En el futuro un paralítico podría volver a andar con una simple inyección. Científicos de Estados Unidos han logrado que ratones con las patas posteriores paralizadas recuperen parte de su movilidad tras inyectarles nanofibras de carbono en la médula espinal. Este hallazgo abre la posibilidad de curar parálisis inducidas por la sección de la médula espinal, que hasta ahora interrumpía de manera irreparable el flujo nervioso entre el cerebro y los órganos.
La investigación desarrollada por los profesores Samuel Stupp, de la Universidad de Northwestern, y John Kessler, de la escuela de medicina de la misma universidad, pone de manifiesto que es posible devolver la movilidad a extremidades paralizadas de ratones de laboratorio sin someterlos a intervención quirúrgica alguna, sólo inyectándoles en la médula espinal una solución líquida que genera nanofibras de carbono dentro de su organismo.
No les inyectaron las nanofibras directamente, sino un compuesto que lleva a ellas a través de un proceso de recombinación química. Este compuesto es rico en moléculas de carga negativa que interactúan con las de carga positiva del calcio o del sodio que se encuentran en los nutrientes de los ratones. Las nanofibras de carbono aparecen en cuestión de semanas.
Con estas nanofibras, cuya resistencia es comparable a la del acero, se crea una estructura biológica donde los nervios pueden agarrarse y prosperar. Estas partículas van acompañadas de estímulos químicos del crecimiento nervioso y hasta de la creación de la mielina, sustancia que favorece una transmisión todavía más efectiva de la señal nerviosa.
Pese al importante avance que supone este descubrimiento, los autores de la investigación no lanzan las campanas al vuelo. De hecho, reconocen que los ratones tratados no han experimentado una recuperación completa. Han pasado de la parálisis total a una movilidad parcial.