El Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad ha iniciado la elaboración de una nueva estrategia para el Sistema Nacional de Salud (SNS), centrada en el abordaje de las enfermedades crónicas, vinculadas en gran medida con el estilo de vida y el envejecimiento de la población. Lo anunció así el secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, durante su participación en la I Conferencia Ministerial Mundial sobre modos de vida sanos y control de enfermedades no transmisibles, convocada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Martínez Olmos destacó en ese encuentro que España desarrolla y aplica distintas estrategias en salud para hacer frente a estas enfermedades ligadas al estilo de vida y al envejecimiento de la población de forma sostenible. Junto con las ya puestas en marcha, el secretario general de Sanidad informó de que en el presente mes de abril se ha iniciado la elaboración de dos nuevas estrategias de salud, una sobre enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas y la ya citada para el abordaje de la cronicidad.
El objetivo de la segunda, según explicaron desde el Ministerio, es poder desarrollar actuaciones transversales en todas aquellas enfermedades que se cronifican, para lo que es necesario un «cambio de enfoque» de los sistemas sanitarios. De este modo, el SNS debe «pasar de estar centrado en la enfermedad a orientarse hacia la atención de las necesidades de la población en su conjunto y de cada individuo en particular, para que la asistencia sanitaria sea adecuada y eficiente», apuntaron.
En este encuentro se ha debatido la necesidad de establecer actuaciones coordinadas a nivel internacional para frenar el impacto de enfermedades no transmisibles como el cáncer, las dolencias cardiovasculares, la diabetes y las patologías pulmonares crónicas. Y es que, según las previsiones del Ministerio, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el cáncer y las enfermedades respiratorias crónicas aumentan su incidencia y, en 2030, serán las causantes de tres de cada cuatro muertes, cuando actualmente están detrás del 60% de los fallecimientos. A esto hay que añadir que estas enfermedades comparten factores de riesgo modificables asociados al estilo de vida, como el consumo de tabaco, la alimentación desequilibrada, el sedentarismo y el consumo excesivo de alcohol, lo que hace necesaria la búsqueda de estrategias coordinadas a nivel internacional.