El virus de Zika se identificó por primera vez en 1947 en macacos de la selva Zika de Uganda. Ya en 1952 se registró en humanos. En los últimos meses han saltado las alarmas debido a su expansión por África, América Latina, Asia y las islas del Pacífico. Pese a que este virus provoca en las personas una enfermedad leve, también se le atribuyen alteraciones y anomalías congénitas asociadas a su infección. Pero, ¿qué es este virus y cómo se transmite? ¿Qué síntomas y signos produce? ¿Cómo se puede prevenir y cuál es su tratamiento? A continuación se dan respuesta a estas y otras cuestiones.
Virus de Zika: cómo y qué lo trasmite
Hasta 2007, solo se habían detectado algunos casos esporádicos de enfermedad provocada por el virus de Zika en África y Asia. Durante estos últimos diez años, se ha ido expandiendo hacia diversas islas del Pacífico. Y el año pasado, se notificaron casos de transmisión autóctona en América Latina. Por su manera de actuar, los expertos de la Organización Mundial de la Salud advierten de que tiene una rápida expansión geográfica y prevén que no tardará en alcanzar todos los países del continente americano e, incluso, Europa.
El virus de Zika, un arbovirus del género flavivirus, se transmite por la picadura de las hembras de mosquitos del género de Aedes, sobre todo de Aedes aegypti, el mismo que propaga el dengue, la fiebre chikungunya y la fiebre amarilla. Existen algunas evidencias de que podría contagiarse a través de la placenta o durante el parto. También se ha detectado virus en sangre, saliva, orina, semen y leche materna, pero la transmisión a través de la lactancia, por transfusión o contacto sexual aún está en estudio.
Virus de Zika: clínica y tratamiento
El virus de Zika se transmite por la picadura de las hembras de mosquitos del género de Aedes
El mosquito portador del virus, que actúa como vector, pica por la mañana, al atardecer y anochecer. Una vez introducido el virus en el organismo, el periodo de incubación oscila entre los 3 y 12 días. A partir de aquí empiezan a presentarse los primeros síntomas de la enfermedad, que solo sufren entre el 20% y el 25% de los afectados. Según la OMS, las manifestaciones duran entre dos y siete días. Se describen como las más frecuentes:
- Fiebre moderada.
- Erupción cutánea en forma de manchas rojizas (máculas) o de lesión elevada con bordes definidos (pápulas) que aparecen en la cara y se extienden al resto del cuerpo.
- Dolor en articulaciones pequeñas, sobre todo de manos y pies.
- Alteraciones de la conjuntiva de ambos ojos, como enrojecimiento o conjuntivitis.
- Malestar general con síntomas inespecíficos, como dolor de cabeza, cansancio o dolor muscular.
- En pocas ocasiones también diarrea, vómitos y dolor abdominal.
Según el Centro Europeo la Prevención y el Control de Enfermedades, el diagnóstico se realiza por criterio epidemiológico (residir o haber visitado áreas epidémicas 15 días antes de tener los primeros síntomas o haber estado en la misma zona donde se han confirmado otras infecciones) y por criterios de laboratorio (como aislar el virus o detectar el ácido nucleico en una muestra clínica o detectar anticuerpos en suero sanguíneo).
Hasta el momento no hay disponible ni vacuna ni tratamiento específico para esta enfermedad infecciosa. Se aconseja a los afectados que guarden reposo, ingieran líquido en abundancia y, si precisan, tomen analgésicos de venta libre -como el paracetamol- para aliviar el malestar. Por norma general, seguir estas pautas es suficiente para su resolución. Son escasas las personas que han sufrido complicaciones graves o que han necesitado hospitalización y, de momento, tampoco se ha reportado ningún fallecimiento.
Las autoridades sanitarias de la Polinesia francesa y Brasil informaron de posibles complicaciones neurológicas debidas a la infección por el virus de Zika. Incluso se registró un aumento de las infecciones en general y de la cifra de recién nacidos con microcefalia en zonas concretas de los territorios afectados. Y aunque cada vez hay más pruebas, las investigaciones siguen buscando la evidencia de esta asociación.
Prevención contra el virus de Zika
Son escasas las personas que han sufrido complicaciones graves o que han necesitado hospitalización
El principal factor de riesgo de infección son las picaduras de los mosquitos. Desde la OMS se propone reducir el número de mosquitos y de sus lugares de cría y disminuir su contacto con las personas. Para ello, las medidas de prevención que se sugieren son las mismas que sirven para hacer frente a otras enfermedades causadas por mosquitos: utilizar repelentes de insectos sobre la piel y la ropa, usar indumentaria de color claro que cubra el cuerpo tanto como sea posible y colocar barreras físicas como mosquiteras -con un entramado de hilo de 1,2 por 1,2 milímetros para que los mosquitos no puedan atravesarlas- en puertas, ventanas y hasta en la cama.
Es fundamental, para el disminuir el número de insectos, controlar sus lugares habituales de cría, además de vaciar y limpiar recipientes que puedan almacenar agua, como macetas, bebederos de mascotas o cubos. Estos mosquitos prefieren la humedad y se reproducen en aguas estancadas, que es el sitio escogido para poner los huevos que en unos tres días se convertirán en larvas, las predecesoras del mosquito adulto.
Se insta a los viajeros con destinos tropicales, donde los mosquitos son transmisores de distintas enfermedades, que adopten las precauciones citadas con anterioridad para protegerse de las picaduras. También se recomienda que acudan al médico, si sufren síntomas compatibles con la infección dentro de los 15 días de abandonar la zona endémica. Es aconsejable que las mujeres embarazadas pospongan el viaje a estas regiones por el peligro potencial que tienen. Y es importante, también, prestar la debida protección contra los mosquitos a niños y ancianos.