Vivimos un momento histórico. Investigadores científicos de todo el mundo han dado en menos de un año con varias vacunas que ya nos previenen de la muerte y los síntomas graves de la nueva enfermedad causada por el SARS-CoV-2. Aun así, surgen dudas acerca de sus efectos secundarios, no paran los bulos, siguen los negacionistas… “No sé si vacunarme”. “Para qué voy a ponérmela, si igual la reacción es peor que si cojo la covid-19”. “Con que se la pongan los grupos de riesgo, ya vale”. Estos días estas y otras fases del estilo se oyen en muchas conversaciones cotidianas. Pero con las vacunas ganamos todos: mayores y pequeños. Lo vemos en los últimos años, por ejemplo, con las que se administran a los bebés y niños, las de la gripe que cada año se inoculan a los mayores y las que de adultos precisan dosis de recuerdo. Hacemos un repaso a cada una de las patologías que las vacunas pretenden erradicar y los resultados que en nuestro país ya están aportando.
Las vacunas son las armas más eficaces en la prevención de las enfermedades infecciosas, tal y como recuerdan desde la Asociación Española de Pediatría (AEP). De hecho, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año las más de 40 vacunas que existen para prevenir 25 enfermedades, como la viruela, la poliomielitis, la difteria, el sarampión o la tosferina, evitan tres millones de muertes en todo el planeta, la mayoría (2,5) niños.
En nuestro país, las primeras vacunas llegaron en 1800. Pero no fue hasta 1940 cuando se empezaron a llevar a cabo campañas poblacionales para reducir la alta mortalidad y la discapacidad causadas por estas enfermedades. Y hubo que esperar hasta 1975 para introducir el primer calendario de vacunaciones sistematizado para la población infantil.
Casi 50 años y varios calendarios después, algunas infecciones han podido ser erradicadas y a algunas otras les queda poco. Sin embargo, la desconfianza en la seguridad y efectividad en la vacunación es una de las principales amenazas a la salud global, como declaró en 2019 la OMS. Y España no es ajena al crecimiento en todo el mundo de la desinformación que hay sobre las vacunas. Además, también aquí surgen brotes infecciosos en personas no vacunadas que podrían haberse prevenido. Por ejemplo, en diciembre de 2019 en Cataluña se registró uno de sarampión que afectó hasta marzo de 2020 a 64 personas.
Conseguir que estas enfermedades no vuelvan a ser un peligro para la sociedad depende de cada uno de nosotros. La covid-19 nos ha vuelto a recordar la importancia de la responsabilidad individual. “Este logro es frágil y tenemos una responsabilidad individual y colectiva a la hora de mantenerlo”, asegura Francisco Álvarez, pediatra coordinador del Comité Asesor de Vacunas (CAV) de la AEP, que se ha encargado de la supervisión científica de los contenidos de la campaña ‘Las vacunas cumplen’. Con esta iniciativa divulgativa la asociación de pediatras quiere aportar información fiable sobre la necesidad de mantener las coberturas vacunales en la población infantil como primera línea de defensa frente a las enfermedades infecciosas.
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Esta campaña coincide casi en el tiempo con la publicación por parte del Ministerio de Sanidad del ‘2º Estudio de Seroprevalencia de España 2017-2018’, una herramienta fundamental para conocer el impacto de los programas de vacunación y la situación real de la inmunidad de la población frente a las enfermedades inmunoprevenibles, es decir, las que se pueden prevenir con el uso de las vacunas. Y aunque vivimos en un momento trastocado por la pandemia de la covid-19, los datos que aporta este informe sobre la prevalencia de anticuerpos de diversas patologías en la población de 2 a 80 años residente en España son muy relevantes, pues el anterior estudio de seroprevalencia data de 1996, hace 25 años.
A continuación, describimos las enfermedades incluidas en este estudio en el que han participado 10.223 personas de toda España y cuál es su situación actual en nuestro país con las vacunas:
Poliomielitis: hacia su erradicación
La poliomielitis paralítica está causada por la invasión del sistema nervioso central por parte de los poliovirus 1, 2 y 3. El 90 % de las infecciones son asintomáticas, pero en una de cada 200 persiste una parálisis en las piernas y entre un 5 %-10 % de las personas fallecen. Aunque la mayoría de las infecciones se producían en menores de 5 años, el riesgo de parálisis está en personas de más edad. Y esta forma paralítica no tiene cura, pero se puede prevenir con la vacuna.
✅ Vacuna. En España se introdujo la vacunación sistemática frente a poliomielitis en 1964. Desde 2016 se administran tres dosis a los 2, 4 y 11 meses de edad, y una de recuerdo a los 6 años.
