El selenio es un micronutriente esencial para los humanos, razón por la cual debe estar presente en la dieta. Sin embargo, para cumplir con las funciones en las que está implicado en el organismo, son suficientes pequeñas dosis (las ingestas dietéticas de referencia para los adultos se sitúan en 55 microgramos/día). Es más, en grandes cantidades, puede resultar tóxico. Aunque el contenido en selenio es variable en función del suelo de cultivo, las principales fuentes dietéticas son los frutos secos, el pescado, los cereales integrales (pan, pasta, arroz), el germen de trigo y las semillas de girasol. Desde hace unos años, se le ha atribuido un papel preventivo frente a varias enfermedades, sobre todo para algunos tipos de cáncer, como el de próstata o el de estómago. Por ello, la suplementación con este elemento es, en algunos ámbitos, habitual.
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Uno de los últimos trabajos publicados sobre la suplementación, en este caso con selenio, lo ha llevado a cabo Colaboración Cochrane, una organización internacional e independiente que realiza y divulga revisiones sistemáticas de intervenciones sanitarias y promueve la búsqueda de evidencias en forma de ensayos clínicos y otros estudios fiables que estudian los efectos de estas intervenciones. Algunos de los estudios observacionales que han analizado los investigadores sugieren que ingestas bajas de selenio se relacionan con un mayor riesgo de padecer cáncer. Estos trabajos, sin embargo, no permiten establecer una relación causal, por lo que desde el punto de vista de la evidencia científica se consideran poco robustos.
Estudios que deben tenerse en cuenta
No hay evidencia convincente acerca de que tomar suplementos de selenio prevenga el cáncer
Si se analizan las publicaciones de referencia, que se basan en ensayos clínicos bien diseñados, los resultados indican que las personas que han tomado dosis hasta cuatro veces superiores a las recomendadas de forma habitual no tienen una menor probabilidad de padecer cáncer. Los autores encargados de la revisión de la literatura científica concluyen que los efectos de la suplementación con selenio en los estudios que han evaluado conducen a resultados inconsistentes, por lo que, por el momento, no hay evidencia convincente acerca de que tomar suplementos de selenio prevenga el cáncer en hombres, mujeres o niños.
Más riesgos que beneficios
El consumo de suplementos dietéticos es cada vez más habitual, sobre todo en Estados Unidos, donde se venden a precios muy asequibles y en múltiples puntos de venta. En Europa, aunque es menos frecuente, los cálculos apuntan a un gasto de unos 1.500 millones de euros en estos productos. A pesar de que es un mercado mundial al alza, los expertos alertan de que muchos suplementos son innecesarios e, incluso, en algunos casos, peligrosos.
El trabajo publicado en la Biblioteca Cochrane no solo cuestiona la utilidad de suplementar la dieta en selenio para prevenir el cáncer, sino que alerta sobre los resultados derivados del Nutritional Prevention of Cancer Trial y el Selenium and Vitamin E Cancer Prevention Trial. Estas investigaciones ponen de manifiesto cierta preocupación por los posibles efectos perjudiciales del uso prolongado de suplementos de este micronutriente.
La Asociación Española Contra el Cáncer afirma que más de 32.000 muertes anuales por cáncer se deben a una dieta inadecuada y al sedentarismo. Según datos del Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer y el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer, hasta un tercio de los cánceres más comunes se previenen con actividad física y alimentación saludable.
Estos organismos cuentan con un decálogo de recomendaciones para la prevención del cáncer:
- Evitar el sobrepeso y la obesidad.
- Realizar actividad física de forma regular: primero andar 30 minutos al día y aumentar de forma progresiva hasta 60.
- Limitar el consumo de alimentos muy energéticos y de sal y evitar los alimentos salados.
- Cubrir las necesidades nutricionales a través de alimentos. Los suplementos dietéticos no son recomendables para la prevención del cáncer.
- Amamantar a los bebés de forma exclusiva hasta los seis meses y, desde entonces, hasta que madre e hijo deseen.
- Estas recomendaciones son también válidas para los supervivientes de un cáncer, a menos que haya alguna contraindicación expresa.