El virus de Epstein-Barr (VEB), también conocido como virus del herpes humano 4, es el causante de la mononucleosis infecciosa, la famosa “enfermedad del beso”. Un estudio reciente lo relaciona también como responsable de la esclerosis múltiple (EM) y algunas investigaciones lo asocian hasta con la covid-19 y la covid persistente. Pero en realidad está detrás de otras muchas enfermedades. En las siguientes líneas contamos más acerca de este virus. En concreto, explicamos qué aportan los últimos trabajos científicos, qué otras patologías puede provocar el VEB y qué medidas se deben tomar para evitar contagiarse de él.
Qué es el virus de Epstein-Barr
El virus de Epstein-Barr (VEB), también conocido como el virus del herpes humano 4, es un miembro de la familia de los herpesvirus, en la que también están el de la varicela-zóster o el herpes simple. Descubierto en 1964 por los científicos británicos M. A. Epstein e Y. M. Barr, se encuentra en todo el mundo y se estima que el 95 % de las personas lo contraen en algún momento de su vida (el 70 % antes de los 30 años).
Su contagio se produce a través de la saliva y menos frecuente es la transmisión por contacto con la sangre o tras un trasplante. En la infancia, por lo general es una infección asintomática, mientras que en la adolescencia es frecuente que se vea como mononucleosis (“enfermedad del beso”). Después de la infección, que puede causar diversas patologías y complicaciones, el VEB permanece en estado latente (inactivo) en la garganta y células de la sangre de la persona . No obstante, si se reactiva, puede volver a infectar, y no siempre manifestarse con síntomas.
Por ahora, no hay vacuna para evitar este virus. Pero podría haberla pronto. La empresa farmacéutica Moderna está inmersa en el desarrollo de una vacuna frente al VEB, que se halla en la fase de ensayo en humanos.
En cualquier caso, además de no besarse, las recomendaciones para no contagiarse del virus de Epstein-Barr son muy sencillas:
- no compartir bebidas y alimentos.
- no usar los mismos vasos, ni utensilios para comer ni cepillos de dientes.
- no tocar juguetes que tienen saliva de niños.
Enfermedades que causa el virus de Epstein-Barr
⭕ Mononucleosis infecciosa o enfermedad del beso
El virus de Epstein-Barr es la causa más común (90 %) de la mononucleosis infecciosa, la popular “enfermedad del beso” o la “mono”. El periodo de incubación varía entre cuatro y seis semanas y es preciso utilizar técnicas de laboratorio para su confirmación. A pesar de que en niños pequeños apenas se nota, en adolescentes o adultos, los síntomas (fatiga, fiebre, inflamación de la garganta y de los ganglios linfáticos del cuello, bazo agrandado, inflamación del hígado, sarpullido) suelen desaparecer en dos o cuatro semanas.
Sin embargo, en algunas personas la fatiga puede durar meses. Y también cabe la posibilidad de que se presenten diversas complicaciones hematológicas (anemia, trombos…) o neurológicas (síndrome de Guillain-Barré, meningitis, mielitis transversa…), afectar al hígado, los pulmones…
⭕ Infección crónica por el VEB
Parecida a la fatiga crónica, esta enfermedad tiene una alta mortalidad y entre sus características destacan los síntomas parecidos a la mononucleosis infecciosa persistente o recurrente de más de seis meses de duración.
⭕ Tumores, especialmente linfomas
Como se explican en diversos documentos de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología clínica (SEIMC), el VEB está implicado en el origen de tumores como el linfoma de Burkitt, el carcinoma nasofaríngeo o los linfoma tipo Hodgkin y no-Hodgkin del sistema nervioso central. También se ha asociado a los síndromes linfoproliferativos que se dan en pacientes con inmunodeficiencias congénitas o adquiridas, como el VIH y en los pacientes trasplantados que reciben inmunosupresión.
Y como detallan en este estudio, también se ha detectado ADN del virus de Epstein-Barr en otros muchos tumores, con relaciones más o menos consistentes, como linfomas angiocéntricos nasales, linfoepitelioma gástrico o cáncer de mama, además de que se ha relacionado con tumores del músculo liso en inmunodeprimidos sin sida.
Otras enfermedades relacionadas con el virus de Epstein-Barr
Imagen: Andrea Piacquadio
Este mismo estudio hace referencia a otras enfermedades, autoinmunes algunas de ellas, en las que en su desarrollo tiene mucho que ver este virus, aunque falta consistencia en los trabajos científicos al respecto. Pero poco a poco se va sabiendo más.
➡️ Lupus, artritis, diabetes, celiaquía…
En 2018, esta investigación publicada en la revista Nature Genetics muestra que una proteína (EBNA2) producida por el virus de Epstein-Barr se une a múltiples ubicaciones a lo largo del genoma humano que están ligadas a varias enfermedades: lupus eritematoso sistémico (LES), artritis reumatoide (AR), artritis idiopática juvenil (AIJ), enfermedad inflamatoria intestinal (EII), enfermedad celiaca y diabetes tipo 1.
➡️ Esclerosis múltiple
Y este mismo estudio también incluye a la esclerosis múltiple. En la actualidad, se desconoce la causa que produce la EM, aunque la mayor parte de los trabajos científicos considera que existen factores ambientales directamente relacionados con el desarrollo de esta grave enfermedad, sin que hasta ahora haya podido establecerse una asociación definitivamente consistente con ninguno de ellos, según explica la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Sin embargo, una gran investigación realizada durante 20 años entre más de 10 millones de miembros del ejército estadounidense y publicada recientemente en la revista Science aporta “pruebas convincentes de causalidad” entre el VEB y la esclerosis múltiple, según afirma el autor principal de la investigación, Alberto Ascherio, de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard. Y es que detalla que el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple fue 32 veces mayor para los que se infectaron con el virus.
A este respecto, desde la SEN apuntan que la altísima prevalencia de seropositividad al virus de Epstein-Barr en la población general (95 %) y la frecuencia relativamente baja de incidencia de esclerosis múltiple plantean un gran desafío para probar la causalidad directa. Por eso aseguran que la infección por VEB antes de los 15 años podría influir en el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple y esta dependencia de la edad podría deberse a respuestas inmunitarias alteradas tras el contacto con el virus en la adolescencia y la edad adulta temprana, pero también sostienen que “el hecho de que una persona haya desarrollado una infección por este virus no implica que necesariamente vaya a desarrollar esclerosis múltiple ya que la enfermedad es multifactorial”.
➡️ Covid grave y covid persistente
Incluso sobre las nuevas enfermedades hay estudios que plantean que la reactivación del virus de Epstein-Barr puede tener un papel importante.
Por un lado, varios trabajos, como este artículo, han observado que esta reactivación podría estar asociada a la gravedad de la covid-19. En concreto, los pacientes coinfectados tienen más elevadas las cifras de los parámetros que pronostican mayor gravedad (como la proteína C reactiva) y menos linfocitos T y células inmunes claves en la defensa antiviral como las NK. También estas personas sufren una fiebre mayor y necesitan tratamiento con corticoides.
Y por otro lado, un estudio publicado en Pathogens sugiere que la reactivación del VEB por la respuesta inflamatoria a la infección por coronavirus puede ser la causa de los síntomas de covid persistente hasta ahora inexplicables, como la fatiga, la niebla cerebral y las erupciones cutáneas, que se producen en el 30 % de los pacientes que se recuperan de la covid-19.