El Gobierno de Rusia, alarmado por los datos demográficos e informes sobre los crecientes problemas médicos de los niños, ha decidido realizar un chequeo médico a todos los menores hasta los 18 años de edad. En los próximos ocho meses, los casi 33,5 millones de menores que hay en Rusia serán examinados.
Seis -y donde sea posible, ocho- especialistas médicos estudiarán para establecer el grado de salud de este sector de la población. El Ministerio de Sanidad admitió que este programa preventivo, que era obligatorio en tiempos soviéticos, no se realizaba en el país desde los años ochenta y supone un coste de al menos 14.000 millones de rublos (451 millones de dólares).
Este año, el escaso presupuesto del país destina a la salud pública 180.000 millones de rublos (5.800 millones de dólares), la quinta parte de los cuales es para maternidad y pediatría. El programa prevé que los niños de hasta dos años sean atendidos en turnos especiales en los centros de salud, aunque en casos especiales los médicos deberán realizar el chequeo a domicilio.
Los escolares y menores que asisten a los jardines de infancia serán conducidos a las clínicas por sus profesores, mientras que en las zonas rurales se realizarán las pruebas en los colegios. El chequeo básico comprende consultas con el pediatra, el neurólogo, el oftalmólogo, el cirujano, el endocrinólogo y el odontólogo, además de un electrocardiograma, análisis de sangre y de los pulmones, y para las chicas mayores de diez años se añade una visita al ginecólogo.
Al comentar el inicio del programa esta semana, funcionarios de clínicas y hospitales en Moscú y otras ciudades del país advirtieron de que el proyecto, pendiente desde hace tiempo, corre el riesgo de fracasar si no se solucionan los graves problemas del sector. Además de los míseros salarios en el sector sanitario, en muchas regiones del país faltan pediatras y especialistas, sobre todo en las zonas rurales, donde desde hace años no funciona ningún centro especializado de asistencia médica.
El programa gubernamental prevé que cada niño examinado tenga una carta médica elaborada mediante ordenador, cuando el 65% de las clínicas y hospitales carecen de recursos informáticos. «La iniciativa de restablecer el control profiláctico sobre los menores de edad permitirá afrontar mejor el serio problema de salud pública en el país», afirmó Natalia Kalishina, medica jefa de la ciudad de Nizhni Nóvgorod, en el Volga.
En Rusia, apenas el 30% de los niños nacen sanos y en algunas regiones esta cifra es de sólo un 4%, alertó la viceministra de Sanidad, Olga Sharápova, en un informe presentado al Gobierno en marzo. Según Sharápova, en el último lustro las enfermedades entre los menores de 14 años aumentaron en el 24,4%, y la situación es aún más grave entre los adolescentes, donde el índice general creció el 31,4%.
El informe indicó que entre los niños son cada vez más frecuentes las dolencias de orden endocrinológico, tumores, problemas psíquicos, enfermedades digestivas y respiratorias, por el declive económico y ecológico del país en los últimos años.
Desde hace más de diez años, Rusia sufre una crisis demográfica estable a consecuencia de fenómenos como el aumento de la mortandad, la reducción de la natalidad y la baja inmigración. La esperanza media de vida de los rusos es actualmente de 65 años, cuando hace 14 años era de 70.
Recientes datos oficiales indicaron que en 2001 el índice de natalidad -la cantidad de nacimientos por cada mil habitantes- fue del 9,1, mientras que la mortalidad fue del 15,6.
En el 2000, estos índices fueron del 8,7% y 15,3%, respectivamente. El índice de mortalidad infantil -el número de niños menores de un año muertos por cada mil nacimientos- es de los más altos de Europa y el año pasado fue del 14,8%, frente al 15,6% registrado el pasado año 2000.
Según datos del Comité Estatal de Estadísticas que dan la medida de las tendencias demográficas, el 1 de diciembre de 2001 Rusia, con sus 144 millones de habitantes, tenía 781.800 ciudadanos menos que a principios de enero del mismo año.