que estas pueden acumular bacterias y provocar hinchazón.
- Algunos medicamentos, alimentos y el consumo de sustancias nocivas (como alcohol o drogas) pueden dar alergia en la persona y esto se puede manifestar con una inflamación de pies.
Consejos para tu recuperación
“Para la hinchazón que se presenta por causas simples como, caminar, largos viajes, cansancio, etc. se deben utilizar medias de soporte, recostarse con las piernas elevadas para propiciar la buena circulación en las piernas, reducir el consumo de sodio (alimentos, salsas y comida rápida muy salada) e incrementar la ingesta de líquidos puros (agua y algunos zumos de frutas), además de bajar de peso si se presenta obesidad”, explica Jesús Manuel González, médico cardiólogo por la Universidad Complutense de Madrid.
“Para las hinchazones que provocan las lesiones físicas de la piel, huesos y uñas de los pies, es recomendable utilizar hielos o geles fríos (o calientes, dependiendo el caso) que puedan reducir la hinchazón, además de tomar analgésicos de venta libre o que pueda recomendar algún médico especialista”, dice González.
Sin embargo, para pies hinchados derivados de problemas en el embarazo, como la preeclampsia; insuficiencia venosa, problemas cardiacos, enfermedades renales, linfedema (problemas en el sistema linfático), cáncer, etc., el paciente debe consultar de inmediato con un profesional de la salud (cardiólogo, oncólogo, reumatólogo,…) para que le dé el tratamiento debido y personalizado para cada caso, y no automedicarse ni desatender la hinchazón, por muy mínima que parezca, ya que eso podría salvarle la vida”, concluye González.