➡️ Situación actual. El último caso por virus salvaje autóctono ocurrió en 1988. Desde 2002, la OMS certifica que Europa está libre de poliomielitis. Como refleja el estudio de Sanidad, la prevalencia de anticuerpos neutralizantes frente a poliovirus tipos 1 y 3 es muy alta en todos los grupos de edad, lo que asegura que el nivel de población susceptible es inferior al 15 % necesario para evitar la transmisión en caso de introducción de estos virus. Estos datos garantizan el cumplimiento del objetivo de inmunidad de la población para contribuir a la erradicación de la enfermedad.
Difteria: mejorar la vacunación en personas mayores
La difteria es una enfermedad bacteriana aguda -detrás está la bacteria Corynebacterium diphtheriae– que afecta principalmente al tracto respiratorio superior y, a veces, a la piel. Provoca una inflamación de la garganta que puede llegar a impedir la respiración e incluso a causar la muerte (la letalidad oscila entre el 5 % y el 10 %).
✅ Vacuna. Está en España desde 1945, pero es en 1965 cuando se empieza a administrar en las campañas de vacunación combinada con tétanos y tosferina (DTP). Actualmente, son tres dosis (2, 4 y 11 meses de edad), una dosis de recuerdo a los 6 años, otra con Td (con tétanos) a los 14 años y otra en los mayores de 65 años correctamente vacunados con anterioridad.
➡️ Situación actual. Como se expone en el estudio, la seroprevalencia de anticuerpos protectores frente a esta enfermedad aumenta con la edad hasta llegar a los 30 años, momento a partir del que desciende de manera importante. ¿Por qué? Probablemente, debido a la pérdida de la inmunidad con el paso del tiempo. Pero los datos evidencian que las altas coberturas de vacunación infantil contribuyen a limitar el contagio y el mantenimiento de las cadenas de transmisión en toda la población tras la importación de casos. Y es que desde 1987 no se detectan casos autóctonos, excepto el de un niño no vacunado en el año 2015; pero los hay en otros países. Sin embargo, el informe señala que la vacunación con DTP en los mayores puede contribuir a mejorar también la inmunidad frente a la difteria.
Tétanos: necesario vacunar a mayores de 60 años
Esta enfermedad infecciosa aguda causada por la bacteria Clostridium tetani produce una exotoxina que provoca rigidez muscular, espasmos dolorosos, dificultad para respirar y tragar y convulsiones, entre otros síntomas. El tétanos es especialmente grave en recién nacidos y embarazadas no adecuadamente vacunadas. Además, padecer la enfermedad no confiere inmunidad. Su mortalidad ronda el 40 % de los casos.
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✅ Vacuna. El toxoide tetánico se comenzó a utilizar de forma sistemática en nuestro país en 1965, junto con las vacunas frente a difteria y tosferina (DTP). Hoy en día, se administra a los 2, 4 y 11 meses de edad, más una dosis de recuerdo a los 6 años y otra a los 14. Se recomiendan 5 dosis a lo largo de toda la vida.
➡️ Situación actual. En los últimos años se notifican menos de 10 casos anuales, y los que se diagnostican son fundamentalmente en mayores de 65 años que no están vacunados o que han recibido pautas de vacunación incompletas. Como se recoge en el estudio de seroprevalencia, hay una alta protección frente al tétanos en menores de 50 años, pero a partir de esa edad desciende de manera significativa, sobre todo a partir de los 60 años. De ahí que el informe considere importante concienciar, tanto a la población como al personal sanitario, de la necesidad de la vacunación en mayores.
Tosferina: aún un problema en bebés
Causada por la bacteria Bordetella pertussis, la tosferina provoca una “tos persistente en forma de ataques que casi no dejan ni respirar, por lo que a veces se oye el típico gallo al coger aire, después de una salva de toses repetidas”, detallan en el Comité Asesor de Vacunas de la AEP. Precisamente en los lactantes muy pequeños (menores de tres meses) esta tos puede dar complicaciones más graves, con apneas, cianosis (color azul en piel y mucosas) y hasta la muerte. De hecho, aún sigue siendo una enfermedad importante para la salud pública por su mayor incidencia, gravedad y mortalidad en este grupo de población. Además, la inmunidad natural no confiere protección duradera.
✅ Vacuna. La vacunación sistemática se produce en España desde 1965 junto con la de difteria y tétanos (DTP). En la actualidad, se recomienda con tres dosis a los 2, 4 y 11 meses de edad y una dosis de recuerdo a los 6 años. Además, para una adecuada protección de los lactantes, también se aconseja a las embarazadas a partir de la 27 semana de gestación.
