La Empresa Nacional de Residuos Radioactivos (ENRESA) retiró ayer de forma urgente un pararrayos radiactivo ubicado en el cuartel de la Guardia Civil de Molina de Segura (Murcia) ante la sensibilidad social existente, ya que los vecinos de dos edificios ubicados a ambos lados del cuartel sospechan desde hace meses que este elemento es el causante de las 14 muertes por cáncer registradas en estos dos edificios. El director general de Salud Pública de Murcia, Francisco García Ruiz, ha anunciado la apertura de una investigación para determinar si son ciertos todos los casos de enfermedades oncológicas denunciados por los vecinos de la zona.
El miedo y la alarma siguen instalados en los bloques de viviendas situados junto al cuartel de la Guardia Civil de Molina. Los vecinos han contabilizado, además de varios enfermos oncológicos, ocho muertes por tumores en el edificio Madrid, uno en el Parque y cinco más en el núcleo de casas donde residen los agentes de la Benemérita y sus familias. Sin embargo, desde el Gobierno regional se pide calma y se insiste en que «no hay motivos para alarmarse».
El responsable de Salud Pública adelanta que en los próximos días, miembros del Servicio de Epidemiología de la consejería visitarán los edificios Madrid y Parque con el fin de entrevistar a los vecinos y verificar que los fallecimientos registrados se produjeron como consecuencia de patologías cancerígenas. «Ahora mismo no podemos manifestarnos en un sentido u otro -comenta este alto cargo de Sanidad-. Antes hay que analizar la situación y hacer un informe epidemiológico si es preciso».
García Ruiz aclara que el pararrayos radiactivo colocado en la azotea del cuartel de la Guardia Civil «no entraña riesgo alguno para la salud» y puntualiza que, en el supuesto de que las emisiones estuvieran descontroladas desde hace años, el tipo de tumor que hubieran generado se reduce a la leucemia, y de los enfermos detectados en Molina sólo uno sufrió trastornos oncohematológicos. Es por ello por lo que el director general de Salud Pública descarta que la causa de las catorce muertes haya que buscarla en el aparato radiactivo instalado en la sede de la Benemérita.
Francisco García Ruiz señala también que la tasa de incidencia de cáncer en el municipio de Molina de Segura se encuentra a niveles normales e incluso por debajo de los índices detectados en otras zonas de la Región. No obstante, los epidemiólogos revisarán los datos correspondientes a Molina y valorarán si hay cambios en la tendencia.
Por su parte, el alcalde de Molina, Eduardo Contreras, insiste en la conveniencia de abrir una investigación para esclarecer los motivos de la demora en retirar el pararrayos y vuelve a pedir a los vecinos que no cunda el pánico, ya que a fecha de hoy es improbable que puede relacionarse científicamente los efectos de un pararrayos radiactivo con la aparición de enfermedades oncológicas.
Contreras muestra su satisfacción por la retirada del aparato e indica que desde el ayuntamiento «se ha hecho todo lo que estaba en nuestras manos, ya que no tenemos competencias en este tema». La oposición exige que se lleve a cabo un estudio epidemiológico en los bloques de viviendas donde residían los fallecidos por cáncer.
23 aparatos pendientes
Pese a que un decreto de 1986 prohíbe terminantemente la instalación y el mantenimiento de pararrayos radiactivos como el retirado ayer en Molina de Segura, en la Región de Murcia todavía quedan por desmantelar 23 aparatos de este tipo, según fuentes de ENRESA. Sin embargo, la Consejería de Tecnologías e Industria asegura que sólo existen dos pararrayos radiactivos: el de Molina y otro en Murcia.