La sangre de tres donantes británicos contaminados por la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob -variante humana de la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) o mal de las «vacas locas»-, fue vendida a once países, según publicó ayer, lunes el rotativo británico «The Guardian». De esta forma, podrían existir miles de pacientes en todo el mundo y un considerable número de hemofílicos en Reino Unido a los cuales se les habrían administrado los productos sanguíneos contaminados entre 1996 y 2000. En España «no existe riesgo de contaminación», dijo un experto pues el 50% del plasma se importa de EEUU.
El Ministerio británico de Sanidad argumenta que, en la coyuntura actual, todo riesgo de contaminación parece puramente teórico. Sin embargo, el presidente de la Fundación «Human BSE» -defensora de las víctimas contaminadas con la nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob-, Malcolm Tibbert, criticó duramente las declaraciones oficiales. «No se han sacado lecciones del pasado. Bastante nos toca ya con tener que soportar en nuestro país la nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob y con ser culpables de haber exportado la EEB», dijo.