➡️ Situación actual. Antes de la inclusión de la vacuna se registraban al año cerca de 130 fallecimientos por esta causa, mientras que en los últimos años tan solo cuatro. Pero la enfermedad resurge cada 3-5 años, parece ser, por la sustitución en el calendario de vacunación de la vacuna entera por la acelular, responsable de una menor duración de la protección. Los resultados de seroprevalencia indican que la circulación de la bacteria responsable ocurre en todos los grupos de edad. Desde 2010 estamos ante una situación de epidemia sostenida, a la que también pueden haber contribuido, comentan en el estudio, las mejoras en el diagnóstico y notificación.
Sarampión: bajan los anticuerpos
El virus del género Morbillivirus está detrás de una de las enfermedades infecciosas más transmisibles y que aún hoy continúa ocasionando una elevada mortalidad en todo el mundo. Y es que, en caso de complicación, el sarampión puede producir neumonía o encefalitis (una afectación grave del cerebro).
✅ Vacuna. España está considerado como un país en estado de eliminación de sarampión desde 2016. Y todo ello, gracias a la vacunación sistemática, que se inició en 1978, con la administración de una dosis a los 9 meses de edad. Desde 2012, la vacuna triple vírica (sarampión, rubeola y parotiditis) se recomienda con una primera dosis a los 12 meses y la segunda a los 3-4 años de edad.
➡️ Situación actual. En 2018, se notificaron 216 casos de sarampión, es decir, teníamos una incidencia de 0,46/100.000 habitantes. Pero según el estudio de seroprevalencia, ha disminuido la población con anticuerpos protectores. La bajada se detecta en el grupo de edad que va desde los 10-15 años hasta los 30-39 años, siendo más pronunciada entre los que tienen 20-29 años. La razón puede deberse, destacan los expertos, a la pérdida de protección serológica a medida que pasa el tiempo desde la vacunación con la segunda dosis. Por lo tanto, recomiendan evaluar la necesidad de nuevas estrategias de vacunación a medio y largo plazo en ciertos grupos de población en función de su probabilidad de exposición.
Rubeola: 95 % de inmunizados
La infección congénita por el virus de la rubeola puede ocasionar desde aborto espontáneo o muerte fetal, al síndrome de rubeola congénita (SRC).
✅ Vacuna. En 1978 ya se vacuna a las niñas de 11 años y desde 1981, se incluyó en el calendario la vacuna triple vírica (TV), frente a sarampión, rubeola y parotiditis, con una dosis a los 15 meses.
➡️ Situación actual. Desde 2015, por las altas coberturas de vacunación, España está considerado como un país en estado de eliminación de rubeola. De hecho, en el informe de Sanidad, se especifica que la inmunidad de la población es superior al 95 % en todos los grupos de edad (más elevada en mujeres), lo que demuestra el mantenimiento de la inmunidad conferida por la vacunación en la infancia. Los últimos casos de SRC notificados se dieron en hijos de mujeres nacidas en el extranjero que no estaban vacunadas.
Parotiditis o paperas: adolescentes y adultos jóvenes con menos inmunidad
La también conocida como paperas presenta fiebre, inflamación y dolor de una o más glándulas salivales, habitualmente las parótidas. Pero también puede complicarse con orquitis (inflamación de testículos) en un 20-30 % de hombres y ooforitis (inflamación en las trompas de Falopio) en un 5% de mujeres. Otros problemas son pancreatitis y meningitis.
✅ Vacuna. Se han utilizado vacunas con diferentes cepas, algunas con poca efectividad, hasta que desde 1999 solo se usa la vacuna con la cepa Jeryl Lynn, administrándose en la TV dos dosis a los 12 meses y 3-4 años.
➡️ Situación actual. La vacunación sistemática, con coberturas superiores al 95 % desde los 90, ha reducido las complicaciones y la gravedad de la parotiditis. Pero también se han producido varias ondas epidémicas que afectan sobre todo a adolescentes y adultos jóvenes. Y es que, a pesar de que la seroprevalencia de anticuerpos es elevada entre los 2 y los 14 años, a partir de esa edad la inmunidad empieza a decaer y aumenta en los mayores de 30 años. ¿Por qué ocurre esto? En el estudio de seroprevalencia lo achacan, por una parte, a la pérdida de inmunidad con el paso del tiempo desde la vacunación y, por otra, a la mejor persistencia de la inmunidad por infección natural en los nacidos antes de 1978.
Imagen: CDC
Varicela: los más pequeños, con más anticuerpos
Esta enfermedad exantemática muy contagiosa tiene como grupos de riesgo a pacientes con inmunodepresión o con enfermedades cutáneas crónicas, embarazadas, neonatos, menores de un año y adultos.
✅ Vacuna. En 1998, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) recomendó la vacunación frente a la varicela para quienes tenían un alto riesgo de padecerla y sus contactos más próximos. Pero no fue hasta 2005, cuando se introdujo para adolescentes, y hasta 2016, cuando se incorporó la vacunación sistemática frente a varicela en la infancia con pauta de dos dosis, a los 15 meses y a los 3-4 años de edad. Además, se recomienda a todos los adolescentes y adultos susceptibles con dos dosis de vacuna.
