Los profesionales sanitarios perciben el edadismo en sanidad
Un estudio de 2016 entre la Universidad Complutense de Madrid (UCM), la Universidad Autónoma (UAM) y la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) analizó si existe en la sanidad un trato desigual a las personas en función de su edad. Para ello, recogieron las respuestas de 174 profesionales sanitarios (médicos, psicólogos y otros). Cada porcentaje muestra las respuestas afirmativas a los siguientes supuestos:
- 93 %. Los trámites administrativos para acceder a distintos servicios por parte de las personas mayores a menudo son muy complicados.
- 88 %. Para la tramitación de servicios se destaca la opción online, a pesar de que esta resulta poco accesible para las personas mayores.
- 90 %. Al hablar con las personas mayores en servicios, centros o residencias, se sube el tono de voz.
- 87 %. Al hablar con los mayores, a menudo se les trata como si fueran niños pequeños (empleo de diminutivos o tono agudo).
- 85 %. Los profesionales o cuidadores que dispensan un servicio a una persona mayor que va acompañada a menudo se dirigen al acompañante y hablan de la persona mayor en tercera persona.
- 84 %. La mayor parte de los centros gerontológicos pautan el día a día de las personas mayores atendidas sin permitirles opciones.
- 83 %. Con frecuencia se trata a la persona mayor en situación de dependencia como si fuera un objeto.
- 79 %. Se discrimina a los mayores en el acceso a unidades especiales de alto coste.
- 76 %. Se discrimina en las posibilidades de acceso a alta tecnología.
- 76 %. Se discrimina en las indicaciones quirúrgicas.
- 63 %. Se discrimina en la confección de listas de espera quirúrgica.
- 62 %. Se les excluye de las campañas preventivas (por ejemplo, el tabaco).
- 60 %. Se limita la prescripción de fármacos en función del coste elevado.
Qué hacer frente al edadismo: hacia un cambio de patrón
¿Qué se puede hacer para combatir esta discriminación? Los expertos lo tienen claro: hay que modificar el enfoque. La ONU ya se posicionó contundentemente en el ‘Informe mundial sobre el envejecimiento y la salud‘, elaborado en 2015, un texto en el que se reforzaba la visión del envejecimiento saludable.
El informe, en palabras de la presidenta de la SEMEG, “revisa toda la evidencia que demuestra que la calidad de vida y la salud de las personas mayores dependen fundamentalmente de lo que son capaces de hacer e insta a pasar de una atención sanitaria centrada en la enfermedad a una atención centrada en la capacidad funcional”.
➡️ Medicina geriátrica
La medicina geriátrica es una pieza clave para afrontar la salud de las personas mayores desde un prisma diferente. “Lleva años contribuyendo al envejecimiento saludable: con su visión, con sus investigaciones, con su quehacer en la clínica diaria y con sus contribuciones a la salud pública, a la gestión y a la organización de servicios. Para poder desarrollar la medicina geriátrica es preciso aumentar la dotación y mejorar la formación en envejecimiento de enfermeras, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas… Y, por supuesto, geriatras. Por nuestro conocimiento y entrenamiento, somos una pieza clave para la salud de las personas mayores”, apunta Cristina Alonso.
Para Vânia de la Fuente-Núñez, la geriatría no está valorada como debería. “Esto se refleja en el número de plazas para esta especialidad o el hecho de que no sea una de las más demandadas. Tampoco los programas universitarios de medicina, enfermería, psicología y otras disciplinas relevantes cubren de manera suficiente el envejecimiento y la atención a personas mayores a pesar de que una gran y creciente proporción de los pacientes que atienden los proveedores de salud son personas mayores. Los profesionales de la salud necesitan las competencias adecuadas para atender a la población mayor y ahora mismo no estamos ofreciendo esta formación alineada con el perfil de pacientes que acuden a las consultas”, advierte.
➡️ El gerontólogo, clave en la mejora de calidad de vida y prevención del edadismo
Aunque con frecuencia se confunden, la gerontología nada tiene que ver con la geriatría, que es una rama de la medicina. La gerontología es la ciencia que trata la vejez y todos aquellos fenómenos que son característicos de dicho periodo: biológicos, psicológicos, sociales, económicos y culturales. Asimismo, aborda las necesidades mentales, físicas y sociales que tienen las personas cuando llegan a la vejez. Sus funciones principales son:
- Fomenta un estilo de vida saludable para un envejecimiento activo.
- Facilita el autocuidado, la independencia y la autonomía entre las personas mayores.
- Atiende a los mayores desde una perspectiva integral, aunando disciplinas como la psicología, el trabajo social o la medicina.
- Implementa estrategias de cambio de políticas públicas, modelos de atención y programas para mejorar la calidad de vida de las personas mayores.
- Promueve la inserción activa de las personas mayores y su participación en movimientos sociales.
- Divulga y defiende los derechos de las personas mayores.
No hay datos sobre cuántos gerontólogos hay en el sistema de salud. Esta especialidad se estudia a través de másteres o cursos y es un complemento en la formación de profesionales como enfermeros, médicos, trabajadores sociales o psicólogos, que quieren dar una mejor atención a sus pacientes mayores.
Cómo actuar ante una conducta edadista
Cualquier actitud edadista recibida durante la atención sanitaria debe ser denunciada, tanto por el propio afectado como por aquellos que la detecten. Desde la Asociación del Defensor al Paciente recalcan que la discriminación por edad es ilegal.
Por ello, ante un caso de discriminación por edad la asociación recomienda presentar “una reclamación ante el organismo competente, explicando lo sucedido y solicitando que se abra una investigación y se depuren responsabilidades, aparte de aportar las pruebas que acrediten la denuncia”.
Si el trato discriminatorio es grave, “se puede considerar consultar con un abogado por si el asunto se puede denunciar en los tribunales por los daños y perjuicios ocasionados”, concluyen.