El acné, tan sufrido por los adolescentes, se desarrolla por una alteración de las glándulas sebáceas de la cara, cuello, pecho y espalda. Aunque también puede afectar a los adultos, la rebelión hormonal característica de la adolescencia y juventud hace que sea un motivo de preocupación por el efecto que tiene en la imagen de uno. Y, como sucede en otros aspectos de la salud, en la Red brotan muchos remedios tan naturales como cuestionables. En este artículo se rompen algunos mitos sobre el acné y se ofrecen pautas sobre cómo actuar cuando hace acto de presencia.
Pese a que puede hacer acto de presencia a cualquier edad, en el 89% de los casos afecta a la adolescencia. El acné vulgar es la inflamación de los folículos pilosebáceos presentes en la piel y el aumento de secreción grada. Un folículo obstruido facilita la formación de los temidos comedones (denominados popularmente como barrillo o espinilla, ya que se caracterizan por ser negros), pápulas (inflamación), pústulas (cuando contiene pus) e, incluso, quistes. Todos ellos se localizan sobre todo en cara, parte superior del tronco y espalda, zonas con gran número de glándulas sebáceas.
Entre las mujeres suele empezar entre los 14 y los 16 años, y en los hombres entre los 17 y los 19. Ya en la adultez, tienen una prevalencia en el sexo masculino del 3%, y del 12% en el femenino, aunque ellos se llevan la peor parte, porque suelen sufrir un cuadro más severo. Si bien suele ser una dolencia leve que se resuelve sin más, para los afectados, sobre todo si son adolescentes, puede repercutir de manera negativa en su autoestima y su calidad de vida.
Remedios populares contra el acné: de todo un poco
De todos los remedios naturales que circulan entre los adolescentes y a cientos por Internet, de momento, no hay estudios que demuestren de forma científica su eficacia. Al ser una cuestión hormonal, poco se puede hacer a no ser que el dermatólogo considere prescribir (según la gravedad del cuadro) algún tratamiento médico específico. Lo que ofrecen estos remedios suele ser diferentes grados de limpieza de la piel o exfoliación, es decir, para retirar restos de células muertas, grasa y suciedad; eso sí, con productos más o menos naturales.
Entre los remedios más populares que se utilizan contra el acné están los siguientes:
- Bicarbonato de sodio que se usa como exfoliante y se le adjudican propiedades antiinflamatorias y antisépticas.
- Bardana (Arctium lappa), una planta originaria de Europa y Asia, cuya raíz ha demostrado sus propiedades antibacteriostática, antiinflamatorias y antioxidantes. Por vía tópica tiene capacidad emoliente y antipruriginosa.
- Té verde. Un estudio en la Journal of Investigative Dermatology mostraba sus efectos beneficiosos cuando se emplea de manera tópica.
- Pasta de dientes, por su capacidad de secar.
- Frutas diversas, como el limón, el pomelo y la papaya, por sus propiedades antisépticas.
- Aloe Vera, por su acción cicatrizante e antiinflamatoria, y que se ha demostrado eficaz contra algunos microorganismos como el Propionibacterium acnés y Staphylococcus aureus.
- Yogur, por el ácido láctico que contiene, se utiliza como exfoliante.
- El socorrido vinagre, también empleado para combatir los hongos de las uñas; en este caso, de manzana, por sus propiedades antibacteriostáticas.
- El aceite de árbol de té, por su capacidad antibacteriana.
Cómo actuar ante la aparición de acné
Una de las ideas que habría que desterrar es que el acné es consecuencia de una mala higiene. Nada más lejos. Incluso, realizarse limpiezas excesivas en número o usar productos irritantes puede alterar la piel y empeorar el acné. Para una limpieza, basta lavarse la cara dos veces al día con un jabón suave o un producto diseñado para ello. De la misma manera hay que evitar el empleo de esponjas y utilizar una toalla distinta cada vez.
La Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), en su guía práctica sobre las enfermedades de piel y de pelo, aporta los siguientes consejos:
- No manipular los granos, ya que provoca inflamación y pueden sobreinfectarse y dejar cicatrices que pueden perdurar más en el tiempo.
- Aunque no se ha demostrado la relación entre determinados alimentos, como el chocolate, y el acné, si el afectado nota que comer alimentos ricos en grasa le empeora el acné, lo mejor es limitarlos.
- Los medicamentos para el tratamiento para la piel a menudo, al inicio, provocan irritación, enrojecimiento y ardor. Antes de aplicarlos hay que lavarse bien la cara y secarse minuciosamente pero sin frotar. Es mejor empezar con pequeñas cantidades o a días alternos, si son muy irritantes, y aumentar la cantidad poco a poco. También hay que vigilar que no entren en contacto con los ojos.
- Si se usa maquillaje u otros cosméticos, es importante asegurarse de que no sean comedogénicos, que estén libres de aceites o que en la etiqueta especifique que no producen acné.
- El afeitado puede agravar el acné. Lo mejor es probar qué afecta menos, si el afeitado con cuchilla o con maquinilla eléctrica.
Ante la irrupción de acné, lo mejor es consultar con un dermatólogo cuanto antes para que ofrezca el diagnóstico certero y una solución individualizada. Se escoja el tratamiento médico o natural, hay que señalar que el acné, como cualquier otra dolencia, tiene su evolución y no se deben esperar efectos milagrosos. Con el tratamiento médico pueden pasar hasta cuatro semanas hasta notar las primeras señales de mejora.