➡️ Situación actual. La introducción de la vacuna en el calendario de vacunación se refleja en el aumento de la seroprevalencia de anticuerpos en el grupo de menor edad (2-5 años) con respecto a estudios anteriores. El informe señala que aún es pronto para observar el efecto de la vacunación infantil en los otros grupos de edad. Por el momento, la varicela mantiene una tendencia general decreciente, con ondas cíclicas cada 2-3 años, con predominio en invierno y primavera.
Meningitis C: jóvenes protegidos
La enfermedad meningocócica invasiva por serogrupo C afecta fundamentalmente a niños menores de 5 años. Y sus daños son terribles, pues la letalidad de la meningitis llega al 8-15 %, generalmente en las primeras 24-48 horas tras la aparición de los síntomas (fiebre, cefalea intensa, náuseas, vómitos, alteración del estado mental, rigidez de nuca y fotofobia) y un 10-15 % de los que sobreviven sufren secuelas a largo plazo (déficit neurológico, sordera, amputaciones y otras).
✅ Vacuna. A finales de los 90, la mayoría de las comunidades autónomas llevaron adelante una campaña de vacunación frente a meningococo de serogrupos A y C en la población entre 18 meses y 20 años. Y desde entonces ha habido varios programas. Desde 2018, el calendario a lo largo de toda la vida incluye la captación de los adolescentes no vacunados hasta los 18 años de edad y desde marzo de 2019, se sustituyó la dosis de vacuna frente a meningococo C de los 12 años por vacuna frente a los meningococos de los serogrupos A, C, W e Y, manteniendo la vacunación sistemática frente a meningococo C a los 4 meses y 12 meses de edad.
➡️ Situación actual. La seroprevalencia de anticuerpos protectores es cercana al 75 % entre los grupos que se han beneficiado de la vacunación sistemática en la adolescencia (entre 12 y 16 años de edad).
Hepatitis A: necesaria más vigilancia
La hepatitis A es una infección vírica aguda del hígado, que tiene como síntomas ictericia y coluria (bilirrubina en la orina), acompañados habitualmente de fiebre, malestar, náuseas y anorexia. En los niños es una enfermedad asintomática.
✅ Vacuna. Desde el CISNS se recomienda la vacunación en grupos de riesgo y como medida postexposición para prevenir la infección en contactos de enfermos. Así que solo se incluye en el calendario de vacunación infantil de Cataluña, Ceuta y Melilla. (dos dosis: una los 15 meses y otra a los 6 años).
➡️ Situación actual. Nuestro país es considerado de endemicidad baja, pero en el estudio de seroprevalencia se observa una alta proporción de población susceptible a padecer la hepatitis A. No obstante, casi el 5 % de la población infantil entre 2 y 5 años presenta una inmunidad que se mantiene hasta los 19 años. ¿La causa? Probablemente se adquirió tras exposición natural al virus de pequeños. Según los expertos, esta situación de infección en la infancia, junto al aumento de susceptibilidad en la población adulta, pone de manifiesto la importancia de la vigilancia epidemiológica en la identificación de casos y en la rápida intervención en brotes para limitar la posible extensión.
Hepatitis B y D: ejemplo del éxito de los programas de vacunación
La hepatitis B es una infección hepática causada por el virus de la hepatitis B (VHB). Asintomática en el 85-90 % de los casos, mientras que el 5 % progresa a la forma crónica, más frecuente en pacientes con inmunodepresión y cuanto más temprana es la edad en que se produce la infección. De ellas, entre el 15-20 % evolucionan a cirrosis, que puede acabar en insuficiencia hepática y carcinoma hepatocelular. Y la hepatitis D tiene su origen en el virus de la hepatitis D (VHD), que para realizar su ciclo de replicación necesita del VHB.
✅ Vacuna. La vacunación frente a la hepatitis B en España se inició en 1982 en grupos de riesgo. En la actualidad, se administran tres dosis a los 2, 4 y 11 meses.
➡️ Situación actual. Los siguientes resultados reflejan el éxito del programa de vacunación frente a la hepatitis B, tal y como reconocen los expertos del estudio de seroprevalencia. Y es que la prevalencia de infección por el virus de la hepatitis B ha disminuido significativamente desde el anterior informe. La prevalencia de infección activa por virus de la hepatitis B y de mujeres portadoras de anticuerpos es también muy baja; la prevalencia de hepatitis D en portadores de anticuerpos es similar a la de otros estudios. Por otro lado, la seroprevalencia de anticuerpos anti hepatitis B muestra dos picos, lo que refleja la vacunación sistemática realizada en España, que comenzó en adolescentes y se cambió a la infancia posteriormente.